El Nuevo Acuario de Mazatlán: la creación de un sueño de amor por la ciudad

Tener un sueño, tocar puertas y materializar el amor por la ciudad, son los inicios del proyecto Parque Central, que albergará al nuevo Acuario de Mazatlán, el más importante de América Latina, un gran Parque Público ya en operaciones y posteriormente el Museo de la Ciudad, y que Guillermo Zerecero Velo ha llevado de la mano por 9 años.

La inauguración del nuevo Acuario será en otoño del 2022 con especies del Mar de Cortés, se espera que en los primeros años reciba de 850 a 900 mil visitantes y a partir del quinto año un millón de personas.

“Estábamos persiguiendo un sueño y habremos conseguido un milagro, no me cabe duda”, expresó Zerecero Velo para una vez que se concluya el Acuario de Mazatlán y el Museo, retomando las palabras del Director del Proyecto Bilbao 2030, cuando se creó el Museo Guggenheim y cambió la vida de la ciudad, ahora la frase podrá ser perfectamente aplicada en Mazatlán, con el apoyo de Ernesto Coppel Kelly.

La visión es optimista, después de sobreponerse a la pandemia que incrementó el costo del proyecto, destacando que cuando nació la idea el dinero privado disponible era de cero pesos, ver lo que ahorita hay del Parque Central, del avance del Acuario y del proyecto ejecutivo para el museo, no da lugar a duda que cuando se termine se verá el milagro.

“Entonces, platicando el otro día Ernesto Coppel y yo acordamos apuntar en nuestras agendas que nos vamos a reunir el 10 de octubre a las 10 de la mañana del 2050, para ir juntos al Ayuntamiento a solicitar la renovación de la concesión, dado que será un éxito para la ciudad la operación profesional del Acuario, ese es el tamaño del optimismo que nunca se ha perdido”, compartió el empresario.

Los tres pilares del proyecto del Acuario de Mazatlán son; orgullo de pertenencia, identidad -para que se generen noticias positivas permanentemente y se hablen de cosas buenas de Mazatlán, y lograr además, un proyecto turístico de clase mundial, que se refleje en la derrama económica en la ciudad y le agreguen valor; con ello, llamaremos atención a cadenas hoteleras, navieras y líneas aéreas que decidan abrirse espacio en el puerto.

“Primero la investigación, segundo la educación, tercero la exhibición con fines educativos”, es lo que se aprendió del Acuario de Vancouver, asesor del proyecto con quien, junto con el Acuario de Valencia, se tiene ya un acuerdo para intercambiar experiencias en investigación, incluso estudiantes de diferentes países podrán tener intercambios de estudios en materia de conservación de los mares.

“Nosotros queremos que cuando los visitantes salgan del acuario digan: -he aprendido algo que no sabía antes, hoy entiendo, hoy sé por qué, hoy soy consciente de que tenemos que respetar no solamente a la vida marina, sino a la vida en todas sus manifestaciones”, agregó, por lo que desde hace un año y medio, en coordinación con el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, Centro Público de Investigación Conacyt, y la participación del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM se hace investigación desde el Centro de Investigaciones Orgánicas del Mar de Cortés, que será el organismo de investigación del nuevo Acuario.

El sueño

El sueño nació en 2013 con una plática de amigos con Coppel Kelly, a quién Zerecero Velo calificó como una persona agradecida con su ciudad, amigo y buen empresario, donde se comentaba la necesidad de tener más y mejores espacios de cultura, convivencia familiar y aprendizaje, por lo que la primera idea que tuvieron fue de un museo.

Un museo representó el poder conocer por qué, para qué y cómo se llega a un lugar y se pertenece al mismo, información que se podría ofrecer también a turistas, coincidiendo en que ambos querían un museo y una mejor ciudad, el siguiente paso fue encargar a Zerecero Velo de volver el sueño realidad y empezó la aventura que se refleja hoy en el proyecto Parque Central y lo que será el acuario más grande de Latinoamérica.

“Que los ciudadanos se sientan orgullosos de lo que pasa en su ciudad”, manifestó el impulsor, quien destacó que al ser un proyecto ciudadano y no político, que ha visto pasar a tres gobernadores, siete alcaldes y dos gobiernos federales que han sido testigos de la valía para la ciudad, estado y país, y se sigue concretando el sueño, trabajando de una manera cordial con los ejecutivos municipal, estatal y federal.

“Es un proyecto ciudadano, no es un proyecto político, los políticos, los gobernadores, los alcaldes y los diputados se suman como debe de ser, se suman a los proyectos ciudadanos que ellos analizan primero, que vean que hay un retorno y beneficio social importante y deciden sumarse y trabajamos de la mano; la parte privada y la sociedad con sus gobiernos”, reiteró, sumando a un grupo de empresarios mazatlecos a la idea.

La emergencia sanitaria trajo consigo la emergencia económica, cuando llegaron las noticias de que cerraron las fábricas de los acrílicos y no se podría surtir a tiempo desde Japón, así como esa cerró la fábrica de los equipos de soporte de vida en Turquía, en México Cemex no podía surtir el concreto, o la disminución del número de trabajadores permitidos, entre otros escenarios que aumentaron el costo económico por la pandemia.

“Todo eso fue una bola de nieve y en momentos temíamos de qué era lo que pudiera pasar y nuestro financiero, Ernesto Coppel, cada vez que yo le decía: ¿te acuerdas que yo te aseguré que no tenías que poner ni un peso más? -Sí- ¿pues qué crees? necesitamos nada más 50 millones más, entonces en lugar del compromiso que él hizo con la ciudad de poner 600 millones, está poniendo el doble, mil 200 millones”, relató Zerecero Velo.

Una vez que reabrieron las fábricas se presentaron nuevos obstáculos, se reiniciaba la fabricación de los acrílicos, pero no había manera de transportarlos, pues lo puertos estaban cerrados, una vez solucionado esto, hubo crisis de contenedores asiáticos y europeos que quedaron en América, pero el optimismo siguió a pesar de dobletear del costo inicial por todos los problemas alrededor de la pandemia.

Se tocaron puertas con cinco diferentes secretarios federales de primer nivel, con apoyo de Quirino Ordaz Coppel desde que fue Diputado federal, posteriormente como Gobernador, quien a los 15 días de rendir protesta en el cargo les recibió y les dijo, “en mi periodo de gobierno, haremos todo el proyecto parque central” e inició con la compra de los terrenos en donde se construyó el lago y la calle bahía (hoy calle Quirino Ordaz).

Zerecero Velo, junto con Antonio López Puerta de parte del gobierno estatal, defendió el proyecto las veces que fue necesario en juntas con Banobras, Sectur Federal, Secretaría de Hacienda, Fonatur y más, algunas puertas abiertas por el Gobierno del Estado, y mientras recibía felicitaciones y promesas, buscaba quién pusiera el dinero de la parte privada, hasta que por la inauguración del Acuario Inbursa vieron una oportunidad pues ellos se interesaron, pero al final no se concretó, y así sucedió en diferentes ocasiones.

Una vez que se tuvo el proyecto ejecutivo elaborado por Tatiana Bilbao, se siguieron tocando puertas para decir al mundo que Mazatlán estaba haciendo cosas importantes, diferentes manos se levantaron, pero se bajaban con el paso del tiempo y fue cuando Zerecero Velo regresó al origen de todo y convenció a Coppel Kelly de ser el inversor privado, que inició con 600 millones, pero terminó poniendo mil 200 millones de pesos, sumados a los 600 millones aportados por Gobierno Federal.

El mejor acuario, el mejor talento

“No es fácil, un acuario es algo muy especializado, pero si tenemos el mejor acuario, tenemos que tener el mejor talento”, enfatizó, dando prioridad para contratar al talento que se encuentra trabajando en el actual Acuario de Mazatlán, que tiene 42 años y son enamorados de su actividad, muchos se integrarán al Nuevo Acuario.

El desarrollo conceptual del Parque central inició con el Arquitecto Adrián Bastidas con quien definimos, desde los espacios verdes, puentes de conexión de la calle y parque y el lago, posteriormente se unió Tatiana Bilbao Spamer, quien al final aportaría su gran talento e ideas para hacer el proyecto ejecutivo de lo que son los grandes cambios que hoy vemos del antiguo bosque de la ciudad.

Para el acuario, Poco a poco se fueron contratando empresas como Pangea, de Dinamarca, para que realizara la rocalla artificial que semeja el Mar de Cortés, representada por Jan Moller; Nippura de Japón es la mejor empresa del mundo que hace acrílicos para acuarios, representada en el proyecto por Minamino Yashuiro; de Turquía se contrató a MAT, para el diseño y fabricación de los equipos de soporte de vida, con Baris Mutkilioglu como líder de proyecto; Tatiana Bilbao Estudio quien hizo un grandioso trabajo con el diseño del edificio y su proyecto ejecutivo, entre otros, celebrando que una empresa Sinaloense, Meprosa, de Los Mochis, ganara la licitación para la construcción del edificio.

Con la pasión de personas como Aaron Sprowl, Director de Operaciones con 22 de años de experiencia internacional en acuarios; Rafael Lizárraga, Director Ejecutivo; Kathleen Echeverría, Directora de Ciencias de la Vida; y Erick García, Director de Construcción; todos y todas del nuevo Acuario de Mazatlán.