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"Mazatlán"

"EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA: Esopo, el creador de fábulas"

"Columna religiosa"
25/09/2018 10:01

Padre Amador Campos Serrano

Ancestral precursor de representaciones de los reinos animal y vegetal, cobrando vida antropomórfica en animado diálogo con los hombres y algunas veces con los dioses, continuamente en una disputa, de la cual se derivaría siempre una enseñanza para la vida. Este fue el mundo legado por Esopo, el creador de las fábulas.

Esopo con su genio dio vida a un mundo de ilusión, en el cual es posible el diálogo entre los diversos seres de la creación, rivalizando entre ellos hasta convertirse en parábolas ilustrativas de la moralidad humana.

Historias cortas y sencillas donde la imaginación plasma un raciocinio sobre las tendencias humanas, en un afán de llevar ventaja sobre los demás, valiéndose continuamente de medios no adecuados con tal de conseguir sus objetivos. Finalmente la justicia dicta la verdadera retribución conforme a los merecimientos de cada uno, en cuanto al valor de los actos.

Es común la creencia de que fue Esopo el creador de esta forma literaria, la cual culmina siempre con una enseñanza didáctica, traducida en lección moralizadora o moraleja.

Difícil es señalar el lugar de nacimiento de Esopo, solo se le reconoce por las referencias de autores clásicos como Herodoto, Aristófanes, Platón o Aristóteles. Según éstos, él vivió en el Siglo 6 a. C. y el lugar de su nacimiento unos los ubican en Frigia, en el actual territorio de Turquía y otros dicen que fue en Tracia, en la península de los Balcanes.

Conocido más por sus obras que por su persona, se dice que era deforme en extremo. Dentro de estas versiones se cuenta que fue esclavo de un filósofo llamado Xanto, de quien seguramente aprendió los principios del pensamiento y la reflexión, este mismo filósofo le concedió la libertad, teniendo en cuenta su talento.

Dentro de su legendaria historia, se cuenta que el Rey Craso lo llamó a su corte y lo envió a Delfos a consultar su oráculo y ofrecer ofrendas a Apolo. Molesto al ver los fraudes de los sacerdotes del lugar se dirigió a ellos con sarcasmos y distribuyó las riquezas enviadas por el rey entre los habitantes.

Enojados, los sacerdotes lo acusaron de haber robado una copa de oro, destinada al culto del Dios Apolo y lo hicieron prisionero, despeñándolo en un desfiladero.

La original obra de Esopo se distribuyó de manera oral y fue hasta el Siglo 4 a, C. cuando Demetrio de Falero hizo una recopilación de ellas, poniéndola por escrito aunque se perdieron los originales de esta recopilación, por ello, posteriormente otros autores como los latinos Babrio y Fedro las rescataron, incluyéndolas en sus propias obras, por lo cual a veces es difícil distinguir, algunas fábulas de Esopo o de alguno de ellos.

Finalmente, su obra ha perdurado, inspirando nuevas creaciones y relatos de otros autores, como Jean de la Fontaine, en el Siglo 17 o Félix María Samaniego en el Siglo 18I, en la actualidad ha sido adaptada, llevándola a la pantalla en películas como “Las hormiguitas”, continuando un diálogo permanente entre la naturaleza y el ser humano.