"La mano de obra tras el camarón: la más vulnerable"

"‘Puras ilusiones’ se han vuelto los programas de apoyo para la fuerza laboral de la pesca, lamentan mujeres que trabajan en plantas congeladoras, quienes con el paso de los años ven en declive su actividad"
08/06/2019 21:30

MAZATLÁN._ Ni los programas federales de la Cuarta Transformación ni el Empleo Temporal del Gobierno del Estado han aterrizado aún a las trabajadoras de la maquila del camarón ni a los pescadores, a casi tres meses de la veda del crustáceo, que tiene sin trabajo a miles de personas que dependen de la actividad pesquera en el puerto.

Las mujeres del sector se sienten engañadas, ya que a pesar de tanto anunciar los programas con bombo y platillo de parte de uno y otro político sea de gobierno federal, estatal o municipal, hasta el momento los trabajadores siguen con las manos vacías.

Encargadas del área de maquila de plantas congeladoras externaron de esta forma su hartazgo. Su sentir es que “juegan” con su necesidad.

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Además de los programas de asistencia social que cada año se instrumentan en tiempo de veda para mitigar el desempleo en la pesca, en esta ocasión se esperaba complementar la ayuda con los programas federales diseñados para beneficiar a las familias, como el de Jóvenes Construyendo el Futuro, Becas Benito Juárez para estudiantes de preparatoria o el de Tandas para el Bienestar. Pero la ayuda no ha llegado.

Un ejemplo es el de las Tandas, ya que en las temporadas bajas muchas mujeres se autoemplean en negocios de comida, venta de ropa, cosméticos y artesanías con piel de pescado.

“La mayoría del sector pesca, en cuanto a mujeres, se anotaron porque la mayoría son madres solteras, todas a la que usted le ponga el dedo tiene un negocio que hacer, pero en este caso nos ilusionaron porque así es la palabra, hasta la fecha; cuando nomás vienen, inauguran y dicen; y ya la siguiente semana vas y no, ya no hay registros, ya está parado este programa hasta nuevo aviso...”, acusó María Candelaria Castorena, de la Congeladora Unión.

Las Tandas para el Bienestar consisten en microcréditos para pequeñas empresas, que inician con un préstamos de 6 mil pesos, pagando 500 pesos mensuales sin intereses, para una vez cubierto ese monto, recibir un nuevo crédito de 10 mil, 15 mil o hasta 20 mil pesos.

Les preocupa que no sólo no llega el apoyo sino que en las oficinas de la Secretaría del Bienestar no les dan una respuesta, sólo que ya está cerrado el programa, sin dar una fecha de cuándo comenzarán de nuevo los registros.

“Todo es pura incertidumbre, de todos los programas que nos han dicho ninguno se ha aterrizado”, resaltó María.

Una situación similar se ve con los programas de Bienpesca (antes Propesca), que consiste en un pago de 8 mil pesos por pescador a cambio de recibir una capacitación de la Conapesca; como la entrega de despensas del sistema DIF estatal, para el cual se hizo el estudio socioeconómico a más de mil personas, que se quedaron con vale en mano.

Lo mismo ha pasado con el Empleo Temporal de la Secretaría de Pesca, para el cual se anunciaron 30 millones de pesos para 20 mil beneficiarios, pero ahora les han dicho que hay que esperar la autorización del gobernador Quirino Ordaz Coppel.

Una crisis de fondo

Sonia Martínez Moreno coordina la maquila del camarón en otra planta congeladora. Para ella, la crisis es de fondo, pues mientras la pesca siga hundida por los altos costos del diesel, tampoco habrá beneficios para quienes laboran en el procesamiento de la producción.

Asegura que la pesca es el sector más abandonado a pesar de que los funcionarios por todos lados presumen el camarón como el producto más típico de Mazatlán y de Sinaloa, mientras la fuerza laboral vive en condiciones precarias y cada vez con periodos más largos de veda. Así que los apoyos resultan insuficientes, sin contar que no llegan con oportunidad.

“Todo el tiempo nos han hecho ilusiones de que va a haber este programa, y ahí estamos registrándonos, trayendo la documentación que nos piden y nunca aterriza; el sector pesca es el más vulnerable, todo el tiempo nos han dejado abajo, lo que es el empleo temporal es hora que no inicia, ahorita las mujeres ya están desesperadas porque no tienen otra forma de trabajo”, increpó.

Para el acopio de documentación y registro de los programas, los trabajadores del sector pesquero se apoyan en la oficina de Refugio Pesquero y Administración del Parque Bonfil AC (Repebac), la cual abrió sus puertas en 2011 con el objetivo de encabezar las gestiones de ordenamiento en este parque industrial, que alberga a una de las principales actividades económicas del puerto.

En este lugar operan 11 plantas congeladoras que dan empleo a cerca de mil mujeres durante la temporada camaronera; concentra a cerca de 500 embarcaciones y 3 mil 500 pescadores. Es considerada la flota pesquera más grande del país. Sin embargo, enfrenta fuertes rezagos por la falta de atención de las autoridades, acusa el director de Repebac, Francisco Castillo López.

“El área del Parque Bonfil está descuidado en todos los servicios; mientras el alcalde (Luis Guillermo Benítez Torres) no nos ha dado una audiencia en estos meses de gobierno, API se ha declarado incompetente a tal grado de abandonar los muelles, dejarlos en la inmundicia, en la inseguridad, en un estado que no entendemos qué es lo que pasa.”

Veinte años ganando lo mismo

Las mujeres trabajadoras se refirieron a Remedios Peralta Téllez como la “matriarca del camarón”, porque es la persona de mayor experiencia. Con 53 años dedicados a la maquila de este tradicional producto, Remedios dice con tristeza que con el paso de los años ha visto cómo la pesca ha ido en declive y las temporadas son cada vez más breves.

“Los barcos amarran desde diciembre, prácticamente trabajamos sólo tres meses, por lo que la gente se está yendo a otras actividades”, lamentó.

Las maquiladoras ganan por destajo. Esto les ha afectado de tal forma que sus ingresos se han reducido, ya que desde hace 20 años les pagan la charola de camarón a 4 pesos. Ganan lo mismo, pero todos los precios suben.

Y aunque merezcan y necesiten un aumento, perciben que por la crisis no es factible que los patrones cumplan esta exigencia.

“Es muy triste, yo que he dejado la vida en esto y tengo una edad en que ya no encuentro trabajo en otro lado”, expresó la señora Peralta, quien se encarga de enseñar a sus compañeras de la congeladora Siglo 21.

A sus más de 70 años, teme que en el futuro la pesca se vaya a quedar sin mano de obra calificada, porque es un sector al que el gobierno no ha cuidado.

CIFRAS

3,500 pescadores

se estima que laboran en los barcos resguardados en el Parque Bonfil, de los cuales el 30% es el que requiere con más urgencia los apoyos.

Entre 800 y 1000

Mujeres laboran en la maquila del camarón en las 11 plantas congeladoras establecidas en el Parque Industrial Bonfil.

PROGRAMAS PENDIENTES

BIENPESCA (Antes Propesca): 389 solicitudes en Mazatlán

EMPLEO TEMPORAL (Gobierno del Estado): 1000 solicitudes de pescadores y 500 de obreras de congeladoras

DESPENSAS DIF ESTATAL: 1,037 estudios socioeconómicos realizados

Fuente: Repebac