"VÉRTIGO Dos churros: 'Kong: La Isla Calavera' y 'Mientras el lobo no está'"
En Kong, la Isla Calavera (Kong: Skull Island, EU, 2017), dirigida por Jordan Vogt-Roberts, estamos ante un torpe re-boot de la historia del legendario simio gigantesco.
Esta vez el Rey Kong habita en 1973 en una misteriosa isla del Pacífico, a donde llega un grupo de científicos y soldados dirigidos por un obsesionado investigador (John Goodman) que sabe que en ese lugar se funden "el mito y la ciencia". Los militares son comandados por el fanático teniente Packard (Samuel L. Jackson) que acaba de ver cómo sus muchachos perdieron la guerra en Vietnam (perdón, no la perdieron: nomás la abandonaron), así que no está dispuesto a perder la batalla contra un chango gigantesco.
En el grupo van también un rastreador inglés (Tom Hiddleston) y una fotógrafa de (anti)guerra (Brie Larson), pero ellos nomás van a estorbar, porque ni siquiera se hacen ojitos. Es más, llegado el momento, el enorme chango no pela a la insípida de Larson -y por algo será.
La película parte de un argumento escrito por John Gatis en el que el pobre de Kong no hace otra cosa que pelear desde el principio con esos molestos humanos y luego con unas lagartijas enormes, feas y anti-carismáticas. Nada de quereres del chango con alguna elusiva rubia, nada de viaje a Nueva York -a lo mejor Trump también prohibió la entrada a Estados Unidos de primates enormes-, nada de tragedias amorosas.
Para acabar pronto, nada de nada, a no ser algunos vistosos efectos especiales que, en realidad, dejan de ser vistosos cuando uno se da cuenta que no son más que eso: efectos especiales sin historia. Un desastre que no sirve ni para comerse unas palomitas.
Otra cinta fallida pero, mucho más barata –de seguro costó menos que la animación de uno de los dedos de Kong- es la película mexicana Mientras el lobo no está (México, 2016), ópera prima de Joseph Hemsani.
El filme, no mal producido, se ubica en 1958, cuando un nuevo chamaco llamado Alex (Luis de la Rosa) es enviado por sus papás a un sombrío internado regido con mano de hierro por su abusivo director (Mauricio García Lozano).
Lo que empieza como una suerte de entretenida película de aventuras juveniles termina en los terrenos del thriller más desbocado, con todo y violador/asesino serial suelto.
Queda la sensación que Hemsani quiso hacer varias películas en una. La primera -la de los niños que, por cierto, no actúan mal- es la más satisfactoria. De cualquier manera, tal como la de Kong, no le alcanza para servir ni como palomazo de fin de semana.
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Foto: Tomada de Filmaffinity
Póster de 'Kong: La Isla Calavera'
'Mientras el lobo no está' también está en cines de la ciudad.