Vive Liz Benítez en Anspac un periodo de retos y crecimiento espiritual

Ayudar a mejorar el entorno de las personas y ser parte del crecimiento humano que se dio dentro de la Asociación Nacional Pro Superación AC, con sede en Mazatlán, fue un reto muy satisfactorio para Liz Benítez de Sarabia, quien estuvo al frente de la agrupación por casi 4 años desempeñando en cargo de presidenta.

Liz dejó una agrupación llena de crecimiento espiritual y humano, además de un crecimiento en sabiduría, aquella que llegó, sin querer, a las integrantes con la pandemia por Covid 19.

Primero fue llegar a una agrupación que carecía de timonel y después enfrentar el cierre mundial que se suscitó por el Coronavirus.

“Fue un periodo complicado, difícil y lleno de retos, que nadie nos lo esperábamos, fueron casi cuatro años; yo recibí la llamada en noviembre de 2018 para hacerme cargo de las ex presidentas, ellas lo decidieron en una reunión de consejo, me hicieron la propuesta en una situación complicada en aquel momento, en el que estaba sin presidenta, y entonces asumí el reto pensando en que era sólo para terminar el periodo que había quedado acéfalo, entré en noviembre de 2018, en enero de 2019 tomo protesta oficial y terminó ese ciclo”, explicó.

Liz Benítez, hasta ese entonces, no avecinaba que el periodo se alargaría.

“En mayo de 2019 cuando voy a Monterrey a tomar protesta en la sede nacional, en una junta nacional donde vamos todas las presidentas del País, de Centroamérica y Estados Unidos, cuando tomo protesta en mayo, me toman protesta por dos años y les digo ‘yo vengo por un año nada más, porque ya terminamos un año y vengo por un año nada más’”, dijo.

“Ahí, Evangelina Hinojosa me dice ‘Liz es que vas por dos años, lo que ya hiciste es aparte’, y yo le dije ‘no, pero es que no puedo, dos años no puedo’, y me contesta, ‘no te lo estoy pidiendo yo es Dios quien te está pidiendo el apoyo’, ahí me desarmó y le digo, ‘está bien te firmó por dos años’, y firmé”.

La pandemia

Después de trabajar un año como acostumbraban, llegaron los miedos y la incertidumbre al interior de la agrupación con el cierre que se vivió en marzo del 2020, por la situación mundial de la pandemia.

“Me hago cargo de la sede, se viene la pandemia y el año pasado que yo tenía que entregar me llama de nuevo la presidenta nacional y me dice ‘Liz, te puedes quedar un año más, no queremos mover, las sedes que están funcionan bien en un momento tan complicado, no queremos hacer cambios, entonces apóyanos con Mazatlán y continúa’, entonces son tres años y cacho trabajando”.

Para la presidenta navegar por aguas desconocidas para llevar a buena mar a las integrantes fue todo un reto.

“Llegué a una asociación fuerte con unas ex presidentas que nunca han estado fuera de la asociación, siempre han estado al pendiente, venía muy fortalecida en finanzas y administración, las unidades trabajando perfectamente, es un barco que yo agarré muy bien guiado, con mucho rumbo, que en el paso de los años se nos complicaron las aguas, sí, se vino la tormenta de la pandemia, pero gracias a Dios esos cimientos que traía Anspac me permitieron continuar y salir adelante y salir al puerto que ya estamos visualizando”.

Nueva experiencia

Trabajar en medio de una pandemia fue toda una nueva experiencia.

“La pandemia fue un reto muy grande, creo que nadie estábamos preparados para una pandemia, nadie, ni Anspac, ni ninguna asociación, ni ninguna persona, no visualizamos algo tan grande que se dejaba venir”.

Por momentos, señaló, no sabían qué hacer, pero tuvieron la fortuna, como Comité Directivo, de tomar decisiones rápidas y favorecedoras para la agrupación.

“Fue mucho miedo, pero eran unas vacaciones de Semana Santa que se venían y que nos permitió medio visualizar qué íbamos hacer, y cuando dicen nos vamos virtuales, que ya no iba a ver clases presenciales, y que las empresas empiezan a cerrar sus puertas y a decir que no puede ingresar nadie, pues sí se vino todo un reto”.

“El equipo se unió, tomamos decisiones rápidas y decidimos nosotras mismas hacer el material y estarlo mandando por WhastApp, todavía no sabíamos mucho del Zoom, ni del Meet, nada, tuvimos que aprender, tuvimos que meternos, sobre todo el Comité Directivo, luego las coordinadoras ese ciclo lo terminamos entre WhastApp, llamadas telefónicas, mensajitos, realmente fue un experimento grande, pero lo cerramos y lo cerramos bien, las señoras hermosas se adaptaron con muchos miedos a cerrar ese ciclo así”.

Para el siguiente ciclo comentó que ya Anspac Nacional había tomado sus precauciones y con el apoyo del Tecnológico de Monterrey prepararon toda una plataforma tecnológica y mandaron las capacitaciones en Zoom y en todas las redes.

“Tomamos muchas capacitaciones y cuando nos indicaron que el siguiente ciclo venía virtual, también nos indicaron cómo cada semana nos iban a estar haciendo llegar el material en video para mandarlo a la señoras”.

“Empezamos un ciclo sabiendo lo que íbamos a hacer, ya teníamos el apoyo del Tecnológico de Monterrey para que todo el material viniera virtual, desde manuales de trabajo, carpetas de trabajo, todo nos llegó virtual y empezamos a apremiar”.

Pierden el miedo a la tecnología

Las damas, dijo, perdieron el miedo a mover las teclas de sus computadoras o móviles.

“Las señoras empezaron a perder el miedo, ya le picaban al Zoom, ya aprendieron a ver un video, ya prendían su micrófono, fue hermoso porque fue un reto que nos hizo crecer, creo yo que el éxito fue que fuimos muy resilientes, que nos estiramos y nos adaptamos, y crecimos y en medio de mucho dolor”.

“Tuvimos pérdidas muy dolorosas toda la familia Anspac, tanto de nuestras familias, como de compañeras que se nos fueron; era lidiar con ese dolor, con el miedo de lo desconocido, era decirles, ‘continúa, ándale, aunque sea una vez a la semana, aunque sea cada 15 días, lee el tema’; eso nos compactó, nos unió como grupo, como equipo, creo yo que estuvimos más unidas, porque inclusive Anspac Nacional nos hacía juntas virtuales cada mes, estuvimos más de cerca con las coordinadoras nacionales, realmente la tecnología nos permitió acercarnos y compactarnos”.

Crecimiento al interior de los hogares

El trabajo en equipo del comité directivo, coordinadoras, animadoras y señoras de las diferentes unidades fue clave.

“Fue un trabajo hermoso, se podría decir como de multinivel, porque el comité directivo lo premia a las coordinadoras, cada unidad tiene una coordinadora y esa coordinadora lo premiaba con sus animadoras, y sus animadoras le ayudaban con sus señoras y entonces se hacían equipos, se buscaba a todas las señoras”.

“La familia ayudó mucho a las señoras, crecimos al interior de los hogares, porque entonces veías al hijo que estaba atrás de la mamá enseñándole cómo usar la computadora, veías al marido detrás de la señora viendo el tema, era hermoso cómo ver a señoras ya abuelitas con los nietos que estaban ahí al pendiente de que le picará bien al botón, de que se conectará; había las que no se podían conectar y se pasaban a su casa y por debajo de la puerta le aventaban la copia del tema de esa semana, fue un trabajo, pero un trabajo de muchas personas”.

El ser presidenta fue como si fuera una directora de orquesta.

“Que te puedo decir de mí, de la directiva, que fuimos como los directores de orquesta, preguntando cómo están, dónde las podemos localizar, todas al pendiente”.

“Cuando empezamos, empecé con 28 unidades y estamos saliendo con 31, me hubiera encantado decir que estoy cerrando con 35 ó 40, pero obviamente la pandemia me centró a fortalecer y a sostener lo que teníamos, el crecimiento que tuve, lo tuve en el primer año, cuando todavía no había pandemia, pero ya luego fue sostener lo que se tiene”.

Benítez de Sarabia comentó que se sostuvieron las unidades, además de las empresas donantes.

“Me dije ‘Liz no te desgastes en querer más, porque no vas a tenerlo, sostén lo que tienen’, entonces me dediqué a sostener las 31 unidades, me dediqué a sostener las empresas que son nuestros donatarios y creo somos, la que sí hubo 10 sedes a nivel nacional que sostuvieron las empresas donatarios, ahí entramos nosotros”.

Reconocimientos

El haber trabajado en equipo les valió para recibir dos reconocimientos.

“En la última junta Nacional, Mazatlán se llevó dos reconocimientos muy importantes, El cumplimiento en todas las metas en lo espiritual, en lo humano y en lo administrativo; y tuvimos un reconocimiento por el Sostenimiento de Empresas, que eso es muy difícil, porque en la mayoría de las sedes las empresas cerraron, cerraron unidades y cerraron aportaciones, porque estaban concentrados en sostener a sus empleados y en pagarles la nómina, pero aquí en Mazatlán tenemos empresas que realmente nos fortalecen mucho y que ven el trabajo de Anspac y dijeron le sigo apostando”.

“Nos reinventamos, creo que aprendimos a vivir en esta pandemia y lo más importante es que nos adaptamos, viene la ola y tienes de dos, te hunde y te ahogas, o te montas en ella y tratas de llegar a lugar seguro y creo que nosotros lo hicimos”.

Números de Anspac en los últimos 4 años

2019

26 Unidades de Mujer

15 Unidades de Joven

948 personas

2020

32 Unidades Mujer

25 Unidades Joven

1 mil 428 personas

2021

31 Unidades Mujer

25 Unidades Joven

1 mil 659 personas

2022

31 Unidades Mujer

12 Unidades Joven

972 personas

-Se implementó y posicionó el Día de la Animadora Anspac para el 15 de febrero de cada año. El primer festejó en Mazatlán fue en 2019.

-Se abrió la Unidad Rural de El Salto de la Noria, de donde este año se graduó la primera generación de programa básico con 11 señoras.