"El puente que no va a ninguna parte de Paseo Claussen, en Mazatlán"
MAZATLÁN._ Si usted camina por Paseo Classen y observa hacia el Cerro de la Nevería, se encontrará con un puente en medio de dos viviendas; un puente que no va a ninguna parte y que está ahí sin explicación alguna.
La historia de este puente data desde 1895, pero fue hasta 1935 que tuvo una función, ser el único camino para cruzar a un mirador que estaba del otro lado del cerro, que tenía una vista hacia Olas Altas, así lo contaron los Amigos de Mazatlán.
La construcción de éste inició como un anhelo ciudadano, las personas que antes vivían por ahí deseaban poder pasar, sin tener que ensuciarse entre la tierra del cerro, o sin tener miedo de caer al vacío.
“Ese puente era una pequeña parte de una camino carretero que circundaba el cerro, significaba la cristalización de un viejo anhelo de los mazatlecos, de varias generaciones, sabemos que desde 1895 se habían presentado proyectos para sustituir la vieja vereda”, declaró César Octavio Berúmen.
Al puente lo llamaron “El paseo del General Juan Domínguez”, sin embargo, no existe explicación alguna en el Archivo Municipal sobre él, convirtiéndolo en un misterio de la historia del viejo Mazatlán.
“La idea de esta construcción fue embellecer el cerro simplemente, su construcción fue al estilo de las viejas vías del tren, sin embargo, funcionaba como peatonal, convirtiéndolo en un lugar majestuoso que tenía como vista, a los pies de todos, el mar”, comentó.
Este puente conectaba con un túnel, al que ahora conocemos como “Cueva del Diablo” y a otros túneles más que, supuestamente se encontraban al interior del cerro, sin embargo, con los años, dejaron de utilizarse como tales, hasta convertirse en propiedad privada.
Actualmente, el puente se puede observar, sin embargo, queda a la mitad de dos propiedades privadas, aunque los más intrépidos suelen buscar la manera de subir a él y tomarse una fotografía con los pies en el aire.