Cuando el 5 de diciembre una célula del crimen organizado le cobró a la facción contraria el hecho de haberle robado un vehículo de lujo y blindado, asesinando en pleno centro de Culiacán al chofer del camión que transportaba la unidad, la responsabilidad de la seguridad en ese sector que es el primer cuadro de la ciudad estuvo a cargo de la Policía Municipal, la corporación cuyos elementos han recibido más ataques por sicarios del narcotráfico.
Ese hecho que es parte de la guerra que libran los grupos del Cártel de Sinaloa que en décadas trabajaron en avenencia, le da una idea a la Mesa de Seguridad estatal de qué institución no hace bien su trabajo y cuáles obtienen mejores resultados en los operativos que se realizan a diario para defender a la capital de la permanente movilización y acción en los segmentos del narco escindidos.
Resulta fácil deducir que la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito de Culiacán es el eslabón más vulnerable y agredido de las fuerzas coordinadas contra la violencia, y la evidencia más reciente es el atentado que el 10 de diciembre le quitó la vida a Nayely, la Comandanta de la Red Púrpura, sin embargo debe precisarse que aunque a una corporación se le asigne el mando de los operativos por sector en éstos participan elementos de las demás instituciones militares y policiales.
La estrategia de las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana nacional y estatal, al dividir en sectores y cuadrantes los cascos urbanos de Culiacán y Mazatlán, ha dado resultados no sólo para inhibir la actividad criminal sino para ubicar en colonias y centro algunas instalaciones que proveen de arsenales de guerra a las células del CDS enfrentadas.
A Culiacán, por ejemplo, se le dividió en siete sectores y 285 cuadrantes que durante las 24 horas realizan recorridos, retenes y obtienen información sensible para transmitirla a cuerpos de élite que investigan y persiguen delitos de alto impacto. Cada zona es asignada ya sea a cargo del Ejército, Marina, Guardia Nacional y policías Federal, Estatal Preventiva y Municipal aunque en las secciones participan efectivos de todas las instituciones.
Sólo por mencionar un caso de éxito de este sistema que a simple vista es percibido por la población debido a más presencia de seguridad pública en las ciudades, está el caso de los tres talleres de blindaje artesanal clandestinos intervenido por militares el martes en la colonia Hidalgo de Culiacán donde se dio el aseguramiento de 414 artefactos explosivos improvisados, 10 unidades automotrices de las cuales 9 son blindadas, 2 armas largas, 3 armas cortas, 24 cargadores, 657 cartuchos útiles, 2 aditamentos lanzagranadas y 2 chalecos tácticos.
La maniobra de seguridad pública con proximidad social, es decir aquella que analiza, mapea y direcciona la protección ciudadana hacia los sectores urbanos y rurales de mayor incidencia delictiva, demuestra efectividad al menos en lo que concierne a persuasión del crimen. La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno del Estado a cargo del General Óscar Rentería Schazarino ha logrado así reducir los desplazamientos de grandes grupos o convoyes de civiles armados y ahora los ataques con armas de fuego se perpetran desde motocicletas, como lo fue la agresión en pleno corazón citadino contra el chofer del tráiler que transportaba la camioneta Jeep de lujo y blindada.
Esta división de la seguridad pública, sectorial y por cuadrantes, deberá permanecer y ampliarse a las demás ciudades después de que Ejército y Marina retiren sus despliegues en Sinaloa. Se trata de un modelo que ha sido recomendado a los presidentes municipales y de igual forma ignorado desde la anterior narcoguerra interna en el CDS que en 2008 enfrentó a Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada contra los hermanos Beltrán Leyva.
También está probado que al corroborar la mayor presencia de instituciones de seguridad la gente se anima a retomar actividades y quehaceres que había suspendido por miedo a hallarse en medio del fuego cruzado entre delincuentes o de éstos y la fuerza pública. Los saldos blancos reportados en aglomeraciones humanas recientes por la celebración de la Virgen de Guadalupe y la Feria Ganadera, en Culiacán, o la fase del Tour de Francia y el Gran Maratón, en Mazatlán, son señales de un cambio positivo de percepción y actitud en la ciudadanía después de 15 meses de narcoguerra.
¿Mejoró la sensación de paz,
o sociedad más resiliente?
¿Retoma espacios la gente,
por fuerza pública eficaz?
De seguro el Gobernador Rubén Rocha Moya no permitirá que dejen sin aguinaldo a los más de 20 mil trabajadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa y en caso de que la Federación no resuelva la solicitud de 920 millones de pesos en recursos extraordinarios que gestiona el Rector Jesús Madueña para cubrir a tiempo esta prestación, la solución vendrá desde el despacho del Mandatario estatal, porque llevó las riendas de la UAS de 1993 a 1997 y bien sabe cómo se sentiría el personal uaseño si le fallan en esta época donde el bolsillo vacío hace que hasta las confortantes campanas de Belén suenen a pesadumbre.