"VÉRTIGO: 'Talentos ocultos'"
Talentos ocultos (Hidden Figures, EU, 2016), el convencional y agradable segundo largometraje de Theodore Melfi (ópera prima St. Vincent/2014, no vista por mí), ha sido sorpresivamente nominado a tres Óscar, entre ellos el de Mejor Película. Más aún: en la pasada entrega de premios del sindicato de actores gringos, la cinta recibió el máximo galardón al Mejor Reparto.
Aunque, a decir verdad, si lo pensamos bien, no hay tal sorpresa en esas nominaciones o, incluso, en ese premio recibido el domingo pasado. El hecho de que los hacedores de la cinta no corran ningún riesgo y que el tono de la historia sea tan blando, ayuda a que la película se deje ver sin mayor problema. Es más, no se puede negar que Talentos ocultos deja un buen sabor de boca. Pero acaso este sea el problema: es demasiado dulce para el tema que trata.
Estamos en Virginia, en 1961, siguiendo la vida de tres mujeres afroamericanas que trabajan dentro de la NASA. Se trata de la matemática Katherine (Taraji P. Henson), la supervisora Dorothy (Octavia Spencer, nominada al Óscar 2017 a Mejor Actriz de Reparto) y la aspirante a ingeniera Mary (Janelle Monáe).
Por supuesto, tratándose de mujeres y negras que, para rizar el rizo, viven en el estado segregacionista de Virginia pocos años antes de la lucha de los derechos civiles, ya se imaginará cómo las tratan quienes las rodean y qué tanto reconocimiento reciben por su chamba.
Sin embargo, como la bienintencionada ideología liberal hollywoodense obliga, por ahí aparecerá un jefe duro pero sensato, Al Harrison (Kevin Costner, intachable como de costumbre), quien aprenderá a sacarle provecho, en el mejor sentido del término, al genio matemático de Katherine, la protagonista del filme.
La historia, basada en la vida real de estas tres mujeres, es admirable y, la verdad sea dicha, irresistible. Por lo mismo, queda la sensación que ellas merecían una mejor película, menos complaciente, mucho más compleja. De hecho, a ratos pareciera que el racismo que sufren ellas es una pequeña molestia -por ejemplo, tener que ir a hacer pipí en un baño segregado- y nada más.
Pero, bueno, por eso mismo la cinta ha recibido esas nominaciones: por ser una historia inspiradora, no combativa. En los tiempos de un Presidente racista en la Casa Blanca, este tipo de cintas ayudan a pensar que siempre habrá esperanza al final del túnel. Que así sea.
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