Día Mundial de los Animales: cámaras trampa para conservar jaguares y delfines en la Selva Maya y la Amazonía

Proyectos de fototrampeo y fotoidentificación buscan preservar a jaguares de la selva maya y a delfines de río en la Amazonía. Por primera vez, se estudió la población de jaguares con cámaras trampa en las áreas más importantes de la Selva Maya en Guatemala y Belice. Un estudio pionero en el monitoreo de delfines de río permite entender y proteger mejor a las dos especies que viven en la Amazonía ecuatoriana. Investigadores trabajan con comunidades no solo para crear conocimiento y apropiación de los animales, sino también para generar acciones de conservación
04/10/2025 06:00

Por Gonzalo Ortuño


Ante la crisis ambiental que cada vez pone en mayor riesgo la biodiversidad del planeta, las investigaciones y el monitoreo de fauna se vuelven más importantes para entender las amenazas que enfrentan y tomar medidas que ayuden a su conservación. Este Día Mundial de los Animales, Mongabay Latam comparte las experiencias de proyectos que buscan preservar especies y sus hábitats, desde la Selva Maya hasta la Amazonía.

Estos proyectos son clave para regiones de Latinoamérica, donde el promedio de las poblaciones de fauna silvestre se ha reducido en un 95% en los últimos 50 años, de acuerdo con el informe Planeta Vivo 2024, elaborado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y que mide la pérdida de biodiversidad en 5495 especies de anfibios, aves, peces, mamíferos y reptiles a nivel mundial.

La pérdida de animales —quienes son clave en el funcionamiento de los ecosistemas— tienen como principales motores la degradación y pérdida de hábitats, el cambio climático y la contaminación, así como las especies invasoras y las enfermedades.

Por esta razón, estos proyectos de conservación no solo buscan documentar la presencia o las poblaciones de especies en los ecosistemas, sino entender sus comportamientos para implementar medidas, de la mano de comunidades y autoridades, para así fomentar la coexistencia entre animales y humanos.

$!Jaguar registrado por una cámara trampa en el Parque Nacional Tikal, Guatemala, evidencia la importancia de la Selva Maya como corredor mesoamericano clave para la especie.
Jaguar registrado por una cámara trampa en el Parque Nacional Tikal, Guatemala, evidencia la importancia de la Selva Maya como corredor mesoamericano clave para la especie. ( )


La Selva Maya, el hogar que da estabilidad al jaguar

Un esfuerzo inédito en la región transfronteriza de Guatemala y Belice ha permitido comenzar a monitorear al jaguar (Panthera onca) en áreas clave de la Selva Maya y del corredor biológico que han permitido confirmar una población estable, pese a las amenazas que enfrenta la especie en esta región, como la pérdida de hábitat y la cacería por venganza.

Este esfuerzo, liderado por WWF Mesoamérica en áreas como el Parque Nacional Tikal, el biotopo Zotz y el Parque Nacional Yaxha-Nakum-Naranjo, articuló también a autoridades ambientales, guardarecursos locales, organizaciones y comunidades.

Rebeca Escobar e Ivanna Waight-Cho, oficiales de Biodiversidad Terrestre de WWF Mesoamérica, destacan que este ejercicio permitió consolidar un diagnóstico de las poblaciones de jaguar en la región que servirá como un punto de partida para después estimar su incremento, distribución, así como medidas de manejo que permitan su conservación.

“Es la primera vez que se logró hacer un muestreo de jaguar en la región del Parque Nacional Tikal. No se había logrado porque hay mucha cacería, siempre se robaban las cámaras, pero esta vez se colocaron de manera diferente para que pudiéramos obtener información de cómo está la población de de jaguares”, dice Escobar a Mongabay Latam al señalar que en tres años de monitoreo la población de la especie se mantiene estable.

$!Vista aérea del Corredor de la Selva Maya, en Belice.
Vista aérea del Corredor de la Selva Maya, en Belice. ( )

La investigadora señala que uno de los retos para este tipo de proyectos es sostenerlos en el tiempo, lo que considera necesario para estimar un incremento o pérdida del mayor felino de América en países claves como Guatemala y Belice.

“Son años de esfuerzo, de trabajo conjunto y el financiamiento es una de las debilidades en el trabajo de la conservación. El fototrampeo no es barato, requiere bastante esfuerzo. Requiere tener cámaras suficientes que puedan estar en la mayoría del área por tres, cuatro, cinco años para ver si la población realmente está incrementando”, sostiene.

Aunque el monitoreo no implicó directamente a las comunidades, las investigadoras destacan el desarrollo de ciencia ciudadana en las concesiones forestales, especialmente con jóvenes, a quienes capacitan en el uso de herramientas como iNaturalist GT que permite registrar y compartir observaciones ciudadanas con almacenamientos científicos.

“Tenemos toda una metodología para trabajar con jóvenes para que hagan monitoreo en sus sitios e identificar qué especies son las que están viendo o conviviendo con ellos”, explica Escobar. Posteriormente esta información se comparte dentro de la plataforma. “Lo interesante es que hay personas que van revisando esa información y va quedando para futuras tesis o estudios”, describe.

$!Guardarecursos locales verifican el funcionamiento de cámaras trampa instaladas en la Selva Maya, herramienta esencial para monitorear a los grandes felinos y su hábitat.
Guardarecursos locales verifican el funcionamiento de cámaras trampa instaladas en la Selva Maya, herramienta esencial para monitorear a los grandes felinos y su hábitat. ( )

Estas actividades, señala la investigadora, han permitido que los jóvenes se interesen por la biodiversidad que les rodea y se apropien del bosque y los ecosistemas que hay en sus concesiones forestales.

Escobar sostiene que el monitoreo de los jaguares permite también trabajar en medios de vida para las comunidades que coexisten con la especie.

“El jaguar aporta no solo a la conservación, sino también a que la población pueda beneficiarse en turismo, ciencia ciudadana, incluso sistemas agroforestales, para restauración”, insiste.

Waight-Cho destaca que las comunidades incluso se apropian del monitoreo y de la presencia del jaguar para incentivar actividades ecoturísticas y que mitiguen los conflictos que pueden ocurrir al cohabitar territorios.

“Las comunidades no implementan el monitoreo en las áreas protegidas, pero sí tienen fincas agrícolas donde tienen cámaras instaladas y las utilizan como incentivo para el ecoturismo. Organizan recorridos por sus fincas y pueden demostrar la presencia de estas especies, incluso del jaguar”, explica la investigadora a Mongabay Latam.

Para la oficial de biodiversidad, el jaguar tiene un peso cultural dentro de las comunidades, ya que es considerado un símbolo. “Sienten un gran apego por el jaguar y el bosque. Saben la importancia de tener poblaciones y hábitats saludables para esas especies”, agrega.


El corredor trinacional del jaguar

Guatemala, México y Belice conforman la segunda selva tropical más extensa del continente y uno de los hábitats de mayor concentración de jaguares, una de las razones por las que los gobiernos de los tres países firmaron un acuerdo en agosto pasado para preservar 5.7 millones de hectáreas de este ecosistema a través de la creación de un nuevo Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya.

Esta declaración implica un compromiso trinacional para proteger a cerca de 7000 especies, 200 en categoría de riesgo, entre ellas el jaguar, por lo que las investigadoras señalan que es una oportunidad de mayor protección a la conectividad de los ecosistemas de la Selva Maya, pues la especie enfrenta amenazas similares en los tres países.

“Queremos que la Selva Maya se posicione a nivel internacional. Sabemos que en la Amazonía sí hay poblaciones de jaguar súper importantes, pero también en la Selva Maya y si no hacemos algo ahora, esas poblaciones pueden perderse o quedar aisladas”, sostiene Escobar, quien permanentemente trabaja con investigadores de México y Belice.

$!Jaguares captados en el Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, en Belice.
Jaguares captados en el Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, en Belice. ( )

Waight-Cho señala que este tipo de medidas demuestran que aún existe una conectividad entre los ecosistemas de los tres países.

“Dado que compartimos la misma población de jaguares, se puede mostrar claramente la conectividad entre los tres países y determinar la distribución de los jaguares y sus movimientos”, expone la especialista.

Identificar estos corredores, coinciden las especialistas de WWF Mesoamérica, permite impulsar estrategias para que no sean desplazados de su hábitat, como la que actualmente impulsa la organización desde México hasta Brasil.

“Queremos que esta estrategia se adopte en cada país y que podamos trabajar en conjunto. Nosotros podemos dar la información científica para decir: ‘Aquí hay jaguar, tenemos que restaurar’, formar un corredor para que ellos lo adopten”, expone Escobar.

La especialista subraya que las estrategia de conservación deben ir más allá del papel, pues la conservación de la Selva Maya no es únicamente para beneficio del jaguar, sino de quienes viven en ella y enfrentan ya los efectos de su degradación.

“Vemos que el cambio climático lo está sufriendo cada una de las poblaciones. Restaurando el hábitat y conservando podemos hacer algo por nuestros países y por la selva maya”, afirma.


Fotografiar a los delfines de río en la Amazonía

En la Amazonía ecuatoriana, investigadores y comunidades impulsan un proyecto pionero de investigación y conservación de los dos delfines de río que hay en la región: fotoidentificar al delfín rosado (Inia geoffrensis), en peligro crítico de extinción, y al delfín gris (Sotalia fluviatilis) especie en peligro de extinción.

Ambos ayudan a regular las poblaciones de peces y a mantener la calidad del agua. “Son como los jaguares del agua, equilibradores naturales de todo el sistema”, explica María José Torres, fotógrafa y oficial de comunicaciones de WWF Ecuador.

$!El característico color rosado del delfín de río resalta bajo la superficie durante un registro de monitoreo comunitario en la Amazonía ecuatoriana.
El característico color rosado del delfín de río resalta bajo la superficie durante un registro de monitoreo comunitario en la Amazonía ecuatoriana. ( )

Ante la dificultad de otros métodos de rastreo, como el uso de tags (dispositivos perforados en la aleta dorsal) el proyecto se inclinó por esta alternativa innovadora y no invasiva que utiliza cámaras de alta resolución para registrar aletas dorsales desde embarcaciones o la orilla del río. Las marcas únicas de estas aletas, como cortes, cicatrices y pigmentaciones, ayudan a construir un catálogo poblacional que permite estimar abundancia, distribución y hasta desplazamientos.

“Por eso es que fue tan relevante y es todo un hito para el país este proceso porque no existía ninguna información de base científica sistematizada y pública de las poblaciones de delfines de río en Ecuador”, sostiene Torres al explicar que este proyecto derivó en la creación de la primera línea base nacional sobre estas especies, alojada hoy en el Instituto Nacional de Biodiversidad de Ecuador (INABIO).

$!La fotoidentificación ha permitido avanzar en la conservación de las dos especies de delfín de río en Ecuador.
La fotoidentificación ha permitido avanzar en la conservación de las dos especies de delfín de río en Ecuador. ( )


Investigación colaborativa por los delfines de río

El trabajo de WWF Ecuador se articuló con la red Sardi (South American River Dolphins Initiative), que agrupa a científicos de Brasil, Venezuela, Bolivia, Colombia, Perú y Ecuador. En esta red de cooperación se trabaja con gobiernos y también con comunidades que conviven diariamente con los delfines de río mediante educación ambiental y desarrollo de habilidades.

El proyecto de fotoidentificación involucró a comunidades indígenas y ribereñas de Zancudo Cocha, Sharamentsa y Martinica, ubicadas en áreas protegidas como la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno (RPFC) y el Parque Nacional Yasuní.

Nadie conoce mejor los ríos y a los delfines que quienes han convivido con ellos toda su vida. Este diálogo entre saberes científicos y tradicionales ha enriquecido enormemente el proyecto”, dice Torres a Mongabay Latam.

$!Capacitación para la fotoidentificación de los delfines de río en comunidades de Ecuador.
Capacitación para la fotoidentificación de los delfines de río en comunidades de Ecuador. ( )

También sostiene que personas de las comunidades fueron transformando su percepción de los delfines de río tras el proceso de fotoidentificación y conociendo su importancia biológica, generando un sentido de apropiación, ante las amenazas que enfrenta la especie como contaminación de los ríos por metales pesados y agroquímicos, derivada de la minería, el petróleo y la agroindustria, así como la cacería ilegal.

Torres destaca que como fruto de esta colaboración Ecuador cuenta actualmente con el primer Plan de Acción para la conservación de delfines de río, un instrumento de política pública que destina presupuesto y establece acciones de investigación, educación, control y conservación.

“Esto constituyó un hito porque la ciencia no se quedó en el hecho de hacer conocimiento y ya, sino que se transformó en instrumentos de gestión pública basados en esta data y que comprometen también a las autoridades”, sostiene.

Sin embargo, advierte que uno de los grandes retos es ampliar la educación ambiental, pues sostiene que todavía hay poco conocimiento sobre la misma existencia e importancia de los delfines de río.

$!Los delfines de río ayudan a regular las poblaciones de peces y a mantener la calidad del agua.
Los delfines de río ayudan a regular las poblaciones de peces y a mantener la calidad del agua. ( )