"KAES, la textilera local que siempre busca la evolución"
En el año 2000, la familia León Vázquez comenzó con un proyecto de negocio, comercializar ropa importada, hoy es una empresa textilera local, que produce lo que se distribuye en las 6 boutiques Kaes; además, una de las sucursales cuenta con un concepto novedoso de restaurante + café.
Son cinco integrantes en la familia, solo la hija menor no está involucrada en el negocio porque vive fuera de Sinaloa; el padre, Edmundo León, es el director administrativo; Bertha Alicia Vázquez, la madre, es la creativa, la directora general; Karla León, la hija mayor, es la directora de producción y Ana Victoria, la hija mediana, es directora de marketing y publicidad.
Kaes es una empresa que produce ropa y zapatos, además de un restaurante + café; cuenta con venta en línea y en establecimientos exclusivos; cinco están en Culiacán y uno en Los Mochis, ciudad de la cual es originaria Bertha Alicia.
Cuando Bertha Alicia decidió empezar el proyecto, se inspiró por el nombre de sus tres hijas, Karla, Ana Victoria y Estibaliz, por lo que optó por denominar al negocio "Kaes".
Ana Victoria cuenta que la tienda comenzó en un espacio de 3 x 4 metros, sin aire acondicionado, sin nada, primero se importó ropa de mujer adulta de la ciudad de Guadalajara, el siguiente paso fue incursionar al mercado infantil, después se comenzó a importar ropa de Estados Unidos.
Recuerda que en 2010 Bertha Alicia quiso dejar de ser solo vendedora, confeccionar ella misma la ropa que iba a vender, evolucionar y dar un paso a ser productora textil, fabricar sus propios productos.
“Yo le decía que no, cómo iba a comenzar a fabricar sus propios productos si lo que la gente en ese entonces quería eran marcas ya reconocidas; ella decía, 'no me importa'. ya lo veía venir, sabía que esto iba a funcionar”, reconoce.
La directora de marketing de la tienda dice que ella no creía que Kaes fuera a tener éxito, los primeros diseños fueron de un León por el apellido, pero no funcionó.
Dice que su madre no se rindió, contactó a una persona que le trabajaba el primer taller Kaes, con vestidos que Bertha diseñaba, al pasar los años, la calidad no alcanzaba, los estándares que ellos buscaban eran superiores, por lo que sin conocer nada de la industria textil, incursionaron a emprender su taller propio.
Ya tienen cinco años con la fábrica, se producen desde vestidos de novia, XV años, ropa casual femenina, faldas, blusas, pantalones, evolucionando poco a poco.
Evolución constante
La hija mediana cuenta que su mamá seguía con la idea de querer crecer, que decía: “Tengo que hacer algo para que mi marca siga evolucionando, siga evolucionando y siga evolucionando”.
“Mi mamá creía tan firmemente en su proyecto, era de que 'no me importa, yo creo y lo voy a lograr, ¿tu no crees? Yo sí, y vas a ver, las limitantes las tienes tú en tu cabeza, pero tienes que creerlo' yo le decía: 'mamá, pero es que...' y luego veía que eran cosas que sí le gustaban a la gente, ideas de ella, de un vestido y así”, recuerda.
Se presentó la oportunidad del local que se ubica en la calle Miguel Hidalgo, entre Ramón Corona y Aquiles Serdán. Como era grande, se tomó la decisión de incluir cafetería dentro de la boutique, luego desayunos, hasta llegar a ser un restaurante completo.
“El chilorio, chorizo, machaca, son recetas de mis papás, son bioquímicos y cuando estudiaron la universidad desarrollaron estas recetas, pero nunca se imaginaron que las iban a meter en un restaurante”, confiesa.
Cuando entras, la primera impresión es de una boutique, luego se puede observar que también es restaurante + café, al lado derecho se ven las mesas. En la pura entrada, sobre unas mesas está acomodado el calzado, en percheros está colgada la ropa, también hay ropa en la pared, de ganchos, entre medio de los zapatos y la ropa está una banca blanca.
Refiere que el restaurante + café ha sido un plus, que ha ido evolucionando también, pues actualmente tienen la oferta de paquetes para celebrar eventos especiales.
Recuerda que el primero fue un Baby Shower de la esposa de un colaborador, se armó una propuesta de alimentos y bebidas, lo que dio paso a ese mercado, en un espacio con luz, que pareciera un jardín, pero el verde es sintético, con mesas de madera, aire acondicionado, con puertas de cristal que se recorren y permiten privacidad, muy agradable para utilizarse para esas ocasiones especiales.
“Hicimos ese paquete y dijimos: 'eventos, ¿porqué no?', empezamos a probar por las tardes que no tenemos tanta gente como en la mañana, empezamos a meternos por ese lado y así fue poco a poquito que la gente fue buscando ese mercado, tenemos mucho éxito con los eventos, en toda la semana son uno o dos días en los que no hay evento”, señala.
La clave del éxito de Kaes radica en conocer bien a su mercado, lo que quieren, cómo lo quieren y cuándo lo quieren.
“Se siente mucha satisfacción por mis papás, todo lo que pasaron, no fue fácil en un principio, mi mamá en vez de estar con nosotros trabajaba y decir: 'oye está valiendo la pena, lo estamos haciendo'”, refiere.
Con los años, Ana Victoria dice que han aprendido mucho de la gente, han identificado cómo gustan de los productos, han creado una empatía entre los clientes y la marca.
La familia y los negocios
La directora de marketing dice que la comunicación constante, la confianza y madurez para separar la familia del negocio, pero a la vez estar unidos y apoyar las decisiones, los puntos de vista, es lo que ha permitido que la familia trabaje en el negocio.
A pesar que son los padres, directora general y director administrativo, quienes toman las decisiones, siempre se escuchan todos los puntos de vista, el porqué no o porqué sí, para encontrar un punto medio, ver pros y contras.
Karla estudió administración de empresas, pero luego, al tener interés por dirigir el taller, comenzó a estudiar con maestros locales y se especializó en el tema, luego comenzó con el proyecto de vestidos de gala, que actualmente se denomina Kaes Elite.
Ana victoria es diseñadora de modas, su influencia fue Kaes, ella tenía la idea de incluirse laboralmente en la empresa familiar, le encanta la moda, las tendencias, la reacción con los acontecimientos nuevos, con la forma de pensar de la gente, porqué se usa tal prenda, tal color, el trasfondo, por eso se especializó en Barcelona, en marketing de la moda.
A sus 26 años de edad, consolidó su marca exclusiva, denominada Victoria León. Los productos son más exclusivos, de una calidad superior en cuanto a telas, aplicaciones y agregados, un concepto diferente, pero que forma parte del mismo grupo.
“Yo sentía que había mercado que no teníamos abarcado, pero piensas en Kaes y es ropa accesible de buen precio, que no se va a gastar mucho y sales del apuro, la marca es un poco más cara, con prendas de más calidad, dirigido a personas con más solvencia económica que piensan en gastar en prendas que van a costar más, pero van a durar más”, explicó.
Actualmente los diseños de Kaes, Kaes Elite y Victoria León se evalúan al momento en que se publican en redes, en ese instante se sabe si gusta o no cada producto nuevo.
Recuerda que el primer lote de faldas que se sacaron, fue una pérdida porque se cortaron mal.
“Se van presentando situaciones que no se conocen, pero que se va aprendiendo de ellas, echando a perder, siempre se aprende mucho de ese modo”, sostiene.
Dice que siempre al entrar a un negocio se desconocen los efectos secundarios, no se visualizan algunos detalles, como en el caso textil, que las telas tienen una forma de cortarse, tienen su sesgo y cada patrón es diferente.
“Pero lo principal, lo que yo puedo decir, es que uno aprende echando a perder, regándola, quedándote con los productos, cortando mal una tela, es la forma en que vamos aprendiendo”, advierte.
Cuando alguien que no les conoce de manera personal, habla bien de la marca, es satisfacción para Kaes, una motivación para seguir adelante, la aceptación de la gente.
Ana Victoria dice que se siente mucha emoción ir por la calle y reconocer las prendas Kaes, o incluso preguntar dónde se compró y le respondan que en Kaes, porque significa que a la gente le gusta y se lo pone, además que identifiquen que es una marca sinaloense, que comenzó aquí en Culiacán.
El proyecto que se tiene a corto plazo es impulsar más la venta en línea, ya que es una plataforma de venta sin fronteras, luego de consolidar este paso se piensa buscar la expansión a otras ciudades de la República, y continuar con el novedoso concepto de boutique con restaurante + café integrado.