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Disidencia

El Gobierno de Cuba reprime marcha pacífica convocada para este lunes

Activistas habían convocado a manifestarse este lunes en contra del régimen que impide las manifestaciones ante las carencias que imperan en el País, entre ellas, las de la libertad de expresión

Miles de cubanos se alistaban este lunes para realizar manifestaciones pacíficas en contra del régimen de Cuba que hasta ahora, ha empeorado las condiciones de vida para muchos en la isla.

La protesta, fue secundada en diferentes países alrededor del mundo, pero no en la isla, donde las fuerzas militares y de seguridad hicieron todo lo que tuvieron a su alcance para impedir que se celebrara.

El 15N era el evento de la Jornada Cívica por el Cambio que algunos activistas habían convocado y que finalmente no se llevó a cabo.

Los organizadores habían pedido el permiso al Gobierno para manifestarse en diferentes partes del País, pero les fue negado.

Organizados a través del colectivo Archipiélago, la demanda parece ser simple: democratización del País, libertad a los presos políticos y libertad en el País.

El sitio de noticias LatinUs señala que el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, acusa a los activistas de estar coludidos con Estados Unidos, aunque los luchadores lo han negado una y otra vez.

En respuesta a la organización, el Gobierno desplegó a las fuerzas públicas por todo el País para evitar que se organizaran y salieran a protestar.

El sitio de noticias cubano 14 y medio, reportó que desde el amanecer de este lunes, agentes de la Seguridad del Estado vestidos de civil se desplegaron en plazas, parques y tomaron las azoteas próximas al Capitolio de La Habana, como parte del operativo para impedir la Marcha Cívica convocada para las tres de la tarde de este 15 de noviembre y que finalmente no pudo realizarse debido a la represión.

“Esto está caliente”, compartió Yuniel, un joven que dio testimonio a 14ymedio en las cercanías del Parque Central. Este habanero de 28 años fue de los pocos que se atrevió a salir de su casa, en una jornada en que muchos padres impidieron que sus hijos jóvenes y adolescentes pusieran un pie fuera de sus viviendas por temor a que fueran arrestados.

Agentes vestidos de civil que simulaban estar en la cola de un comercio, calles con pocos transeúntes y grupos de vigilantes en las esquinas marcaron este lunes en que la represión logró ahogar la convocatoria pero también dejó un hondo malestar entre los ciudadanos, hartos del aumento de controles que se han vivido en la Isla tras las protestas del 11 de julio.

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