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"Las alas de Titika: Felipe Garrido"

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13/10/2017 15:15

María Julia Hidalgo López

El peregrino que fue procreado en Torreón, que nació en Guadalajara y que dio sus primeros pasos en la ciudad de México es el mismo que creía que su padre había escrito El Quijote. Así creció Felipe Garrido, escuchando de su padre esas historias fascinantes, tan reales que se sorprendió cuando descubrió que éste no era el autor sino que formaban parte de la obra de Miguel de Cervantes; su padre era un buen cuentero.

Eso lo disfrutaba Felipe y quizá esas historias fueron su primera influencia en el mundo de los libros.

Ahora de grande, y convencido de la valiosa relación que existe entre la lectura y el aprendizaje, a la pregunta: ¿por qué es importante leer literatura?, el maestro Felipe Garrido responde: “porque los textos literarios van dirigidos no sólo al intelecto, la memoria y la imaginación, como cualquier otro texto, sino también sobre estratos más profundos, como los instintos, los afectos y la intuición, y por eso consolidan una inclinación mucho más intensa hacia la lectura”.

Promotor incansable de la lectura y la escritura, considera que es tan importante leer como escribir “es la manera que tenemos de probar la comprensión”. También ha repetido que el fin no es sólo alfabetizar: “ochenta y nueve de cada cien mexicanos saben leer y escribir, pero no son lectores. Leen y escriben todos los días por razones utilitarias, para estudiar, trabajar e informarse de lo indispensable”.

Un gran conversador. Seguramente la temprana lectura de tantas aventuras, historias y personajes lo han provisto de imaginación y de sapiencia. Quizá a eso se refiere el maestro Garrido cuando dice que la lectura y la escritura son una buena herramienta, no para formar más escritores, sino para convertirnos en seres críticos y evitar convertirnos en esclavos. Eso uno lo nota apenas intercambia con él las primeras palabras; se trata de un hombre libre. De habla pausada; no tiene prisa por expresarse, se toma su tiempo y uno termina agradeciendo esa previa reflexión. También es un convencido de que el nivel de lectura de un país tiene que ver con su nivel de desarrollo: “las naciones donde se vive mejor son las naciones donde se lee más”. Eso es lo que ha hecho el maestro Garrido durante toda su vida. Muchos de sus viajes, a distintos rincones del país, tienen que ver con entusiasmar y provocar en otros ese gusto que promete el conocimiento de nuevos mundos.

El mes pasado, en algunos de esos lugares, se reconocería la trayectoria del maestro Felipe Garrido, pero septiembre no sólo paralizó el andar con huracanes, terremotos, decesos, amenazas, asesinatos y declaraciones ignominiosas, sino también una serie de eventos culturales que quizá no recuperen cabida en la agenda de este año. Un triple homenaje -en Oaxaca, Ciudad de México y Torreón- para alguien que ha llevado historias a lugares recónditos; un personaje que ha inspirado a chicos y a grandes en ese maravilloso universo real o imaginario que erigen las palabras. Justo el martes 19 de septiembre, en el Palacio de Bellas Artes, dentro del ciclo Protagonistas de la Literatura Mexicana, habría sido el primero de esos homenajes; algo sacudió la tierra y eso ya no fue posible.

Escritor, traductor, editor, promotor de la lectura y la escritura, académico, viajero, ermitaño -en lo posible-, padre de familia, dueño de dos gatos... Profesor: “o estoy leyendo mal o aquí sobra esta palabra”, una breve interrupción que luego será acompañada de un amplio breviario. Citas, anécdotas, frases... todo lo necesario para armar una historia. Recomendaciones de lecturas, cuestionamientos sobre personajes, tiempos, tono, coherencia, trama, ritmo, pero sobre todo énfasis en la palabra utilizada. ¿Adjetivos?, “sólo los necesarios; esos que sirven para describir no para adornar”. Lectura en voz alta. Acaso “¿acaso ustedes hablan así?, ¿así hablan cuando están con los amigos?”, es común que él repita.

Ganador de innumerables premios y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua. Escribir sin prisas; una de sus mayores recomendaciones. También leer, no como lectores ingenuos sino como aquellos que se preguntan sobre lo que leen. El mejor homenaje: seguir sus recomendaciones e intentar, en lo posible, no escribir por aproximación sino con un profundo sentido de la palabra. Enhorabuena maestro Felipe Garrido, seguiremos honrando y agradeciendo su noble labor.

Comentarios: majuliahl@gmail.com