"Salen a la calle como Novias de Culiacán"
En la memoria de los culiacanenses, Lupita Leyva Flores es la mujer que en su andar por las calles del centro, vestía de blanco, lentes oscuros y su rostro entrado en años y maquillaje cargado, buscaba un tesoro.
Y ese recuerdo lo revivieron ayer, con el performance Lupita, la Novia de Culiacán, al que convocó la artista visual María Romero, a 20 años de haber hecho por primera vez esta representación.
Las calles por las que Lupita andó durante años, fueron recorridas esta vez por más de 30 novias que salieron a rendir un homenaje a este icono de la ciudad.
Desde Catedral, la calle Ángel Flores, el Mercado Garmendia, el Santuario, la plazuela Rosales, la calle Rosales y de regreso.
La gente se congregó para verlas posar en las escalinatas de Catedral, bajo el sol, algunos para tomarse fotos, unos más comenzaron a revivir sus memorias.
Lamberto Martínez Aldana, abogado y maestro, la conoció cuando era niño y estaba en el internado.
"Me encantaba verla, siempre andaba vestida de blanco, recorría los pasadizos de la Hidalgo, generalmente en las mañanas. Tenía el pelo largo, hasta abajo, velo blanco, un chapeteo de rojo, siempre andaba muy chapeteada", dijo.
"A veces tenía arranques emocionales fuertes , como que no controlaba, entraba a tiendas y gritaba o si veía a alguien leyendo un libro y no le gustaba, se lo arrancaba y decía 'Esto es del Diablo'.
Georgina Román Aguirre recuerda a Lupita conversando en Catedral.
"Una vez dijo que fue casada, que el marido murió y que tenía hijos, platicaba mucho de un río, donde había perdido unos papeles y decía que su tesoro se perdió".
Vestirse de novia fue para Amalia Romero, cantante de flamenco, recordar a Lupita y recordar su historia como sinaloense que hace muchos años se fue al DF a desarrollar su vida artística y personal.
"Como ella, más allá de vestirme por el amor de un hombre, para era buscar el tesoro de la Divina Gracia y eso lo relaciono con la bienaventuranza, la paz, la unión, con las mujeres, desde luego con los hombres, tengo una relación de 25 años maravillosa, nunca me casé, y hoy portar el vestido es significativo".
A Lupita le trajo su canto flamenco, canciones llenas de pasión, desgarro, las que considera que la propia Novia de Culiacán, hubiera cantado, con esa valentía que le inspiró. La acompañaron Édgar Depraect, en la guitarra, y Rubí Castro, en el cajón.
Para Margarita Urías Lupita es un símbolo muy propio de las mujeres y decidió sumarse porque quien convoca es una artista plástica visual sinaloense muy reconocida.
"Es visible a una mujer que me tocó conocer de niña, me llamaba mucho la atención verla caminar, saber su misterio, yo creo que las mujeres estamos rodeadas de mucho misterio y de un personaje como ella que ha venido conservándose y creí que era la manera más oportuna de hacer visible el tema de mujeres".
Actitud y emoción llevaron estas mujeres, entre las que había artistas, maestras, políticas, amas de casa, madres, abuelas y hasta niñas.
Recorrieron las calles, la gente les abría paso, sacaba sus celulares, les tomaba fotos.
Se escuchaban voces, como la de una mamá diciéndole a su pequeña que había conocido a Lupita, pero que no usaba corona de reina. Y no faltó aquel galán que les gritara "sí, acepto".
Consuelo Lizárraga preguntaba a los asistentes de qué se trataba eso y cuando le dijeron recordó que ella conoció a Lupita.
"Caminaba por las calles, no molestaba a nadie, como que predicaba, citaba la Biblia".
Entraron al mercado Garmendia y no faltaba quien se preguntara de dónde salían tantas novias, que si era una manifestación. De manera espontánea se sumaban al recorrido, como el músico callejero que les dedicó una canción.
Otros conocían la historia y hasta elegían a la más parecida.
El parecido con la Novia de Culiacán y Lupita Cabrera, impresionaba.
Ella se vistió para hacer un homenaje a su vida y a su nieto, un angelito que tiene en el cielo, y cuya foto la lleva en un relicario.
"Yo la conocí y me tocó verla recorrer el centro, la casa grande, Catedral, el mercado, quise recordarla, hacerle un homenaje".
Para Doris Cabrera, quien dedicó su participación a su madre, es un homenaje a una de las leyendas más importantes de los culiacanenses.
"Es decirnos a las mujeres quiénes somos y es un compromiso para mí como mujer recordarme ese valor y ese respeto a mí misma".
Y el recorrido siguió, acompañadas de una banda tradicional. Y estas novias de velo blanco, rosario al cuello, escapularios, llegaron al Santuario, partieron a la Plazuela Rosales y regresaron, causando emoción y removiendo recuerdos.
Fotos: Noroeste/Nelly Sánchez/Dalia Cabrales
María Romero, artista visual, celebra 20 años de haber creado el performance a Lupita la Novia de Culiacán.
Más de 30 mujeres culiacanenses se suman.
La gente se sorprende en las calles y recuerda a este entrañable personaje de la ciudad.