"Premian a Brianda Bustamante por su excelencia en el ballet"
Haber ganado el Oro, en el Concurso Nacional de Ballet, fue para Brianda Bustamante una de las más grandes emociones.
"Sentí mucha emoción cuando mencionaron Sinaloa, fue muy bueno porque era probable que no fuera al concurso, por cuestiones económicas y
llegar fue un logro para mi escuela", aseguró Brianda, alumna de Fernanda Guerra Arte Espacio. Brianda, que tiene 14 años y recientemente terminó la secundaria, recuerda que en el concurso tuvo que enfrentar en tres rondas a bailarinas de todo el país que hacían un trabajo muy bueno. Incluso, dice, llegó a pensar que no podría ganar, pero siguió echándole todas las ganas.
"Y cuando me di cuenta que había ganado fue un gran impulso para seguir estudiando ballet, sentí muy bonito porque también mencionaron a Sinaloa".
Para ella bailar es la mejor forma de expresar sus sentimientos. Brianda supo que quería bailar cuando tenía 7 años. Fernanda Guerra había llegado a su escuela preguntando a quién le gustaba bailar, era flexible, podía saltar y levantar la pierna para darles becas, cuando tenía la Escuela Municipal de Danza.
Brianda fue una de las que quiso ser parte, se lo pidió con insistencia a su mamá y un buen día la llevó, como premio por haber obtenido buenas calificaciones.
Ahora, en el Concurso Nacional de Danza, que se llevó a cabo en el Palacio de Bellas Artes, vio premiado su esfuerzo, sus cinco a seis horas de ensayos diarios, su disciplina, su esfuerzo por llevar una buena alimentación, al ganar el Oro en la Categoría D y dos becas, una a Canadá y otra a Alemania.
Las oportunidades
Como ella, Kevin Ayón, de 15 años, fue uno de los bailarines que más becas obtuvo en el Nacional de Danza: para el Festival de Córdoba, Cancún, Houston Ballet, Les Grands Ballet Canadiens y el Idyllwild Arts Academy de Los Ángeles, California.
"El concurso fue una gran experiencia porque a pesar de ser la primera vez que iba, pasé a las rondas finales, tomé clases magistrales donde había más hombres de mi edad y podía ver lo que podíamos hacer todos", manifestó.
"Espero ir a la mayoría de las becas para aprender y no desaprovechar las oportunidades porque capaz y se da otra cosa mejor".
Desde que era pequeño, a Kevin le gustaba bailar. Y aunque no lo recuerda, su madre le cuenta que siempre decía que quería ser una estrella, bailar en todas partes y bailaba en la sala, como Dios le daba a entender.
"Cuando estuve más grande vi que me podía abrir de piernas y dije yo quiero bailar, me metí a una academia cerca de la casa pero no me gustó, y me encontré a un familiar que nos recomendó ir con Fernanda Guerra".
Mariana Acosta, de 14 años, ganó el Oro hace dos años y este, aunque no se llevó ningún lugar, fue premiada con una beca para un verano en California.
"Fue valorarme a mí misma, entendí que hay que ver en qué estamos bien y qué hacemos mal y seguir trabajando"
Camila Alvarado tiene 10 años, desde pequeña quiso estudiar ballet, pero apenas hace año y medio lo estudia y ya fue a concursos en Nueva York, al Développé, Attitude, y ahora al Nacional.
Con ellos, participaron también Paola Canale, en la Categoría A; Lizbeth de la O, en la Categoría C; Natalia Angulo, Carolina Gámez y Karla Peiro, en la Categoría D.
El esfuerzo
La bailarina y coreógrafa Fernanda Guerra asegura que en estos premios, sólo el 50 por ciento es de ella, el otro 50 del alumno, pero para llegar a esto, se debe sumar el 100 por ciento de los padres, el apoyo de autoridades e iniciativa privada.
"En las contiendas nacionales, quienes destacan en los últimos años son Monterrey, Veracruz, este ciclo Coahuila y nosotros, Sinaloa va creciendo, hay más escuelas partícipes, como la de Chepina Guerra, que obtuvo un plata, Fernanda Romero, en categoría B".
La principal dificultad que tienen, reconoció, es el presupuesto, el no saber si un niño va a poder reunir el dinero para comprar el vuelo, hacer el viaje, baja la ilusión y la energía que pudiera enfocar en el trabajo.
"Esta vez había tres que no iban a ir, de último momento, y si están ellos con que voy a ir o no, mis papás se les dificulta... no es lo mismo a tener la certeza y estar solo enfocado a eso".
Este año, como escuela participaron entre otros en el Développé, el Atittude, Youth America Grand Prix, el Nacional de Ballet, con vestuario, puntas, mallas, uniformes, todos los códigos propios de la presentación, los entrenamientos, montajes, hospedajes, alimentación.
"Es un gran esfuerzo de los padres y de nosotros, pero sin duda si no se asiste a eso, si dejamos de hacer esas preparación no estuviéramos en el nivel, es una cadena de visión y de metas que se van logrando. Se necesitan esas plataformas para que fogueen sus variaciones, yo verlos en escena", aseguró.
"Ellos van a terminar sus preparatorias con un perfil semi profesional o para audicionar en compañías o buscar becas para sus carreras por méritos artísticos. Tenemos dos alumnos becados en el Tec de Monterrey, una con 90 por ciento y otra con 30 por ciento".
La meta, añadió, es que tengan una beca universitaria o un trabajo directo a nivel internacional, que les dé fogueo y después puedan retribuir a Sinaloa.
PLATA PARA SINALOA
Fernanda Romero, alumna de la Escuela de Danza Chepina Guerra, obtuvo Plata en el Concurso Nacional de Danza.
CONCIENTIZACIÓN
Fernanda Guerra llamó a la familia y amigos de bailarines de alto rendimiento a no hacerles bullying por practicar ballet y por cuidar su alimentación porque no les ayuda que les digan anoréxicas o que no comen, cuando se sabe que un bailarín de ballet debe tener un peso y unas habilidades, propias de esta disciplina.