|
Devoción

Entre música, fe y fuegos artificiales celebran a la Virgen en la Ermita de Guadalupe, en Mazatlán

Vecinos de la calle Morelos, en el Centro de Mazatlán, así como visitantes, se integraron a esta tradición
12/12/2025 08:58

En medio de un ambiente festivo lleno de luces, música en vivo, fuegos pirotécnicos y oraciones, decenas de vecinos y visitantes se reunieron en el Centro de Mazatlán, para celebrar las tradicionales Mañanitas a “La Morenita” en la Ermita de Guadalupe.

Ubicada en la calle Morelos, este santuario volvió a llenarse de vida la noche de este miércoles durante esta tradicional celebración dedicada a la Virgen de Guadalupe, en la víspera de su conmemoración, donde en un ambiente cálido, la comunidad renovó una de sus más antiguas tradiciones, la cual, año tras año, fortalece la identidad del barrio.

Pese a que los festejos iniciaron desde cerca de las 21:00 horas, fue en punto de las 23:00 horas cuando se puso en marcha de manera oficial la conmemoración con una misa que se celebró frente a la Ermita de Guadalupe, acompañada por un silencio respetuoso de quienes aguardaban para rendir el homenaje.

Las luces de colores colocadas alrededor de la figura de la Virgen ofrecían un resplandor que envolvía la ceremonia en un aire festivo pero respetuoso.

Al momento en que concluyó la celebración religiosa, la música en vivo tomó el protagonismo y comenzaron a sonar Las Mañanitas con fuerza, sincronizadas con el espíritu devoto de la noche.

Fue en ese momento cuando el cielo se llenó de destellos cuando los fuegos artificiales iluminaron la calle y marcaron el comienzo del júbilo, donde entre aplausos y expresiones de admiración, los presentes disfrutaron del espectáculo pirotécnico.

Asimismo, la emoción se desató cuando tres “toritos” pirotécnicos comenzaron a recorrer la Morelos, despertando el entusiasmo característico de la festividad, donde niños correteaban atentos, jóvenes buscaban el mejor ángulo para tomar fotos y videos y los adultos disfrutaban con serenidad del espectáculo.

De esta forma, la calle Morelos se convirtió en un punto de encuentro, donde familias completas se distribuyeron entre charlas, tazas de bebidas calientes y miradas al cielo, animadas por la música y la convivencia.

El ambiente festivo se mantuvo constante, recordando que esta velada no simplemente se trata de honrar a la Virgen, sino que además es una tradición que ha sido resguardada por generaciones.

Así, entre rezos, cantos y el inconfundible estruendo de los fuegos artificiales, la comunidad celebró una noche que reafirma su devoción por la Guadalupana, y que cada diciembre reúne a quienes encuentran en esta pequeña ermita un símbolo de fé, unión y memoria compartida.