|
Música

Se presenta con éxito el grupo Son de La Baja, en su concierto en Las Riberas

Con sones y huapangos del cuarteto bajacaliforniano, el programa Raíz México y el Isic cierran la primera etapa de ‘Los ecos del Festival’
07/11/2022 14:04

Al final, los miembros del grupo de músicos bajacalifornianos, Son de La Baja, no podían despedirse ante el entusiasmo de un público que les pedía otra y otra, en el concierto que ofreció en el Parque Las Riberas, con el que cerró la primera etapa del ciclo “Los Ecos del Festival”, con artistas seleccionados por el programa federal, Raíz México.

Originarios de Playas de Rosarito, Baja Califronia, el cuarteto está integrado por las vocalistas, Leslie Elías Corpus, en la jarana y la quijada; y Laura Cortez, en la vihuela y la guitarra; en las segundas voces están José Luis García, en el guitarrón y violín; y Saúl Garfio, en la guitarra acústica y eléctrica.

Ellos llegaron a Sinaloa como parte de la programación de la convocatoria Raíz México, que seleccionó este año a 160 grupos musicales en el País para dar presentaciones en sus regiones de origen, en este caso el Noroeste, con lo que casi 20 de ellos se presentarán en Sinaloa hasta enero, algunos ya estuvieron en el reciente Festival Cultural Sinaloa 2022.

Durante más de una hora de concierto, ellos interpretaron canciones y sones tradicionales mexicanos y temas de su autoría. Abrieron fuerte con “El herradero”, de Pedro Galindo, para seguir con una pieza colombiana llamada “Me borrarás”, de María Isabel Saavedra, a la que se hicieron adaptaciones como huapango, y “Amor equivocado”, de la autoría del grupo.

De Natalia Lafourcade interpretaron “Mi tierra veracruzana”, para continuar con el son jarocho “La guacamaya” y el huapango de su autoría, “En un volado”, que grabaron en un palomaso con el músico Quino McWhinney, del grupo norteamericano Big Mountain.

También interpretaron, “Tata Dios”, de Juan Basterra, y el son de tierra caliente en Guerrero, “Mariquita”, y una canción propia sobre una avecilla que es a la vez su emblema, “El colibrí”, que desembocó de pronto en algunos acordes de “El sinaloense”, que hizo crecer el regocijo en los asistentes, con la que se despidieron.

Ante los gritos de otra, otra, cantaron una más de su autoría, pero como vieron que la gente no daba señales de irse, se fueron de largo con “Sufriendo a solas”, del sinaloense José Ángel Espinoza “Ferrusquilla”, que cantaron los presentes desde sus butacas o desde los altos álamos y ceibas, y luego el son huasteco de “La vaca” con la que iban a cerrar, pero aún se quedaron a cantar “Los laureles”, cuando les pidieron más.

CLÍNICA

Previamente, el grupo ofreció una clínica sobre “La proyección de la música mexicana en el contexto educativo en Baja California”, en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario, en el que mostraron a los asistentes la manera en que se deben tocar los acordes de algunos sones típicos mexicanos que, con el tiempo, han perdido la forma original de abordarse.