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"'EL REBELDE DEL ACORDEÓN'"

"Soy un músico inquieto, me gustan los cambios: Celso Piña"

"El músico estará en el foro de la Semana de la Moto, este viernes 22 de abril"
18/04/2017 18:49

MAZATLÁN._ Recien desempacado de Brasil, Uruguay y Argentina, Celso Piña es uno de los artistas mexicanos con mayor presencia internacional en este momento. Es un hombre que seduce a la gente con un estilo musical muy personal que se nutre del vallenato y la cumbia, enriqueciéndolos con matices de rock, pop y rap, entre muchos otros sonidos.

El rebelde del acordeón, como es conocido Celso Piña, es uno de los artistas estelares que va a estar en el foro de la Legendaria Semana de la Moto para prender al público este viernes 22 de abril.

Se define como un músico inquieto que le gusta experimentar. Toda su vida ha propuesto cambios para recorrer caminos sonoros nuevos; la incertidumbre no es algo que lo paralice, al contrario lo provoca, le entusiasma y lo llena de energía.

“Soy un músico inquieto, me gustan los cambios, me emocionan, me llenan de energía, toda mi vida he hecho cambios. Me gustan los retos musicales, esa ha sido mi vida, los cambios traen cosas diferentes y la gente siempre está esperando cosas nuevas. Generalmente a la gente se le hace más cómodo quedarse donde ha estado siempre, por eso cuando llega alguien con una música diferente se entusiasma”, compartió vía telefónica desde Monterrey.

“Uno de estos retos lo acabamos de vivir, se nos ocurrió fusionar la música que hacemos, el vallenato, la cumbia, tocada por los músicos de mi grupo, y la Orquesta Sinfónica de Baja California. Acabamos de grabar el disco, se llama “Música es música”, va a salir en junio, trae sonidos que tocaba cuando empecé, en los años 80, cuando me inspiraba en los músicos colombianos Ismael Landeros y Alfredo Gutiérrez, ellos fueron mis maestros virtuales en los que me inspire”.

Compartió que el resultado es muy atractivo y esta seguro que le va a gustar a la gente.

“La sinfónica apoya el sonido de nuestra propuesta musical, el sonido se sostiene en la esencia de la música colombiana definido por el acordeón, la guacharaca y la caja, que son los instrumentos esenciales para tocar este género musical”, mencionó.

“La orquesta apoya el sonido de una manera sorprendente porque hace que se escuche más gordo y eso emociona mucho cuando lo oyes, esa idea se nos ocurrió a mí y a uno de los músicos del grupo, y a gente de la Runa Records, mi disquera. Musicalmente hablando no se debe tener límites, hay que hacer cosas diferentes para que todos se emocionen, empezando por mí”.

 

Ha conquistado cuatro continentes

Con una trayectoria de 37 años en la música, Celso Piña arrancó su carrera en los años 80 en la tierra de la polka y del los grupos norteños, a él le gusto desde niño el vallenato, el acordeón es un instrumento que se toca mucho en su tierra, es parte de la dotación para tocar el género norteño. El barrio bravo de la Colonia Independencia de Monterrey lo vio nacer y ahí fue donde se gestó su gusto por la cumbia.

A falta de dinero, las bocinas, sustituían en las fiestas de barrio a los grupos en vivo y Los Sonideros llevaron desde la Ciudad de México su propuesta de cumbias colombianas.

“En 1975 nació en mí la idea de promover esta música, por acá nadie se había atrevido a hacerlo, no se porque, es una música llena de ritmo y de letras muy blancas, limpias, todo eso me llevó a interpretarla y después a escribir canciones basadas en ese estilo colombiano, le terqueamos mucho hasta que la gente empezó a aceptarla”, dijo.

“Después, a toda la gente de Monterrey le gustó mucho, luego conseguimos que la disfrutara la gente de Nuevo León, seguimos avanzando y conseguimos llamar la atención en diferentes partes de la República, nos extendimos a nivel internacional  y ya hemos estado en cuatro continentes, nada más nos falta Oceania, el próximo año vamos a ir Australia, ya estamos viendo la posibilidad de estar en algunos festivales importantes de esos rumbos”.

“A la gente le gusta la revoltura de estilos y géneros que hacemos, por eso no se aburren con nosotros: cumbia, reggae, romántica, rock, vallenato, no dejamos fuera nada, el resultado es un estilo especial que le gusta a la gente”, compartió.

“El caso es que tu grupo suene diferente cuando estaba de moda la lambada, el pasito duranguese venían grupos y más grupos tocando eso y todos se escuchaban igual. En Mazatlán, que les gusta mucho la banda sinaloense, sentí a la gente como siento a la de China, Alemania, Holanda: la gente se entregó y se puso a bailar”.

 

Un idioma universal

Cuando toca Celso Piña su acordeón la gente se emociona, se conectan, la energía fluye desde el escenario y se ponen a bailar estimulando a los que tocan en el foro con su energía, sus movimientos, sus gritos.

“Le agradezco a Dios que nos dio el don de la música, no ocupas de idiomas para comunicarte, es un idioma universal. Yo digo que la música limpia, pura música, no hablo de las letras, es el idioma de Dios, porque en todas partes del mundo la entienden y la gente se pone a bailar cuando la escuchan y se ve que se emocionan”.