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"Entrevista"

"Laura Delia Hernández: Con el propósito de servir"

"La coordinadora del Comité de Damas Voluntarias de Cruz Roja Mazatlán invita a sensibilizarse en la ayuda a los demás"

MAZATLÁN.- La trayectoria de servicio a los demás de Laura Delia Hernández inició hace 30 años, cuando en 1989, Lupita de Hernández era coordinadora del voluntariado de DIF Mazatlán, paramunicipal que entonces presidía Conchita de Rice.

“Allí, comencé a hacer voluntariado con Lupita, pero cuando ella se vino a Cruz Roja, yo seguí trabajando y cooperando en otros comités de damas de voluntariados diferentes”, menciona Laura Delia.

“Cuando se vino Lupita para acá (Cruz Roja), me invitó, pero yo le propuse que cuando terminara mi licenciatura (Psicología), le dije que en cuanto me graduara, me incorporaba. Terminé en julio de 2006 y entré en septiembre de ese año.

Con su experiencia en diversas asociaciones de ayuda, se convirtió en dama cruzrojiana para continuar sirviendo a los demás, legado que le dejó su padre, Víctor Hernández Salazar, quien fue bombero voluntario en el puerto.

“Mi papá fue de los primeros bomberos voluntarios que hubo en Mazatlán, del primer equipo que se fundó. Recuerdo que en el 64, anunciaron que venía un maremoto y que todo Mazatlán se tenía que desalojar”, cuenta.

“Entonces, mi papá, en lugar de sacarnos, nos llevó a la Presidencia porque ahí estaba antes la estación de bomberos. Mi mamá era de las primeras operadoras (telefónicas) que hubo aquí en Mazatlán, entonces nos llevaron a los hermanos a Presidencia y nos pusieron en la planta alta”.

Ahí, su papá estuvo dando información, mientras su mamá, María de Jesús Hernández, hacía los enlaces para las llamadas en la compañía telefónica para la cual trabajaba. Ese ejemplo de sus padres, en una situación de emergencia, marcó a Laura Delia.

“Aunque no pasó nada, a mí me ‘cayó el 20’ que mis papás, en lugar de salvarse junto con la familia, prefirieron quedarse ahí. En ese acto de los dos, me quedó plasmado el querer servir a las personas sin ver diferencias de nada”, comparte.

Apoyo múltiple

La dama cruzrojiana ha estado en diversas ocasiones en DIF Mazatlán, también en FloreSer, apoyando a niñas adolescentes de esa institución, que no pueden estar con sus familias, a quienes daba terapia de grupo.

Igualmente ha colaborado con Hospice, con el Colegio de Psicólogos, apoyando a Derechos Humanos; ha participado en actividades con los rotarios y también estuvo en la Fundación Felton.

A casi 13 años que llegó al Comité de Damas Voluntarias de la Cruz Roja porteña, ahora está al frente de ese organismo, que realiza actividades de procuración de fondos.

Hace cuatro meses fue elegida como coordinadora de entre tres prospectos, a través de una votación con todas las damas, sucediendo a Esther Osuna de Maldonado en ese cargo: dirigir al comité en la recaudación de recursos.

“Las necesidades totales, completas y urgentes las miden el consejo y la administración, que manejan los recursos. Nosotras estamos para capturación de fondos, de una manera u otra, procurar fondos”, especifica.

Entre las actividades que realizan para obtener recursos están el desayuno anual de noviembre, este año se hizo una cena con desfile de modas, además del sorteo de verano, en el que se rifa un cuadro del pintor Armando Nava.

“No tenemos una cantidad fija que diga que son de tal fondo y para Cruz Roja, no lo hay. Aquí son tres horarios en el día y sí hay voluntarios, pero hay quien está formalmente de guardia y tienen sus gastos”, aclara.

“Tienen familia, tienen que comer y entonces tienen que tener sueldo. En administración, siempre hay personal; en socorristas, siempre hay personal, y tiene que sacarse para sus salarios y cubrir luz, agua, teléfono y tienen que pagarse”.

Reconoce que hay casos extremos en que las personas realmente no tienen recursos para reponer o cubrir la atención y se les subsidia el servicio, pero no puede ser totalmente porque se necesitan fondos para los demás casos que llegan.

A procurar manos voluntarias

Actualmente, el comité femenil cuenta con 20 voluntarias, pero Laura Delia comenta que más de la mitad ya tiene 60 años de edad y se requieren más manos para que se sumen a esta causa.

“Hay unas que tienen 70 o casi 80, pues son personas ya mayores, que no pueden andar en la calle manejando y no se pueden exponer, entonces dan su tiempo en la medida que cada quien puede”, señala con admiración.

Menciona que sí hay sangre joven en el comité, como el caso de su hija, Laura Gavica, también están Imelda Alejo, Larissa de la Selva y otras voluntarias que han encontrado tiempo para sumarse y ayudar.

“Pero somos muy pocas para el trabajo que tenemos que hacer, pues aparte de procurar fondos, estamos procurando manos también, pero se requiere sensibilizarse en primer lugar, el saber que Mazatlán necesita personas que les quede un poquito de su tiempo”, reflexiona.

“Que lo puedan agregar a apoyar en el servicio, en el dar sin mirar a quién, como un dicho de los rotarios, ‘dar de sí antes de pensar en sí’. Entonces es apoyar al otro, pero se necesitan muchas manos para eso y muy buena voluntad”.

La misma Laura Delia es un ejemplo de organización de su tiempo, para poder desempeñarse en su profesión como psicóloga y cumplir con sus responsabilidades como coordinadora del comité.

“En mis ratos libres, cuando estoy aquí (en Cruz Roja), haciendo cosas, yo recibo a los TUMs (técnicos en urgencias médicas), enfermeras o quien recurra a atención psicológica también”, comenta.

Ella es jubilada y fue Regidora en el Ayuntamiento de Mazatlán, razón por la que cerró su consultorio, para no descuidar su trabajo en el Municipio, pero ahora sigue ejerciendo su carrera junto con la labor en el comité.

“Por ejemplo,si tengo pacientes a las 10 o a las 11, me vengo antes una hora o después de que los atiendo me quedo un rato, pero me acomodo a los horarios de ellos. No se les cobra; yo atiendo a quien lo solicite”.

¿Qué satisfacciones ha tenido en Cruz Roja?

“El apoyo de mi familia. Parte de ese apoyo es que mi hija, Laura, me ha acompañado a todos lados. Mis demás hijos han colaborado y mis nietos también”, responde con orgullo.

“De una forma u otra se han incorporado a los que nos gusta hacer; a todos nos gusta ayudar. Es una semillita que se va sembrando y se va extendiendo. Esa es mi satisfacción: de que mis hijos piensen, quieran servir y ayudar igual”.

Con ese ejemplo que tuvo de sus padres, que ha sembrado en sus hijos y lo han extendido a sus nietos, Laura Delia hace un llamado a la sociedad.

“Para que Cruz Roja siga prevaleciendo, todos podemos apoyar, todos podemos ser manos en esta obra, en esta necesidad que tiene Mazatlán porque Cruz Roja aquí está y va a seguir estando en la medida que tenga el recurso necesario”, exhorta.

“Y para las damas que quieran regalarnos un poco de su tiempo y de su vida, porque quien no vive para servir, no sirve para vivir; algo que quieran hacer va a ser muy bueno y no se necesita ningún requisito más que el de querer servir”.

 

FRASE

“Nuestro único afán es el de servir. Cuando volteo hacia atrás, veo que el tiempo se va bien rápido, pero la verdad es un tiempo bien empleado. Quisiera uno hacer más, pero no somos tantas manos, aunque nos apoya mucho el consejo de administración”. Laura Delia Hernández, Coordinadora del Comité de Damas Voluntarias de Cruz Roja Mazatlán

PROTESTA

El 1 de febrero, Laura Delia Hernández rindió protesta como coordinadora del comité femenil cruzrojiano.

 

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