Inicia la Feria Internacional del Libro Culiacán
Música, libros, debates, reflexiones, lecturas, canto y un sin fin de historias llegaron para los sinaloenses en la segunda edición de la Feria Internacional del Libro Culiacán, que esta vez reúne a más de 100 escritores, 56 expositores editoriales y tiene como país invitado de honor a Colombia.
Al inaugurarla, el alcalde Juan de Dios Gámez destacó que la primera edición de la feria sentó los precedentes para extender la cultura y fomentar la lectura en la ciudad y esta segunda edición es la oportunidad para seguir generando mecanismos que abonen a este propósito.
Acompañado por funcionarios, representantes de las instituciones organizadoras y el embajador de Colombia en México, recordó una anécdota con su hermana en torno a la lectura de un libro de Arturo Pérez Reverte, que no le quería contar de qué trataba y que terminó leyéndolo por el interés que le provocó.
Y de eso se trata la feria, de provocar a la gente a que conozca a Culiacán, dijo, pero por “nuestra cultura, nuestro folclor, gastronomía, nuestra calidad humana y seguramente todos estos más de 100 escritores que nos van a venir a contar muchas historias y nos van a hacer más ricos como sociedad culiacanense, pues ellos también van a hablar de nosotros”.
El escritor Élmer Mendoza recordó al poeta, narrador y ensayista argentino Jorge Luis Borges cuando decía que si el paraíso existiera se parecería a una biblioteca, pero en su caso él diría que se parecería mejor dicho a una feria del libro.
El presidente de El Colegio de Sinaloa, destacó que esta feria no podría ser exitosa si los lectores no recorren los stands y se llevan los libros, por lo que invitó a todos a comprarlos para regalar a su familia, a los niños, a sus amigos y hasta sus enemigos.
Feliciano Castro habló de la trascendencia de los libros para las personas e invitó a hacer de esta feria un espacio de crecimiento.
El embajador de Colombia en México, Álvaro Moisés Ninco Daza, reconoció que después de medio siglo de conflicto, en Colombia luchan por construir la paz y en ese camino han descubierto el enorme poder del libro.
“Una persona que agarra un libro es una persona que puede imaginar y llevar su mente más allá de cualquier frontera, más allá de cualquier límite imaginado, razón por la cual una persona que coge un libro es una persona que puede cambiar el mundo, imaginar y hacer realidad sus nuevos límites para cambiar el mundo”, expresó.
“Junto a México funcionamos como espejo, compartimos grandes riquezas sociales, humanas y naturales, grandes desafíos y también estigmas”.
El libro, agregó, representa un espacio de grandes posibilidades y una persona que toma uno, puede imaginar y hacer realidad esas posibilidades para cambiar el mundo.
Graciela Domínguez Nava, secretaria de Educación Pública y Cultura, declaró inaugurada la feria a nombre del gobernador Rubén Rocha Moya, y dijo que esta es una fiesta del espíritu, una feria con un atractivo programa para colmar las expectativas de un público exigente e informado.
Celebró la disposición de la gente de acercarse a la cultura y a las artes, pues los sinaloenses en la actualidad tienen claro que los tiempos actuales reclaman del diálogo entre nosotros mismos y la apertura y entendimiento entre los pueblos.
“Con los riesgos de conflictos armados en el mundo, el resurgimiento de aislacionistas, las ideologías de exclusión y pretensiones de edificar muros, es pertinente reunificar la universidad de la cultura y el arte como fuentes civilizatorias”.
La plazuela Obregón se transformó en la sede de una serie de stands que reúne las publicaciones de editoriales mexicanas e internacionales, librerías locales y nacionales, ediciones independientes, públicas y universitarias, en las que los lectores pueden encontrar cientos de libros.
Participan en su organización el Instituto Sinaloense de Cultura, el Gobierno del Estado, el Colegio de Sinaloa, SEPyC, el Congreso del Estado, Fundación Coppel y SuKarne.
Del juego al fuego de palabras
La escritora sinaloense Dina Grijalva presentó su más reciente libro Fuegos de palabras., en el que hace un recuento de las principales figuras retóricas en narraciones, una visita guiada por 28 tipos de juegos de palabras correspondientes a casi todas las letras del alfabeto, con una o dos secciones para cada una.
El libro le llevó año y medio pero detrás de él hay lecturas de toda una vida. Y leyó algunos versos con figuras como el calambur, una figura retórica que dijo que le fascina.
Victoria Herrera, quien fungió como comentarista, destacó que en su libro hace un recorrido acerca de las figuras retóricas que podemos usar en nuestro lenguaje.
“Nos presenta un maravilloso juego y de manera sencilla, representaciones oxímoron, calambur, el eco nos pone ejemplos divertidos sobre todas estas figuras que hemos utilizado y disfrutado”.
Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.