Navegando los cambios legales en la industria de los casinos de Mazatlán: Desafíos y oportunidades

06/05/2025 10:42

El panorama de los casinos en Mazatlán, la joya turística del Pacífico mexicano, atraviesa una transformación radical. Mientras los mejores casinos online siguen captando jugadores con sus plataformas digitales, los establecimientos físicos enfrentan un laberinto de reformas que cambian las reglas del juego.

Tras el decreto federal de noviembre de 2023, las máquinas tragamonedas quedaron en jaque. Este movimiento legislativo no solo vetó la instalación de nuevos dispositivos, sino que redujo la vigencia de permisos a 15 años. El golpe fue directo para operadores como Grupo Caliente y Codere, que dependen en un 85% de estos equipos para generar ingresos.

La justificación oficial apunta a la protección de grupos vulnerables y al combate del lavado de dinero. Por su parte, la industria no se quedó de brazos cruzados.

La batalla legal y sus protagonistas

Tras su aprobación, treinta y siete operadores presentaron amparos argumentando inconstitucionalidad. El juez Gabriel Regis, ahora candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), concedió suspensiones que permiten seguir operando juegos de mesa y tragamonedas durante los litigios.

Además, los precedentes legales favorecen a la industria. En 2016, la Suprema Corte avaló estas máquinas como “sorteos automatizados”, fortaleciendo la posición legal de los casinos.

Otro desafío significativo es la tensión entre las regulaciones federales y las locales. En Mazatlán, el artículo 51 del Bando Municipal que regula esta materia, exige permisos específicos de uso de suelo para la operación de casinos, los cuales son otorgados por la Dirección de Planeación Urbana.

No obstante, desde 2019, las autoridades locales han optado por negar sistemáticamente estos permisos. Se basan en argumentos de seguridad y prevención social, lo que genera conflictos con la legislación federal.

Los números rojos del impacto económico

La factura económica es alta. Actualmente, proyectos millonarios como el complejo turístico de Caesars Entertainment están congelados. Este desarrollo inmobiliario está valorado en $300 millones y se ubicaría en la Zona Dorada.

El vacío legal alimenta otro problema: el mercado ilícito. En 2024, la Marina decomisó 151 máquinas en colonias como Francisco I. Madero. Estas “habichuelas” o mini-casinos clandestinos operan sin control y en algunos casos se han vinculado con el lavado de dinero.

El aspecto social es igualmente alarmante. Por un lado, cerca del 20% de las pensiones de adultos mayores termina en apuestas, según el psicólogo Luis Ángel Salinas. Por otro, está el tema de la seguridad, luego de que en diciembre pasado ocurrieran dos homicidios dentro de unos mini-casinos, debido al ajuste de cuentas.

La reinvención necesaria: oportunidades emergentes

Sin embargo, los operadores no se rinden. Las reformas abren las puertas a nuevos modelos de negocio, que pueden redefinir la industria de forma positiva.

La transformación digital representa la apuesta más sólida para superar las restricciones físicas. Plataformas como NetBet y Codere Online proyectan un 70% de aumento en sus ingresos para 2026, gracias a la atracción de adultos jóvenes por medio de apps vinculadas a métodos de pago populares, como el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) y OXXO Pay.

La transparencia también busca su espacio. Un plan piloto en Quintana Roo está implementando tecnología blockchain para auditorías en tiempo real. De ser exitoso, el modelo podría replicarse en Mazatlán con el fin de reducir los riesgos de lavado de dinero.

El turismo integrado también emerge como otra opción. Proyectos en la Zona Dorada combinan hospedaje de lujo con experiencias exclusivas, desde torneos de póquer con crupieres holográficos hasta paquetes “todo incluido”, con acceso VIP a mesas de blackjack.

La AIEJA (Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos) impulsa una nueva Ley Federal de Juegos y Sorteos que actualizaría el marco de 1947. Esta propuesta incluiría la regulación de criptomonedas, establecería impuestos progresivos y exigiría certificaciones internacionales para los juegos electrónicos.

Estrategias para navegar la incertidumbre

Para los casinos mazatlecos, el reto inmediato es armonizar las legislaciones locales y las federales. Mientras tanto, han adoptado nuevas tácticas para mantenerse a flote.

Por ejemplo, algunos operadores han comenzado a priorizar los juegos de mesa como la ruleta y el póquer, los cuales ahora representan el 25% de sus ingresos. También se han desarrollado alianzas con equipos deportivos como el Mazatlán FC, para ofrecer bonos con base en los resultados de sus partidos.

No obstante, lo más innovador definitivamente ha sido la implementación de tecnología de punta con mesas holográficas de $10 millones, que se espera tengan un retorno del 25% para 2026.

El futuro en juego

Actualmente, Mazatlán tiene todas las cartas para convertirse en una meca del juego responsable. Su conexión con el turismo, su ubicación estratégica y el interés de inversores internacionales aumentan las posibilidades de negocios.

El desafío consiste en conciliar normativas locales y federales a través de conversaciones abiertas y alianzas entre autoridades municipales, federales y empresarios del sector. También es crucial combatir el mercado ilegal mediante estrategias coordinadas que involucren a instituciones federales como la Guardia Nacional y la Marina.

Por otra parte, para mantener la viabilidad de la industria, es fundamental apostar por tecnología de vanguardia, como la inteligencia artificial. Esto con el fin de mitigar la ludopatía y asegurar la transparencia en las actividades.

Mazatlán está en una encrucijada donde cada decisión será determinante para su futuro. Si logra equilibrar regulación, innovación tecnológica y compromiso social, puede consolidarse, no solo como un destino turístico de primer nivel, sino también como un referente en la industria del entretenimiento responsable en México y toda Latinoamérica.