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"COLUMNA"

"VÉRTIGO 'El exorcismo de Anna Waters'"

"No se pierda la crítica que hace el crítico de cine de Noroeste a la cinta de terror"
08/07/2016 16:34

Alguna vez un periodista cinematográfico que, además, formaba parte de una distribuidora fílmica, me comentó que su género favorito ganar dinero era el horror. “Es buen negocio”, me dijo. “Los fans de esas películas son muy nobles: ven cualquier cosa que uno estrene”. 

Recordé esta plática al estar viendo El Exorcismo de Anna Waters (The Offering, Singapur-EU, 2015), pues el más reciente largometraje del especialista Kelvin Tong –con nueve filmes en su haber, la mayoría de horror- va a necesitar toda la nobleza posible de parte de los fans del género para que el filme sea negocio. 

La joven periodista Jamie Waters (Elizabeth Rice) viaja de Chicago a Singapur cuando se entera que su hermana, la Anna del título (Rayann Condy), se suicidó, dejando a su hijita Katie (Adina Herz) huérfana y sola, pues su marido Sam (Matthew Settle) supuestamente la había abandonado. Aparentemente, Anna se había quitado la vida por pura desesperación, ya que padecía una enfermedad degenerativa que también había empezado a desarrollarse en Katie. 

Sin embargo, cuando Jamie empieza a investigar, descubre que la causa del suicidio se debe en realidad a otra cosa. A saber, a un malhadado sancocho de referencias de varias películas de horror, todas ellas infinitamente mejores que la de Tong. 

Así pues, tenemos una casa con historia macabra –como en El Horror de Amytiville (Rosenberg, 1979)-, objetos que se mueven por sí solos –al modo de Poltergeist: Juegos Diabólicos (Hooper, 1982)- y hasta un viejo sacerdote arqueólogo –como el Max von Sydow de El Exorcista (Friedkin, 1973)- que está dispuesto al sacrificio. 

No podían faltar la maldad extendida a través del internet –como en Kairo (Kurosawa, 2001)- ni las súbitas apariciones fantasmales –como en El Conjuro (Wan, 2013). Esto último, por cierto, sí funciona: si no asusta al respetable, por lo menos lo despierta. En mi caso, así sucedió por lo menos: cuando estaba a punto de echarme un coyotito, los efectos sonoros de la cinta hizo que me despertara. 

Hay pocas cosas peores al escribir una reseña que jugar el papel de cadenero del lector –“no debes entrar a ver esta película”, “evítala como la plaga”, etc.- pero en este caso tengo que hacer una excepción. O sea: mejor vea –o vuelva a ver- cualesquiera de las cintas de horror de las arriba citadas antes que El Exorcismo de Anna Waters. 

 

Comentarios: en el blog cinevertigo.blogspot.mx, en la cuenta de twitter @Diezmartinez y en el correo electrónico ernesto.diezmartinez@gmail.com.