Un pilar en el altruismo mazatleco

Hay quienes el amor a la política lo llevan en la sangre, pero pocos son políticos y a la vez conjugan una vida de altruismo.

Así fue don Mario Arturo Huerta Sánchez, fallecido este jueves a sus 97 años, 70 de ellos siendo integrante del Club Rotario Mazatlán, donde llegó a ser uno de los miembros de mayor antigüedad de la agrupación a nivel internacional, y más de 40 años como asociado voluntario de la Cruz Roja Mexicana.

Egresado de la Escuela Nacional de Ingenieros en la Ciudad de México, don Mario ya acumulaba múltiples vivencias de su infancia y juventud para cuando llegó a ser Alcalde de Mazatlán de 1972-1974.

Personaje en muchos ámbitos, pudo reunir sus múltiples experiencias de vida en varios libros que escribió, y en su columna semanal que tuvo en Noroeste durante varios años, titulada Mis Memorias.

A sus 14 años, por ejemplo, conoció al Presidente Lázaro Cárdenas, al ser seleccionado en un grupo representante de los boy scouts, mientras que en 1974 conoció al que sería Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, cuando éste era aún Gobernador de California, y tuvo oportunidad de saludar al Papa Juan Pablo II en 1990, en una reunión del cuerpo diplomático de la delegación apostólica en la Ciudad de México.

Viajero incansable, de la mano de su esposa Elvira González de Huerta (2020), don Mario recorrió el mundo por décadas.

Se distinguió también por su pasión por la música, y hasta grabó algunos discos; tocaba el piano, el órgano y el acordeón.

Ferviente católico, plasmó en sus memorias su devoción religiosa, a la que, afirmaba, inició en 1932, a los 6 años de edad en Catedral, donde fue monaguillo y le tocó estar de acólito, a los 12 años de edad, durante la misa de Consagración o Dedicación de la parroquia de la Inmaculada Concepción, presidida por el Arzobispo, seis obispos y 27 sacerdotes.

Como político, perteneció al PRI durante más de 60 años y fue Presidente Municipal de Mazatlán de 1972 a 1974, administración en la que se construyeron avenidas como la Insurgentes, la continuación de la Camarón Sábalo y la Sábalo Cerritos, además de que se gestionó la construcción del Parque Bonfil, entre otras obras.

El mercado inmobiliario en Mazatlán no podría entenderse sin la presencia y labor de don Mario, y como constructor fue fundador en el puerto de lo que ahora es la delegación de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

Don Mario recibió a lo largo de su vida innumerables reconocimientos de diferentes instituciones, asociaciones y cámaras, pero sin duda el mejor reconocimiento será el legado que deja en el puerto.