La invitación era para asistir al primer aniversario. Seguro yo estaba fuera de moda; todo en el impreso me resultaba un descubrimiento, una novedad que me restregaba el paso de los años —de los míos, claro—. Pinche Chica Chic, ¿qué era eso? La cita era en un lugar pequeñito, de esos con luces ámbar y ladrillos expuestos. Se anunciaba la participación de bandas sonoras, Dj set, videos tutoriales, ritmos del mundo, la presencia de gurús fashonistas, partida de pastel a media noche y pedían que tu atuendo fuera lo más chic de tu ropero. La curiosidad me ganó y empezó mi problema: vestir con traje de baño, gasa transparente con moño en la cabeza o de plano irme bien dark con calcetas a media pierna y plataformas negras; elegí un chemise estampado con firmas. Llegué y empezaron las sorpresas
La recepción estaba a cargo de la editora del primer fanzine de moda y humor: Pinche Chica Chic —dicen que es el mejor del mundo—Entre sus lectores, se cuentan los más fieles y estilosos, esos que no logran ignorar las tendencias. Cien ejemplares cada dos meses, por edición; si te lo perdiste ni modo —un producto para pocos—Sus creadores lo demominan como una publicación de estilo cucho sobre el alto arte rascuache; pura hechura fina. Cuando lo tuve en mis manos pude comprobar que han escrito en ella destacados personajes de la literatura, que sus páginas están escritas con impecable redacción y sus ilustraciones son atrevidas y novedosas, y lo mejor de todo…encuentras contenidos bien sesudos.
Irónica, crítica, desafiante, irreverente…una publicación que te hace reír y pensar. En el número de aniversario, coleccionable, apareció un artículo que destroza la moda en serie, esa que se produce sin ningún estilo propio, esa que sólo se interesa por las ventas sin importar la calidad y el buen gusto, esa que sólo quiere uniformar con prendas desechables, esa baratija —o no tanto— que te llenará los cajones de prendas que nunca usarás y a las que no lograrás imprimirles un valor emocional —en la próxima visita a la tienda la reemplazarás por otra—
Si el verano —estación del año que promete recargarnos, cual cuerpos solares, de energía pura—, es el tiempo de acumular para la llegada del invierno, Pinche Chica Chic podría ser un buen recurso para la hora de invernar. Este tipo de hallazgos son de los que prometen recargarnos bien para enfrentar momentos difíciles y contrarrestar el bombardeo diario. Sin enchufes ni hardware de ningún tipo, Pinche Chica Chic es una publicación que hace cuestionarnos todo lo que traemos encima.
Si lo tuyo es la moda desfachatada, desenfadada y antisolemne, esa que defiende tu soberano gusto por lucir bien, por dentro y por fuera, tan bien y segura de sí como para robar miradas pues no luces como un robotizado maniquí de aparador —ese con sello globalizado, donde sólo ver el precio te hace sentir la peor de todas—seguro serás una chica chic siempre y cuando sigas las recomendaciones de Pinche Chica Chic. Ese día de la presentación mundial —así es como logran vender cada una de sus ediciones— fui testigo del lanzamiento del primero de sus tutoriales en el canal de youtube: ¿Cómo lograr un maquillaje de a ladrido bien perrón?… no podrás creerlo: https://www.youtube.com/watch?v=RtmUSxRdT-g
Nombres groseros, altisonante y muy chocantes son algunos de los sustantivos y adjetivos que llenan las páginas de Pinche Chica Chic, pero con unos contenidos que se toman MUY en serio; hasta han retado a sus lectores a que indiquen errores en la escritura —al parecer, no han encontrado ninguno—. Hay de todo poesía, ensayo, crónicas, pasarelas en 3D, testimonios: “Al principio cuando me maquillaba, encontraba que la pintura sirve como una marca de doble filo: te empodera hasta la farsa y te vulnera desde la minoría”. Un fanzine de nombre muy mexicano, donde sus valientes creadoras hacen derroche de un auténtico y original talento.
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