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"MAZATLÁN"

"‘El Espinazo del Diablo’, una carretera sinigual"

"Para los amantes de las motos, está carretera ofrece imágenes naturales que deben guardarse en la memoria"
17/04/2017 22:07

La Semana Santa para muchos puede representar una semana llena de tranquilidad, momentos de reflexión y paz; pero no para los motociclistas…. Porque para nosotros, significa comenzar los preparativos para la Legendaria Semana de la Moto en Mazatlán, que desde 1996 se lleva acabo cada año.

Y aunque allá la fiesta siempre es increíble, para algunos de nosotros lo que más nos emociona es la carretera, la convivencia que tienes con tus hermanos en el camino.

Hay muchas formas para llegar al bello puerto, que van desde esas en las que empacas tu maleta, subes tu moto al remolque y viajas en avión hasta allá. Pero a los que nos gusta un poco más la aventura siempre buscaremos la ruta más larga, la ruta con más curvas, la que nos permita sentir por más tiempo ese aire que se siente tan diferente cuando estas rodando con tu moto en carretera.

Y si de carreteras espectaculares se trata, la del Espinazo del Diablo es la opción. No importa de dónde llegues, para tomar esa carretera tienes que hacer parada en Durango. 

“El Espinazo del Diablo” se localiza a la altura del kilómetro 168 de la carretera 40, que une a la ciudad de Durango con el puerto de Mazatlán, y cubre un tramo de carretera de aproximadamente 10 km, donde se pueden contemplar el maravilloso espectáculo que ofrece la Sierra Madre Occidental.

El camino transcurre entre montañas y profundas barrancas cortadas de tajo. Por ello es admirable el trabajo que representó la construcción de esta carretera que, en algunos tramos, de un lado hay taludes y del otro grandes precipicios. Asimismo, a lo largo del trayecto se pasa por una serie de pueblitos que tiene unas 10 ó 12 casas como máximo; en otros lugares sólo se ven algunas cabañas perdidas en el monte.

El mirador de Buenos Aires se encuentra a unos cinco o seis kilómetros del lado oeste, antes de llegar a “El Espinazo del Diablo”. Desde ahí se tiene una extraordinaria vista panorámica dado que es el punto más alto del recorrido.

Si se observan las montañas desde este lugar, se advierten diferentes figuras según la combinación de luz y sombra de ese momento y, naturalmente, de la imaginación de cada quien; pueden distinguirse las siluetas de tres frailes reunidos, formadas por tres montañas muy pequeñas ubicadas a lo lejos. 

Hay personas que afirman haber visto la silueta del diablo. 

De cualquier manera, lo interesante es detenerse en ese lugar y ver qué figuras descubres.

El mirador del Espinazo del Diablo tiene una vista única por su altura (una placa en el lugar indica una altitud de 2 mil 400 msnm) hacia ambos lados, ya que se encuentra entre dos profundas barrancas, por ello vale la pena bajarse de la moto y contemplar la inmensa extensión y la incomparable belleza de la Sierra Madre Occidental.

Pero el recorrido no termina ahí; hay que continuar hacia Mazatlán y en el camino se encontrarán pequeños ensanchamientos, por llamarlos así, en los que se disfruta de una vista sorprendente por su diversidad. 

Por esta zona llama la atención que el paisaje cambie por completo de un punto a otro, aunque sólo se avancen unos cuantos metros. En cualquier lugar que uno se detenga, se tiene la impresión de estar contemplando una pintura perfecta.

Es necesario llevar el tanque lleno, pues no hay gasolinerías, sin embargo, en el pueblo del Palmito se vende el combustible, aunque a un precio elevado. Se debe conducir con precaución, por la presencia de animales (caballos, vacas, burros) que transitan por el camino.

Es recomendable llegar temprano a “El Espinazo del Diablo” para apreciarlo con suficiente luz, porque aunque parezca increíble, la neblina comienza a cubrir todo con gran rapidez. 

En general la topografía es rocosa y el clima fresco. Predomina la vegetación de pinos y arbustos pequeños. Es imposible acampar por ahí, ya que no existe ningún lugar apropiado para ello. Lo único que hay es la carretera sumamente angosta, pero se puede pasar la noche en alguno de los cinco o seis moteles que se encuentran en el camino. 

Con respecto a la comida, hay varios restaurantes de pueblo en la carretera, al igual que tiendas, así que no lo dudes y come por ahí, ayudarás mucho a la gente de allá.

Es éste uno de los paseos más hermosos que puedan efectuarse por el estado de Durango y si al igual que a mí, te gusta conocer nuevos lugares también tienes que visitar otros sitios con gran belleza antes de llegar a El Salto.

Por ejemplo, aproximadamente a 36 kilómetros se halla “El Monasterio”, desde donde se goza con la contemplación de una gran cañada, que ha sido numerosas veces utilizada como escenario cinematográfico. 

Cinco kilómetros adelante, en una espléndido paraje del bosque conocido como “El Soldado”, hay un grupo de cabañas para hospedaje turístico. Hacia el kilómetro 80 hay también una zona residencial que posee cabañas, un hotel y un buen campo de golf llamado, con junto merecimiento, “Paraíso de la Sierra”.

Poco más adelante, siguiendo por una corta brecha, se encuentran las Cabañas 1010, asentadas en una parte elevada y sumamente boscosa, en cuyos riachuelos se practica la pesca deportiva de espléndidos y abundantemente ejemplares de trucha. Hasta llegar finalmente a El Salto. 

Yo siempre acostumbro salir temprano y llegar a más tardar las 12 del día para tener una luz estupenda, pero a las dos de la tarde la neblina ya alcanzaba la parte alta de las montañas y va descendiendo a gran velocidad. 

Vale la pena presenciar este cambio tan drástico en el paisaje, que sucede sólo en cuestión de minutos.

Si decides recorrer esta vía, por favor no lo tomes a juego, sé precavido y maneja con extremo, las historias sobre los accidentes que ahí ocurren son muchas, y lo mejor de la carretera no es la velocidad, sino el panorama, el cual se disfruta si evitas correr, en especial al pasar por “El Espinazo del Diablo”.