Reconoce la UAdeO el aporte literario de Élmer Mendoza
El escritor Élmer Mendoza llamó a la comunidad estudiantil de la Universidad Autónoma de Occidente a definir que es lo que van a ser y apuesten todo a eso.
Al recibir un homenaje de la Universidad Autónoma de Occidente en la Unidad Regional Mazatlán, por su trayectoria y aporte literario, el autor recordó que antes de ser escritor él pensó en ser físico, músico, después estudió Ingeniería Mecánica y Eléctrica en el Instituto Politécnico Nacional y posteriormente Literatura en la Universidad Nacional Autónoma de México donde estudió Letras Hispánicas, Inglesas Clásicas, Antiguas, Grecolatinas y Sánscrito, con el objetivo de ser un buen escritor.
”Pero cuando planeé mi vida la planeé que tenía que hacer cosas, que tenía que hacer cosas diferentes, pero nunca planeé que podía tener estos reconocimientos que me enternecen mucho la verdad, me llegan al fondo de mi corazón, son como una experiencia que no es usual porque a uno no le hacen reconocimientos seguidos y también porque siempre me sorprenden”, añadió Élmer Mendoza, autor de obras como “El amante de Janis Joplin”, “Un asesino solitario”, “El milagro de la orquídea” y “Efecto tequila”, entre otros.
”La verdad es que ni siquiera pienso en ellos, no pienso ni que los merezco, ni que no los merezco, no lo pienso simplemente y me sorprende mucho porque cuando Silvia (Michel) me dijo dije Silvia está bromeando, bromeamos a veces, y Juanjo (el escritor Juan José Rodríguez) me dijo es en serio, me siento muy bien de estar aquí, en serio, muy a gusto, muy querido digamos, muy querido me siento”.
En el evento realizado en el auditorio de la UA de O Unidad Regional Mazatlán, donde recibió el reconocimiento de manos de la directora de esta Unidad, María de los Ángeles Llamas, Élmer Mendoza pidió a las y los estudiantes que definan qué van a ser y apuesten todo a ello, que sean muy tenaces.
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Durante el homenaje, se representaron pasajes de ‘El amante de Janis Joplin’. -
El autor estuvo acompañado por Juan José Rodríguez, Julio Zataráin y Melly Peraza. -
Élmer Mendoza fue reconocido por la UAdeO, Unidad Regional Mazatlán. -
Mendoza compartió cómo fue el proceso de convertirse en escritor. -
Estudiantes, maestros y la comunidad estudiantil acudió al homenaje.
”Sobre todo aquí a los chicos que están en la Universidad si definen qué van a ser y apuesten todo, decidan poner el resto, como dicen, todo, todo y ser muy tenaces”, exhortó a las y los decenas de estudiantes presentes.
“Hay como ese temor de que los jóvenes caigan en la inteligencia artificial porque la inteligencia va a controlar a los imbéciles nada más, desgraciadamente son muchos, entonces hay que sentarse encima, cómo no se puede, y si se van a dedicar a una actividad artística igual, si se van a dedicar a la investigación científica igual, siempre hay que aspirar a ser mejor y buscar un mecanismo para hacerlo, y tener paciencia porque yo me tardé como 17 años para decidir de qué iba el asunto, qué era lo que yo tenía que hacer para conseguir lo que he conseguido”.
En el evento donde estudiantes leyeron fragmentos de obras del escritor y con el maestro Manuel Rochín y Tonatiuh realizaron una representación de un fragmento de la obra “El amante de Janis Joplin”, la escritora mazatleca Melly Peraza dijo que para ella Élmer representa su maestro.
“Yo no puedo meterme a lo literario como Juanjo que conoce perfectamente bien toda la vida completa de Élmer, pero yo les quiero decir que para mí Élmer representa eso, mi maestro, siempre que alguien me pregunta yo respondo con gusto, con amor porque como amigo es excelente y como escritor ustedes los saben”, añadió Peraza, escritora de uno de los talleres del reconocido escritor sinaloense y miembro del Colegio de Sinaloa.
El escritor mazatleco Julio Zataráin comentó que para él Élmer Mendoza fue un parteaguas como lector y como escritor, primero como lector y fue en la Biblioteca de la facultas de Ciencias Sociales donde se encontró por primera vez una portada del libro “La amante de Janis Joplin”, pero no conocía ni al autor ni muchas de las palabras del lenguaje que se utilizaba en esa obra, porque era más de como se habla popularmente en Culiacán.
“Para mí fue conocer, ir conociendo, después comencé a leer más libros de Élmer obviamente, fui a alguna presentación aquí, no me tocó estar en un taller porque creo que eso fue antes de que yo saliera del cascarón, después ya fui a los talleres de Parra, de Cerna en 2013, 2014 y esa fue mi experiencia”, continuó Julio Zataráin.
”Las balas de plata, por ejemplo, fue otra vuelta de tuerca en sus libros que yo dije ‘esto jamás lo voy a poder hacer porque necesito mucha inteligencia’, es una novela de detectives muy interesante y demás, muy sinaloense, pues esa es mi experiencia con el maestro Élmer y le agradezco su apoyo que me ha dado también como promotor de los jóvenes, yo no soy tan joven ya, pero me ha apoyado en algunas becas por ejemplo de escritura, tengo un libro de cuentos pendientes, ya está, hay que trabajarlo, enhorabuena por este homenaje”.
Mientras que el también escritor mazatleco Juan José Rodríguez, recordó que en los años 80, 90 y hasta los 2000 era muy complejo para ser escritor o lo que uno quería, ya sea para hacer algo diferente o una carrera especial había que irse fuera, los escritores más reconocidos en ese entonces, Jaime Labastida y Dámaso Murúa estaban en la Ciudad de México, ahorita se ve un tiempo muy abierto, antes era muy complicado.
“Y ahí estaba Élmer y muchos maestros amigos míos, escritores, pintores que se hacían su luchita en el mundo alternativo, hacían películas en Video Home, en VHS, hacían obras de teatro en atril con unas cuantas sillas y mesas en cualquier rincón, revistas como hacía Élmer que se llamaban marginales, papel revolución impresas y él andaba ahí con su mochilita y su barba como uno más de los amigos intelectuales - escritores”, recordó Rodríguez.
“Algunos pensamos con esa resignación de que iba a ser toda la vida un escritor de la raza, marginal, y cuando Élmer rompió ese capullo y sorprende a todos cuando publica en los 90, finales, su novela ‘Un asesino solitario’, editorial Tusquet, una editorial española, de alto prestigio que no publicaba a muchos mexicanos, era muy cara, fue una sorpresa para muchos, pero para quienes lo conocían no, porque eso era consecuencia del trabajo constante, Élmer trabajaba como escritor, como maestro y nunca cedió”.