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"Mazatlán"

"La Fórmula de la Felicidad: ¿Siempre hay un final feliz?"

"Columna semanal"
LA FÓRMULA DE LA FELICIDAD
27/03/2020

Con todas las recomendaciones del distanciamiento físico, salgo a realizar dos actividades urgentes. Han pasado cuatro días desde que iniciamos labores en modalidad home office (desde casa) y con curiosidad observo que la vialidad sigue con la misma saturación de tráfico, nada que me haga pensar que estamos en un momento histórico, salvo cuando elevo mis ojos a la espectacular cartelera de una cadena nacional de cines en la que no había el acostumbrado listado de películas, solo un mensaje que dice: “El cine nos enseñó que siempre hay un final feliz, te vamos extrañar, cuídate”. Es así como comunican a la comunidad su decisión de que “La salud y seguridad de nuestros colaboradores y clientes es lo más importante para nosotros. Por ello, hemos adoptado medidas sanitarias, de concientización y de distanciamiento social”, así, con gran compromiso, proceden a suspender operaciones en todo el país.

Debo confesar que me impactó. Me generó una lluvia de ideas y pensamientos tal que necesité detener la marcha de mi automóvil y poner orden en mi proceso emocional y de racionalización.

Sé que esta emprendedora empresa tiene opciones online para vender diversión, sé que protegieron a sus colaboradores, aplaudo la valiente decisión, pero mi sentir no era por ello sino por la magia que se brinda dentro de esas salas y que en este momento se pone en pausa para los miles de visitantes.

Cuando me refiero a la magia del cine no quiero sonar hueco en este momento, tan solo es una dosis de nostalgia tan complicada de explicar, es el simple hecho de recordar una película que nos ha hecho reír o llorar, y volver a sentir esa sensación tan placentera que transmite el estar cómodamente sentado en una butaca, frente a una pantalla enorme, con un sonido que nos invade desde que arrancan las fanfarrias y se apagan las luces, nos sensibiliza, nos conmueve. ¿Quién en su sano juicio no se imaginaría un momento como este? Es un flashback a la inevitable etapa de niño y nuestra tremenda cara de sorpresa al ritmo de las palomitas y el enorme vaso de refresco. Es regresar al recuerdo de la compañía, de la convivencia, de la sana diversión.

Estoy convencido de que, al ir creciendo, quizás algunas películas nos presagiaron hechos como el de hoy, pero sabíamos que terminaría el sufrimiento al salir de la sala y solo quedaría en el recuerdo de lo que nos hizo vibrar el buen guion y trabajo actoral, de la mano de los efectos especiales. Cuando virus, bacterias, guerras, animales salvajes devoradores, huracanes, terremotos y vaticinios nos colocaban al borde de la butaca, pero sabíamos que “solo era una película”.

Hoy, la contingencia que estamos experimentado a nivel mundial no es una película y su final feliz no llegará por consecuencia. El final feliz nos toca trabajarlo, nos corresponde tomar el papel de actor o actriz protagónicos, diseñar nuestros efectos especiales, ser guionista y editor para dirigir a buen rumbo la magia del cine de nuestra vida.

Respiro profundo, observo de nueva cuenta por el retrovisor la frase que enmarca la cartelera y me pregunto: ¿Qué me corresponde? ¿Qué puedo hacer desde mi trinchera?

Rumiando la idea emprendo el regreso a casa. Tres pausas en semáforos y una larga cola en un cruce de vialidades me fueron suficientes para entender que desgastarme buscando que cada uno de nosotros asuma el rol que según mis juicios “debe ser”, solo me llevará a momentos emocionales no deseados. Con asombro, he sido testigo que doctores y profesionistas con un alto nivel de preparación cuestionan de forma pública las acciones que la Organización Mundial de la Salud ha emitido para evitar la propagación. ¿Seré yo quien debo desgastarme emocionalmente?

Llego a la casa y sale al encuentro mi mosquetero, quien diario me cuestiona cuándo nos volveremos abrazar y dar besos “de cerquita”. Un vecino observa con incredulidad el proceso de sanitización antes de proceder a entrar. Me ve con una mirada de “bicho raro”, me da sus buenas tardes con una sonrisa burlona, yo le devuelvo el saludo en firme con la certeza de que solo controlo lo que está en mi tramo, que es el ejemplo el que puede arrastrar a las futuras generaciones.

Cinco minutos después, mediante una plataforma tecnológica, me enlazo con colaboradores y un grupo de alumnos de preparatoria, ellos me dan la respuesta, sus palabras son un oasis de esperanza. La respuesta a qué puedo hacer desde mi trinchera es: seguir trabajando en la formación de las futuras generaciones, con una educación positiva que premie no solo el conocimiento, sino que se enfoque en las fortalezas de carácter y desde ahí construir la mejor versión de cada uno de nosotros.

Por tal razón he decidido enfocarme más en estos días a brindar mi apoyo a lo que se conoce como primeros auxilios psicológicos, que es la intervención psicológica en el momento de crisis. El objetivo es apoyar a las personas a dar los primeros pasos concretos hacia el afrontamiento de la crisis o contingencia, lo cual incluye un manejo adecuado de las emociones, el control de los componentes subjetivos de esta tremenda situación para iniciar un plan de acción buscado restablecer el equilibrio emocional.

Estás cordialmente invitado, a través de mi página @LicOscarGarciaCoach, a la primera transmisión en vivo este domingo 29 de marzo a las 11:30 de la mañana, donde me haré acompañar de expertos y especialistas, conversaremos en tiempos de COVID 19. Estoy seguro de que seguimos conectados.

 

 

 

 

 

 

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