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Mensaje navideño

Abrir el corazón al prójimo y prodigar la paz, llama Obispo de Mazatlán esta Navidad

Lo más valioso de nuestra existencia cristiana, de nuestra fe, es vivir la voluntad de Dios y entregar nuestra vida haciendo bien al prójimo en acciones concretas de compromiso, dice Monseñor Mario Espinosa Contreras

Abrir el corazón al prójimo y prodigar la paz entre la sociedad, es el llamado que hizo el Obispo Mario Espinosa Contreras, a los fieles católicos y sociedad en general en su mensaje de Navidad.

Ejemplificó tomar el ejemplo de María, Madre de Dios, quien se dedicó a cuidar de Jesús para bien de la sociedad, pues lo más importante es cumplir con la voluntad de Dios.

“Lo más valioso de nuestra existencia cristiana, de nuestra fe, es vivir la voluntad de Dios y entregar nuestra vida haciendo bien al prójimo en acciones concretas de compromiso, de ayuda, de caridad, de auxilio, de protección, eso es lo más valioso a los ojos de Nuestro Dios, sería muy lastimero que alguien se refugiara en devociones y cerrara su corazón al prójimo”, pronunció.

“La paz es igualmente un fruto de respeto a la dignidad humana y nos pide crecer en la positiva valoración de todo ser humano, siendo conscientes que todo hombre y mujer son sagrados. La paz está constantemente amenazada por el pecado personal y social, y no es una realidad constituida, es una tarea constante”, manifestó el Obispo.

Dijo que con la inspiración de María, José y los Santos se puede pregonar al ser una bendición para la familia y ser personas de bien, con valores hacia los hijos o actuando con respeto y honestidad hacia los padres.

Comentó que a falta de paz, el pecado entre las personas y uno mismo se incrementa.

“La paz de Cristo requiere nuestra colaboración, es también una tarea y un empeño humano. Su raíz está en nuestro corazón y requiere rechazar el pecado (...) necesitamos dar la espalda a la maldad y dar la cara a Dios”.

Pidió una vez más por el fin de la pandemia y la salud de los enfermos de Covid-19, así como del personal médico. Y deseó Feliz Navidad a todos, dijo.

“Que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Dios Uno y Trino nos concedan a todos su favorable bendición y el don de la paz, y que todos nosotros hagamos fecundos los dones que nos ha regalado el Señor para hacer de nuestro mundo la familia de los hijos de Dios. Les deseo de todo corazón a ustedes, una Feliz Navidad y un fecundo Año Nuevo”, finalizó.

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