Se presenta ‘Radio Piporro’ en Escena Mazatlán
Un homenaje a Piporro que sirve para denunciar, para exponer, con elementos ingeniosos, sobre la mesa, la terrible violencia que vive, desde el sexenio de Felipe Calderón todo México y en especial la región noreste, Tamaulipas, Nuevo León, geografía en la que nació, creció y de la que sigue siendo icono Eulalio González mejor conocido como “El Piporro”.
Para lograrlo, Víctor Hernández, el creador de la obra Radio Piporro y los nietos de Don Eulalio evoca los originales elementos que utilizó como herramienta para lograr su éxito como personaje El Piporro: la elocuencia disparatada, cargada de humor, burla y reflexión, esta última cualidad es la que es invocada constantemente a lo largo de la obra por los dos actores que la representan Víctor Hernández y Roberto Cazares.
La obra tiene un preámbulo que es una especie de iniciación burlona de la beatificación de El Piporro, que es tratado como una pitonisa que carga de guasa las narraciones que describen la realidad violenta de la frontera noreste del País, al mismo tiempo que narra una versión bizarra, guasona y absurda de su biografía.
Si El Piporro tuviera oraciones para evocarlo y venerarlo tendrían que estar acompañadas de el baile del taconazo, eso es lo que hacen estos actores, crean un mantra con el sonido que los tacones de sus botines generan, mientras el personaje lanza palabras trepidante para provocar un estado neutro, relajar y preparar al público.
Los elementos que definen al “Piporro”, su verborrea, el aparente despropósito de su discurso que en realidad lleva la verdad inscrita dentro de él, pero con una enorme carga de broma, de pitorreo que es con lo que atrapa la atención de los espectadores y que permite detonar la reflexión, son los recursos que utilizan los actores de Radio Piporro para crear conciencia de la normalización de la violencia.
La mayor parte de la obra se desarrolla en una disparatada cabina de radio. Los orígenes de El Piporro como artista fueron como locutor de radio en el Monterrey de los años 40 del Siglo 20.
El trazo escénico y la iluminación son muy sencillas, la complejidad de la obra esta en el discurso, el reto para el actor es mantenerse en el personaje de El Piporro para ofrecer de manera trepidante y aparentemente disparatada lo que está sucediendo desde hace muchos años en Tamaulipas y Nuevo León, que han vivido prácticamente como en una zona de guerra dominada por el narco en contubernio con los gobiernos estatales y federales, las víctimas de todos los hechos de sangre y inseguridad que genera la delincuencia organizada han sido como siempre el pueblo.
La obra, a través de la gracia, la simpatía, la broma, la burla que definen al personaje El Piporro muestra la abigarrada e injusta realidad violenta que no solo vive esa zona de la frontera, también la está viviendo todo México.
Escena Mazatlán forma parte de los eventos que ofrece la cartelera del Festival Cultural Mazatlán 2021, vale la pena asistir al concierto Dos generaciones, estelarizada por Armando Piña y el barítono Eduardo Martínez, que acaba de regresar de Italia, en donde obtuvo tres importantes premio de ópera.
