"'Los vitrales son un arte vivo'"
Dice Fernando Montaña que los vitrales se asemejan al ser humano: de día irradian hacia adentro por la luz exterior y de noche hacia afuera cuando se enciende la luz interna.
"Así los vitrales lucen por dentro con la luz exterior. Pero de noche, cuando se prende la luz, los hace lucir en el exterior. Así los humanos tenemos también una luz interior que nos hace brillar".
Él está al frente de los trabajos de restauración de los Vitrales del Templo de La Lomita. Viene de Torreón y su padre y su abuelo, de Casa Montaña, fueron quienes crearon el total de ellos.
"El vitral educa, motiva y transforma, desde su origen en las catedrales europeas se utiliza para representar la vida de los santos, los pasajes bíblicos. La gente antes no sabía leer y el vitral se usa para educar porque el Sacerdote al dar su sermón, tiene elementos en los cuales se apoya. Los vitrales motivan, son un arte vivo", asegura.
"Cuando la luz pasar por un cristal se transforma, siempre ha sido un apoyo muy bueno, te da un recogimiento, da un acercamiento más a Dios, es luz que transforma el espacio, te transforma un área y siempre hay una historia detrás, una representación, y es un elemento de ayuda, una disposición más del templo".
El vitral, ejemplificó, es un rompecabezas, tiene piezas independientes de vidrio, al que se le da tono desde que se fabrica y tiene detalles de pintura que se hornea y se sella.
Los trabajos de restauración que están haciendo consisten en limpieza, sellado entre vidrio y plomo, pulido, tallado y pintura en el marco perimetral y limpieza de vidrios por dentro y por fuera.
"Se está sellando y revisando toda la parte perimetral del vitral, con la estructura principal, que es una cuadrícula, es de fierro, si está oxidado, se pule y se vuelve a pintar. Es limpieza total por fuera y por dentro".
Pocas son las piezas rotas o faltantes y se están sustituyendo, una de ellas es en el vitral del frente, que tiene un hueco que pudo ser por una pedrada o un ave que se haya estrellado.
"Son vitrales históricos, artísticos, una joya", dice.
HISTORIA DE LOS VITRALES DE LA LOMITA
Los vitrales del templo de la Lomita, construido en 1910, y dedicado a la Virgen de Guadalupe, representan las apariciones de la Virgen a Juan Diego.
Fueron diseñados por el artista William Dalnegri y los tres primeros los encargaron a Casa Montaña, en 1962, recordó.
"Los tres primeros los hace mi abuelo del 62 al 68, la cuarta aparición se pide en el 80, en octubre le hablan a mi papá para que presupueste, los quieren para diciembre, a más tardar el 12, pero en ese momento no era posible entregar tan rápido, y lo encargan a otra empresa, mi papá volvió en agosto y aún no los ponían", contó.
"Tres años después pegó un ciclón, le hablaron a mi papá para que viniera a ver los daños y su sorpresa fue que el cuarto vitral que él no había hecho se había caído casi en su totalidad. Le dan el trabajo de restauración de los tres primeros y le encargan la fabricación del cuarto totalmente nuevo".
Estos primeros vitrales miden 8 metros de altura, por 12 de ancho en su base.
En 1992 con motivo de la evangelización, se les pidió el de la fachada, y representa la llegada de la evangelización de México, con algunos cerros de España, los primeros frailes que trajeron La Palabra del Señor y la cruz del Espíritu Santo.
Encontraron que sus condiciones actuales en términos generales está muy bien.
"Se han mantenido muy bien, hace 15 o 16 años vinimos a dar mantenimiento profundo, el Padre (Manuel Silva) me comenta que de vez en cuando se limpia, lo importante es estar siempre monitoreando, si ve que la estructura se empieza a oxidar es necesario intervenir para que no se vaya a destruir".
Los trabajos de restauración, estimó, les tomará poco más de un mes.
PARA SABER
Los vitrales del Seminario de Culiacán, el Convento de las Madres Capuchinas y del Templo de la Sagrada Familia fueron hechos por Casa Montaña.
Son cinco vitrales, los cuatro primeros representan las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego y el quinto la evangelización.