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"DÍA DEL MAESTRO"

"Julieta Montero, maestra por amor a la palabra"

"Tras concluir sus estudios en letras hispánicas, la poetisa quiso compartir con otros la riqueza de la palabra escrita, hasta llegar a fundar el Colegio Gilberto Owen"

Apasionada de la literatura en todas sus expresiones, Julieta Montero Medina es una maestra a quien varias generaciones de mazatlecos reconocen como una mujer con auténtica vocación por la enseñanza y un gran amor por las letras.

Su trayectoria en la educación es de casi cuatro décadas, ya que está segura que el sitio histórico del maestro está en el punto de unión entre el conocimiento, la sociedad, la cultura y el lenguaje.

Fundadora del Colegio Gilberto Owen, escritora de varios poemarios e infinidad de ensayos, además de columnista de Noroeste, tiene formación profesional en Letras Hispanoamericanas por la Universidad Autónoma de Guadalajara y cuenta con un Doctorado en Educación por la Universidad Autónoma de Durango.

“Creo que cuando no traes la vocación, es muy difícil ser maestro. Cuando yo estudié letras me motivó tanto lo que aprendí que quería que todos los demás supieran de la riqueza de la literatura, además, la literatura y la educación están íntimamente ligadas, por eso decidí ser maestra”, comparte.

En su opinión, esta relación de la literatura y educación se confirma repetidamente en la historia de la literatura, en la que ha habido grandes escritores, narradores y poetas que han sido excelentes maestros, como José Vasconcelos, Rafael Ramírez y Estefanía Castañeda, entre otros.

“Enseñar es una labor de crear a diario la naturaleza del ser humano, porque moldeamos mentes, esculpimos intelectos, porque le estamos dando un cambio positivo al País. Un País educado es más tecnológico y avanzado”, explica la sinaloense que aparece en el Diccionario de Escritores Mexicanos del Siglo XX editado por la UNAM.

 

DEL SUEÑO AL PROYECTO

La trayectoria de la maestra Montero inició hace casi 40 años en Guadalajara, cuando apenas había terminado sus estudios de licenciatura colaboró como catedrática en la UAG y posteriormente, en 1983, fue docente fundadora del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey Campus Mazatlán.

Y fue en la experiencia con alumnos de educación superior y en las aulas de grandes instituciones educativas donde se gestó el proyecto educativo del Colegio Gilberto Owen, que propone un servicio educativo de calidad y personalizada.

“Hace 25 años nació el Colegio con las características que lo distinguen: tener grupos de 20 alumnos únicamente, ¿por qué? Porque damos una atención personalizada, una educación con esmero, hablamos a nuestros alumnos por su nombre y atendemos sus necesidades educativas específicas”, explica.

Teniendo una finca en pleno centro de la ciudad, la maestra Montero comenzó su proyecto: suprimió el área de la alberca, de los jardines y se empezó a modificar toda la estructura de la vivienda, para construir las aulas y abrir la escuela.

“Pensé: ‘así ya me dedico por completo a hacer lo que me gusta hacer, que es enseñar’ y aquí estoy, ahora con toda mi familia”, expresa.

El Colegio Gilberto Owen cuenta con tres unidades: Centro, Prados del Sol y Clouthier, gracias al apoyo de su esposo Filiberto Cañedo, quien junto con sus hijos Elitt y Julieta forman parte del consejo directivo de la institución que atiende a una importante cantidad de familias de todo Mazatlán.

“Atendemos desde kinder, primaria, secundaria y preparatoria, pero las bases de la educación se dan en preescolar; los niños son esponjitas que absorben y se llevan todo. Durante 25 años, con esas esponjitas, hemos tenido cientos de niños que hoy son personas que ocupan puestos importantes en empresas y la sociedad”, añade.

 

ORGULLOSAMENTE MAESTRA

“Han sido casi 40 años años maravillosos, de mucho trabajo, de muchas vivencias y muchas satisfacciones, que no los he sentido como tal en tiempo, porque cada mañana el aula es maravillosa, me da vida, me alimenta y alienta para continuar”, asegura la poetisa y creadora de la columna Voces Dspeñándose, publicada en Noroeste.

Y parafraseando al poeta Gilberto Owen, la maestra Julieta destaca que para ser maestro se debe actuar de corazón y con una entrega total a la tarea de educar, porque estás dando las bases para la vida de una persona.

“Gilberto Owen decía que al escribir un poema debes morir en él, yo digo, para dar una clase buena debemos morir ese día en el aula, es decir, entregar todo. Como maestro sabes cuándo das una clase excelente y el resultado lo verás mañana, cuando tus alumnos sean hombres y mujeres de bien, profesionistas exitosos”, señala.

De hecho, en los 25 años como directora general del Colegio Gilberto Owen, la maestra ha tenido infinidad de logros académicos, hasta 10 de los 13 primeros lugares cuando los concursos eran por asignatura, en años recientes alumnos ganadores de la Olimpiada del Conocimiento Infantil.

“Todo esto se logra con entrega, con dedicación, con pasión por lo que elegiste ser. El maestro enseña con ejemplo, es una profesión difícil y divina, porque ayudamos a la creación, el maestro crea constantemente y reinventa para llevar al alumno con al conocimiento”, añade.

Y como mujer de letras, considera que un maestro debe hacer de la lectura su base y forma de vida, ya que enriquecerán su lenguaje, conocimientos y cultura, y un maestro que es sujeto de conocimientos y cultura tiene la capacidad de formar alumnos ilustres.

“Ser maestro es también la más difícil de las profesiones, la de mayor responsabilidad, porque de tu trabajo depende la misma sociedad. Un buen maestro es guía, consejero y creador, su tarea es titánica, porque debe ser innovador, impulsor, protector y realizador”, considera. 

 

FAMILIA

Su esposo, Filiberto Cañedo; sus hijos, Julieta y Elitt; nietos, Ximena, Diego, José Enrique, Rebeca, Sahara y Sofía.

 

PRESTIGIO

El nombre de Julieta Montero Medina se encuentra en el Diccionario de Escritores Mexicanos, editado por la UNAM, en la letra M, al lado de otros escritores mexicanos.

La maestra escribe para Noroeste la columna Voces Despeñándose, en la que comparte poemas de su autoría.

 

PREMIO

En diciembre de 2005 Julieta Montero obtuvo el Premio de Ensayo Octavio Paz, publicado por el Consejo Estatal Electoral en Culiacán.

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