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"La brevedad y el silencio: 100 años de Juan Rulfo"

"Este 2017, se celebra en México y el mundo el centenario del hombre que cambiaría para siempre la literatura mexicana"
17/05/2017 08:21

Son pocos los que no han expresado admiración por la obra de Juan Rulfo, dueño de una voz literaria que no ha visto parangón en México y posiblemente el escritor mexicano más revisitado y comentado en el mundo.

 

Nacido un 16 de mayo de 1917 en Sayula, Jalisco, emigró a la Ciudad de México a los 15 años. Estudió Derecho en la universidad, donde comenzó a escribir alrededor de los años 30, pero no fue sino hasta una década después que comenzó a publicar en revistas. Más tarde, en 1953, publicaría una colección de 17 cuentos titulada El llano en llamas.

 

Dos años después, apareció Pedro Páramo, la novela que habría de consolidarlo como una de las voces literarias más originales y poderosas de México. De esta última obra, Jorge Luis Borges dijo que era una de las mejores novelas escritas en español, y acaso en el mundo entero.

 

Rulfo pudo gozar de la fama de sus libros y se convirtió en una leyenda viviente. Pero, “desprovisto de pretensiones”, como lo describió alguna vez Susan Sontag, vivió siempre al margen de todo, como buscando la invisibilidad. Y resulta incluso curioso que nunca vivió de las regalías de sus libros, sino que se dedicó a diferentes profesiones a lo largo de su vida, que nada tuvieron que ver con la literatura. 

 

Ausencia literaria

Juan Rulfo arrastraba el silencio sobre sus hombros. Quienes lo conocieron, lo describen como un hombre breve y de pocas palabras. Ese mismo silencio, pareciera gritar en su obra, que se materializa en un estilo lento y conciso, donde la realidad no es realidad o circunda siempre sobre sí misma y donde los muertos caminan como si siguieran vivos.

 

“En mi vida hay muchos silencios”, dijo alguna vez. “En mi escritura también”.

 

Y ese silencio perduró durante varias décadas, en las que no publicó ningún otro libro. En muchas ocasiones, le preguntaban cuándo volvería a publicar, y durante algún tiempo se supo que estaba trabajando en una obra titulada La cordillera, que terminó destruyendo más tarde.

 

Enrique Vila-Matas habla sobre la razón de ese silencio en su libro Bartleby y compañía: “Durante un tiempo, el pánico a ser despedido por el apretón de manos de su jefe convivió con el temor a la gente que se le acercaba para decirle que tenía que publicar más. Cuando le preguntaban por qué ya no escribía, Rulfo solía contestar: ‘Es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias’”

 

Y así se mantuvo hasta 1980, cuando apareció su segunda novela, El Gallo de Oro, que en realidad fue escrita casi inmediatamente después de Pedro Páramo, pero vio la luz décadas más tarde por distintas razones.

 

Rulfo creció prácticamente huérfano. Con la muerte de su padre cuando el escritor tenía apenas 6 años, y su madre, que murió 4 años después, esa sensación de soledad en la niñez influyó grandemente en su narrativa. No es de extrañar, pues, que el contexto de sus libros haya sido la pobreza y la violencia

 

El escritor colombiano Héctor Abad Facioline, en su ensayo El sufragio de las almas, destaca la obsesión de Rulfo con la muerte violenta de su padre como un factor determinante en su literatura, e incluso se atreve a afirmar que esta es el tema central de Pedro Páramo.

 

La premisa de esta novela parte precisamente a partir de un hombre que llega al mítico pueblo de Comala en busca de su padre, “un tal Pedro Páramo”, por petición de su madre, y en ella abundan escenas de precariedad y una atmósfera de abandono y soledad, en medio de una llanura que parece estar apartada de todo, un puente entre la vida, la memoria y la muerte.

 

Esta obra, acaso la más aclamada de su breve bibliografía, se convirtió en una de las novelas fundamentales de América Latina. Los críticos ven en ella infinidad de símbolos y voces de la cultura ancestral mexicana.

 

Unido a la fotografía

La pasión poética de Juan Rulfo por los escenarios rurales se reflejó también en un portafolio fotográfico, que fue nutrido por sus incontables viajes. El resultado de esta afición vio la luz en la revista América, prácticamente junto con algunos de sus cuentos, en su periodo de mayor actividad, que fue en los años 40.

 

En una entrevista publicada en 1983, Rulfo dice: “La realidad no me dice nada literariamente. Aunque pueda decírmelo fotográficamente. Admiro mucho a quienes escriben acerca de lo que escuchan y ven inmediatamente. Yo no puedo penetrar la realidad: es misteriosa”.

 

Actualmente, para celebrar el centenario de su nacimiento, se exhibe una muestra de su trabajo fotográfico en el Museo Amparo de Puebla, con una colección que reúne 150 imágenes y más de 30 documentos de temas de su interés de distintas etapas de su vida. Permanecerá ahí hasta julio, y después se mudará a Ciudad de México.

 

Su incursión en el cine

Además de su vocación como escritor y su pasión por la fotografía, Rulfo incursionó también en el cine, creando argumentos, guiones e incluso como actor. Su obra literaria fue representada en producciones como Talpa, El despojo, El gallo de oro, cuyo guion original fue elaborado por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, y que fue adaptada por Roberto Gavaldón en 1964 y años más tarde por Arturo Ripstein en El imperio de la fortuna.

 

Hay quienes dicen, incluso, que escribió Pedro Páramo pensando en una estructura cinematográfica que se puede apreciar en la brevedad de los diálogos y la conformación de las “escenas”.

 

Esta “expectación consumada del cine” como describe su viuda, Clara Aparicio, le fue heredada a uno de sus hijos, Juan Carlos Rulfo, reconocido cineasta, realizador de producciones como Del olvido al no me acuerdo (1999), En el hoyo (2006) y De panzazo (2011), entre otras.

 

Ahora, en serie de TV

Será también el cineasta Juan Carlos Rullfo, hijo del escritor, quien estará a cargo de una serie documental en la que se contará parte de la vida y obra de su padre, con motivo del centenario de su natalicio. En declaraciones a la prensa, Juan Carlos Rulfo, hijo del dramaturgo y quien está a cargo de este proyecto, escrito por Marina Stavenhagen, comentó que la serie constará de siete capítulos.

 

La información sobre la serie, publicada en el sitio aristeguinoticias. com reporta que el hijo de Juan Rulfo consideró como un proceso largo la reconstrucción de esta historia por la cantidad de información, pero también que esta serie le abre la puerta a nuevas formas narrativas.

 

“Tenía que poner en orden la obra de mi padre para poder contar su historia y creo que encontré la forma de hacerlo a través de seis capítulos y uno más que será un extra”, apuntó.

 

Destacó que el primer episodio se centrará en El llano en llamas.

 

“Veremos cómo se construye un personaje, cómo es, ese lugar del llano en el que él creció”.

 

“Desarrollaré un poco como es la vida del País, de la revolución cristera y otros factores que lo rodearon”, apuntó el también realizador, tras señalar que el siguiente episodio podría estar enfocado en Pedro Páramo.

 

“Lo acompañaremos a través de su vida como si fueran historias paralelas que se van entrelazando hasta llegar a un punto”, dijo.

 

Adelantó que tendrán voz actores que trabajaron con Rulfo en el cine, se tocará el aspecto humano, así como su relación familiar. Él y su madre, Clara Aparicio, de 84 años, serán los narradores de la serie.