|
""

"Las alas de Titika: El engañoso optimismo"

"."
02/02/2018 11:08

María Julia Hidalgo López

Te atreverías a confesar que has asistido a un taller de superación personal y has gritado con todo el grupo: ¡Yo, sí puedo!, ¡Yo, sí puedo! ¿Acaso no hay entre tus libros uno que prometa ser el mejor y lograr todo lo que te propongas? Quizá has asistido a más de un taller y leído los libros más entusiastas, pero con el paso del tiempo descubres que sigues siendo el mismo y que, además, sigues arrastrando los mismos complejos de siempre.

¿Basta con tener un pensamiento positivo para lograr las cosas que deseamos?, todo depende, pero ¿de qué? En definitiva, si tenemos pensamientos positivos al emprender algo seguro será más sencillo realizarlo, a que si me estoy repitiendo: es muy difícil; no voy a poder; si fulanito no pudo seguro es porque es imposible hacerlo. Bien a bien no sabemos, pero en definitiva todo en nosotros responde mejor cuando pensamos positivamente; sin embargo ¿es suficiente eso para ser la mejor bailarina, aprender un nuevo idioma, conseguir el empleo deseado, escribir el mejor libro?

Si alguien que queremos está compitiendo por una beca y tenemos la certeza de que su contrincante es mejor que él; o quien solicita un empleo superior a sus capacidades, o incluso alguien que ama a una persona que no le corresponde; ¿qué les diremos?, que él es mejor que su contrincante, que seguro tendrá ese puesto, que insista con la persona que ama, pues seguro le corresponderá. Diremos cualquier cosa para aumentar su confianza, pero qué pasa cuando no obtiene la beca, cuando no logró el empleo deseado y cuando la persona amada lo rechaza.

Algunos dicen que somos el resultado de lo que pensamos, o podría ser que somos el resultado de lo que hacemos. Según el siquiatra Rafael Salín, UNAM, la actitud que tomemos ante una determinada situación es que nos ayudará a alcanzar la meta, ya que la actitud positiva utiliza circuitos neuronales que empiezan a mostrar caminos alternativos que anteriormente no habíamos detectado.

Existe una investigación que muestra que la diferencia radica en el nivel de autoestima. Al parecer las personas que con alta autoestima refuerzan su confianza con los pensamientos positivos, causan un efecto favorable. Pero para aquellas personas que tienen una baja autoestima, los comentarios positivos y creadores de expectativas pueden resultarles contraproducentes y hacerles más mal que bien. Pues la frustración es mayor cuando se comprueba que aun y pensando positivo y haciendo todo lo que se debía hacer no se logra el objetivo.

El estudio realizado, entre personas con alta y baja autoestima, mostró que repetir el mensaje: “Soy una persona encantadora”, mejoró el estado de ánimo de aquellas con alta autoestima, pero no de quienes se sintieron forzadas a repetir la frase; es decir a autoanimarse pues en el fondo era algo que no pensaban de sí mismas. Según los resultados se podría concluir que los pensamientos positivos no causan el mismo efecto a todas las personas, si bien ayuda a unos a otros les puede generar conflicto o sentimientos de autoengaño y además una continua y molesta comparación con el ideal deseado al saberlo inalcanzable. El resultado que esto puede tener es reforzar la percepción negativa que se tiene de sí mismo.

Si somos astutos podremos engañar a unos cuantos, pero aun leyendo los libros más taquilleros de superación personal, o asistiendo a esos cursos donde te prometen salir renovado y sintiéndote súper hombre o súper mujer, si cada uno de nosotros no se cree su propio cuento, nada de lo que hagamos nos ayudará a que éste sea una realidad.

Comentarios: majuliahl@gmail.com