La escuela primaria Felipe Ángeles y su dirección, un ejemplo de compromiso y vocación educativa
MAZATLÁN._ El claro ejemplo de compromiso y vocación educativa, se refleja en la escuela primaria Felipe Ángeles, en Mazatlán.
Quizás fue el único plantel educativo en el puerto que no decayó durante el tiempo que estuvo cerrado debido a la pandemia.
Fue de las pocas instalaciones que desde el mes de junio se abrió como centro comunitario de aprendizaje para que los infantes de sexto año pudieran reunir los conocimientos necesarios para pasar a secundaria, y que ahora con el regreso a clases, también se pudiera recibir de manera escalonada a seis grupos diferentes.
Todo funcionó gracias al director de la primaria, el profesor Esteban Guerra Jiménez, quien no se separó de la escuela en ningún momento.
“El día 17 de marzo del 2020 se suspendieron ya las clases, y nunca dejé de venir porque me estaban construyendo la techumbre y un aula, y tenía que estar aquí con los trabajadores... yo no podía exigirle a los intendentes que vinieran porque la Secretaría dijo que era voluntario, pero alguien tenía que hacer esto, y les pedí que no me dejaran solo y ahora vienen un día a la semana”, dijo.
“Vives esta nueva realidad que estamos viviendo y es muy compleja, imagínate que me hubiera esperado a que me dijeran ‘ya es hora de volver a clases’ ¿qué le iba a brindar yo al padre de familia y a los niños? Uno tiene que tener iniciativa, creatividad y sobre todo decisión para tomar las cosas en función de que esto funcione”, manifestó.
Incluso, comentó que tuvo que pedir un préstamo para poder solventar los gastos de mantenimiento, pintura y kits de limpieza para adecuar las instalaciones de la escuela.
“No es tan fácil, pero uno no se puede sentar a llorar a ver qué es lo que pasa, porque sabemos que el mismo gobierno se contradice y dice que se eliminan las cuotas pero que hay que volver a las escuelas cuando no hay condiciones ni recursos destinados para ellas”, señaló.
Actualmente, la escuela tiene una matrícula de 320 niños inscritos, de los cuales 80 menores son quienes volvieron a clases y que por fortuna, ninguno ha registrado casos de contagio a pesar de que abrieron sus puertas cuando inició la tercer ola de Covid-19.
La maestra de tercer año, Johana Borbolla, comentó que ha habido buena conducta de los menores, que atienden los protocolos y que incluso les gusta asistir a clases.
“A todos les he preguntado si les gustaría seguir viniendo o quedarse en su casa y los alumnos me han dicho: ‘no maestra, sí queremos venir’, incluso hubo un niño que el primer día lloró pero su mamá dijo que era por tanto tiempo que estuvo encerrado, ahora ya no llora y dice que quiere seguir viniendo”.
Incluso, había niños de escasos ocho años que pronunciaron sentirse contentos de volver a ver a sus compañeros. De los 25 infantes inscritos en el aula, sólo una niña se le dificulta leer al igual que a sus compañeros.
Sin embargo, el director considera que el retorno a clases aún no es seguro para los demás infantes, debido a que la necesidad de las escuelas aún es “gigantesca”.
“Nadie conoce más la realidad que nosotros, y no lo recomendaría mientras las condiciones no son dadas”, argumentó Esteban Guerra.
“Nosotros nos seguimos haciendo la pregunta todavía de cómo es posible que el Gobierno de la República, insiste constantemente en que se regrese a clases cuando las condiciones de las escuelas no están dadas, el asunto es que a nosotros no nos ha llegado un solo centavo partido por la mitad del presupuesto federal”, reprochó.
Sólo el 10 por ciento vivió la deserción escolar de esta primaria.