Roberto Juárez interpreta a Bach en la marimba

Con una adaptación para marimba del Concierto para violín en La menor de Bach, el joven sinaloense Roberto Carlos Juárez Valenzuela deslumbró al público que asistió al primer concierto del segundo mes de la Temporada Gordon Campbell, fue un agasajo para los oídos.

La Orquesta del Teatro Ángela Peralta estuvo a cargo del director Gordon Campbell que la guió entre partituras creadas por Bizet, Bach, Adam Tan y Rodion Shchedrin.

El concierto, que cargó de emotivos sonidos la sala del Teatro Ángela Peralta la mañana del domingo, arrancó con la impetuosa Farandole de la suite 2 de La Arlesiana, una obra creada por el genio francés George Bizet.

Los metales hacen sonar una marcha que suena a fanfarria para dar entrada a una vorágine de sonidos que van adquiriendo, gracias a las cuerdas, un carácter impetuoso que estimula una explosión irrefrenable de entusiasmo.

El talentoso joven músico sinaloense Roberto Carlos Juárez Valenzuela se inclinó por la ejecución de instrumentos de percusión , instrumentos en los que ha brillado por su capacidad de desarrollar un virtuosismo que sorprende.

Una obra compleja fue la que eligió para hacer gozar a los asistentes de la Temporada Campbell, el Concierto para violín en la menor de Bach adaptado para marimba.

La obra dividida en tres movimientos deja que el instrumento solista, en este caso la marimba, desarrolle momentos virtuosos que fueron interpretados por Roberto Valenzuela con soltura dejando que la espléndida partitura poseyera al auditorio.

Bach desarrolla en esta obra lo que mejor supo hacer, el contrapunto, un elemento que llena de riqueza la experiencia musical porque entre la orquesta y el instrumento solista se desarrollan dos o varios temas al mismo tiempo creando una exuberancia sonora que resulta exultante, envuelve al escucha en un dinamismo orgánico que penetra los oídos y se apodera del cuerpo entero.

El sonido que emana de la marimba, producido por las manos de Roberto Carlos Juárez Valenzuela le da una textura diferente a la suavidad con la que envuelve el violín, es ligeramente más áspera pero igualmente seductora.

La ejecución es compleja porque el instrumento solista lleva el peso total de la melodía dominante y esto lo deja completamente expuesto, la limpieza con que Roberto Carlos Juárez Valenzuela actuó le hizo ganar un atronador aplauso, que lo hizo volver al escenario en donde complació al público con un encore.

Inesperado fue el momento que siguió a la ejecución de la obra de Bach, en el hechizo de el encore, el solista abordó una pieza exquisita para marimba, Lotus de Adam Tan en la que la gentileza de la percusión en la madera provocó una respuesta plena de exquisitas resonancias.

Fue un momento sonoro delicioso, acordes sutiles, sonidos ligeros casi imperceptibles que hacen que el oído busque el placer de una vibración etérea en el silencio.

La matiné musical cerró con la interpretación por parte de la orquesta de la muy conocida Suite Carmen para cuerdas y percusiones de Rodión Shchedrin que hace variaciones sobre los principales temas de la ópera de Bizet la famosa Carmen.

Es un placentero viaje por los momentos de la monumental obra del creador francés, como La Habanera, , el cambio de guardia , el bolero , la lectura de las cartas entre otros.

El placer que provocó el concierto dibujó en los rostros una sonrisa que fue aderezada con el frío aire del mediodía que invadió la plaza Machado redondeando el gozo de los asistentes.

Sobre el invitado

En 2016, Roberto Carlos Juárez Valenzuela debutó profesionalmente con el ensamble de percusiones de la OSSLA en el teatro Ángela Peralta, dentro de la temporada de la Camerata de Campbell.

El mismo año debutó como solista con la OSSLA, con el concierto en La menor de Bach BWV 1041, bajo la dirección del maestro Gordon Campbell.

Es fundador del ensamble de percusiones Trommer (2018), dirigido por Fernando Correa.

Desde el 2013 hasta la fecha ha formado parte de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México.