"Ronaldo Leal ofrece sus poemas en Mazatlán"
El profesor de preescolar, Ronaldo Leal Leal, reúne a su alrededor a muchos docentes, sobre todo maestras que conocen su obra, y su afición por la declamación al viejo estilo, como se hacía en los festivales escolares de los años 60 y 70 del siglo pasado.
Olga María Enciso, directora del Centro cultural Multiversidad del Sistema Valladolid, dio la bienvenida a las más de 100 personas que se aposentaron en la sala principal de esa institución dedicada a difundir la cultura.
La poesía que escribe el maestro Ronaldo Leal también recuerda el estilo de los poemas que se seleccionaban en las primarias de esa época en los festivales del Día de la Madre y en las celebraciones patrias, versos escogidos para cada ocasión publicados en libros como El declamador sin maestro y Cien poesías escogidas.
Su profunda y sonora voz de bajo le sirve para otorgarle a los poemas que dice de memoria, teatralidad y con esas herramientas de sonidos y actitud los rodea de una atmósfera dramática que emociona al auditorio que se reúne en torno a él.
Anunció que ese era un recital de amigos y de poesía, porque había invitado a personas cercanas a él por una amistad de años de trabajar en el magisterio.
Habló mucho sobre su origen humilde expresado en frases como: “Vengo de un contexto lejano en donde parecía que los sueños no tenían alas”, con lo que el público se conmovió. Siguió con otras frases en el mismo tono y declamó dos poemas inspirados en vivencias de su infancia sumergida en la pobreza y el amor de la familia: Galletas de animalito y Un plato de frijoles.
Su poesía es sencilla, directa, sus metáforas no son rebuscadas, ni complejas, se inclina por las ideas que describen sentimientos a flor de piel, no busca la reflexión, se dirige a las emociones de quién lo escucha describiendo situaciones contundentes. Tampoco busca paralelismo ni semejanzas, se va directo al corazón para mover a la empatía y su auditorio aplaude complacido por las emociones que le provocan las experiencias del amor a la madre, a los amigos, a las personas que ha querido de diferentes maneras.
Otro de los poemas que cautivó a los que asistieron fue uno que le dedicó a su madre que se llamaba María Luisa, que conmovió a todos los que se reunieron alrededor de Ronaldo Leal.
Recitó fragmentos de poemas emblemáticos de los festivales de primaria como El seminarista de los ojos negros, Raza de bronce, de Amado Nervo; un poema dedicado a Juárez que se aprendió cuando era un niño de 3 años de edad escuchando a su hermana repetirlo para aprendérselo.
Recordó al poeta Julio Flores y de memoria, también dijo un pedazo de El Reto, recordó el popular libro de Pablo Neruda 20 poemas de amor y una canción desesperada.
“Los niños que tienen el hábito de la lectura se les facilita el aprendizaje de todo lo que se les enseña, porque en los libros está la vida y se puede aprender y guiar a partir de las letras escritas en un texto. La poesía cambia al ser humano”.