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Formación

La ciencia siempre ha estado presente en la literatura, asegura el escritor Miguel Tapia

El autor sinaloense imparte curso en la Casa Estudio Cien Años de Soledad

La ciencia ha tomado un papel importante en la literatura, desde tiempos remotos, apuntó el escritor Miguel Tapia.

Durante el curso La ciencia en la narrativa Latinoamericana, que el escritor y académico sinaloense imparte en Casa Estudio Cien Años de Soledad, habló de épocas, autores, personajes y obras que dan cuenta de ello.

A lo largo de la historia, la ciencia ha estado presente en la literatura, a veces representada como un conocimiento, aplicando la búsqueda del conocimiento científico, expresado a través del seguimiento del método científico.

“A veces está presente, sin que un conocimiento en particular sea representado o las aplicaciones técnicas, incluso los científicos, en lo individual o colectivo, son personajes literarios”, señaló.

“La ciencia puede estar presente de estas formas en la literatura”.

El novelista, cuentista, traductor y profesor universitario, autor de Los ríos errantes y Tumbas de agua, que ganó el Premio de Novela Ciudad Estepona, aclaró que el propósito del curso es tratar de comprender la relación entre ciencia y literatura.

“Tenemos muchas formas de abordar esta pregunta, me parece que este tema en particular es interesante dado esa tendencia que tenemos a pensar en la ciencia y la literatura como dos sistemas de representación distintos, excluyentes, separados e irreconciliables uno con el otro”, apuntó.

$!La ciencia siempre ha estado presente en la literatura, asegura el escritor Miguel Tapia

“Esta es una idea que se ha extendido con cierta justificación, pero no siempre, parte de lo que vamos abordar qué punto hace que sean reconciliables o no”.

Durante la charla de poco más de dos horas, habló de autores representativos de la narrativa de la región, sus puntos de cruce entre estos dos sistemas de comprender el mundo.

“La literatura ha abordado un poco la ciencia de alguna manera, integrando el conocimiento científico mismo, integrando una teoría, una ley establecida por la ciencia, una explicación, un fenómeno, en el discurso literario”.

Reconoció que en América Latina no hay esta tradición pero sí se han dado casos.

Y el análisis comenzó en Grecia, cuando en la antigüedad la noción de ciencia y literatura no existían como se entienden hoy y se hacía poesía didáctica.

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“Eran poemas que tenían como objetivo transmitir un conocimiento y se hacía de forma de verso, con diferentes motivaciones”.

Hesíodo en el Siglo 7 antes de Cristo escribió ‘Los trabajos y los días’, un poema que es un almanaque, escrito en forma de calendario, donde se habla y definen los tiempos de la siembra y actividades en el campo.

Esta tradición, añadió, se mantuvo a lo largo de los siglos. Pero en el Siglo 6 a C aparecieron los filósofos presocráticos, que fueron los padres de la filosofía y crearon una forma de filosofía de la naturaleza.

Ellos tuvieron las primeras iniciativas para crear un conocimiento sistemático de la naturaleza, que luego da entrada a un posicionamiento que tenía la intención de conocer la naturaleza, de manera independiente a lo mitológico.

Llegaron Aristófanes, Sócrates y en la antigua Roma se creó la poesía didáctica que alcanzó su punto cúspide en un poema de Lucrecio, ‘De la naturaleza de las cosas’.

Agregó que Francos Bacon postuló en sus trabajos ideas metodológicas que después darían forma al método científico.

Además, introdujo una noción que será fundamental para el desarrollo de la ciencia moderna, que es la ciencia del derecho del hombre gracias a su capacidad de raciocinio, para conocer a fondo la naturaleza y aprovecharla en beneficio propio.

Analizó textos y personajes que se volvieron míticos, como el Doctor Fausto, un sabio que buscaba adquirir todos los conocimientos posibles, aunque su fascinación eran las ciencias ocultas y las ciencias naturales.

En La Tempestad, de Shakespeare, hay un personaje, Próspero, que es un sabio que por dedicarse a sus estudios descuida su gobierno.

En la ilustración, en el Siglo 17, que se dio la Revolución Científica, aparecieron Galileo Galilei, Descartes, Issac Newton, época en que la ciencia se convirtió en un sistema basado en la lógica, la experimentación y las matemáticas.

“Y se despoja de toda la mezcla de conocimientos que había entre los sabios de la época, como la alquimia, la cábala, la magia y la astrología”.

Durante la charla, transmitida a través de Facebook y Youtube, Tapia analizó algunas obras como Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, donde retoma avances científicos.

Épocas como el Romanticismo alemán, cuando había una intención de integrar los diferentes tipos de conocimientos, que toman más en cuenta al individuo y sus vivencias.

“Un ejemplo de esto es Goethe, que se interesó por diferentes áreas del conocimiento. En Francia Emile Zola, estudiaba fenómenos de la sociedad que le tocó vivir”,

Y al llegar a Latinoamérica, destacó la obra del argentino Domingo Faustino Sarmiento, textos académicos y científicos, con metáforas basadas en conocimientos científicos.

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