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Historia

Ernesto ‘El Pollo’ González: Un hombre de mucho mar y de muchas experiencias

Con espíritu desafiante y aventurero, desde muy temprana edad Ernesto sintió una fuerte atracción por zafrar, algo que años después le ayudaría en su propio negocio de venta de pescados en el embarcadero de la Isla de la Piedra

MAZATLÁN._ Desde muy temprana edad, en la vida de Ernesto González, o mejor conocido como ‘El Pollo’ o el ‘Chicken Little’, las experiencias y el conocimiento lo han encaminado a un solo lugar: el mar.

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Su nombre completo es Ernesto González Cambreros, aunque a lo largo de los años en su vida, en el oficio y en el mar, lo conocen como ‘El Pollo’ o ‘El Chicken Little’, pues explica, en entrevista con Noroeste, que le apodan así porque en el pasado y en su juventud era ‘muy vago’.

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Ernesto ‘El Pollo’, de 52 años, a través de sus palabras, narra una serie de vivencias que cargan consigo conocimientos, y a pesar de no haber terminado sus estudios de universidad por falta de dinero, él mismo ha sabido abrirse paso ante la desafiante vida, pues ahora, es dueño de su propio negocio de pescados, mismo que le ha otorgado no solo sustento económico, sino una serie de experiencias.

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“(...) Bien estudioso. Yo estudié Cobaes, estudié universidad. De hecho por falta de economía dejé de salir adelante. Trabajé 11 años en la gasolinera, pero pues ya ve que uno... Me casé, me fui de aquí, cuando volví de allá de Santa Rosalía, me vine otra vez pa’cá (Mazatlán) y pues de aquí pues, veía la economía muy baja, y fue cuando le pedí permiso a un tío, hermano de mi mamá, que si me llevaba a viaje”, compartió Ernesto para Noroeste.

Comenta que su padre no estaba de acuerdo con que él fuera a una embarcación ribereña, especialmente porque era muy peligroso, pero “El Pollo”, a escondidas, se embarcó por 23 días, algo que le sirvió para darse cuenta de la ‘soledad’ que podías vivir en el mar y el arduo trabajo.

“El Pollo” agradece a sus padres, ya que ellos lo nutrieron de conocimiento para poder desempeñarse en cualquier oficio, pero por alguna u otra razón, volvió a las embarcaciones, donde consiguió diferentes puestos, pero al no poder ser patrón por un requerimiento faltante, llega al Embarcadero de la Isla de la Piedra.

Comentó que gracias a que un locatario le otorgó un espacio en el Embarcadero, es cuando él comienza poco a poco a construir su propio negocio de venta de pescados.

“Entonces aquí ya abajo comencé a ‘filetear’, pero como volví otra vez a la embarcación, pues en la embarcación sí ganaba, pues me volví a ir, y ya cuando vine aquí ya había venido otra persona que se había apoderado del pedazo este. Entonces pues ya me aventé varios años trabajando en la pesca, de cocinero, de chef”, dijo “El Pollo”.

No fue hasta que un amigo le comentó que ya tenía mucho tiempo navegando en el mar, haciéndole ver lo poco viable del oficio, pues muchas veces tenía que pedir prestado: fue entonces que decidió quedarse en tierra y seguir en su negocio de venta de pescados.

Ahora con 20 años en el negocio, tras diversas dificultades, con 10 hijos propios y dos de su esposa, Ernesto ‘El Pollo’ González ha sabido mantenerse en el oficio, pues además, su acercamiento con políticos y autoridades le ha permitido ser la voz de la comunidad de locatarios en el Embarcadero de la Isla de la Piedra.

“Lo que más se me vende a mí es el pargo, robalo, el dorado, la curvina blanca, el sábalo, la chabelita, la sierra. Lo poco que se me vende a mí, pero sí lo vendo, es el cazón, el surf fish, el cochito”, detalló ‘El Pollo’ González.

Las experiencias y vivencias de ‘El Pollo’ González aquí no acaban, pues planea seguir trabajando, frente a las aguas del mar, hasta que la vida y ‘Dios’ le permita.

El Pollo, El Chicken Little o Ernesto, a partir de las 5:00 de la mañana de lunes a domingo, hasta las 14:00 horas, junto a otros locatarios del Embarcadero, esperan llegar a los clientes, para ofrecerles el mejor servicio, calidad y buen precio.

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