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"Historia de Mazatlán"

"Los últimos hijos de la Quinta Echeguren, la finca redescubierta en Mazatlán"

"Pilar, Gabriel y Cecilia relatan su infancia en la propiedad que cuidaban para la familia Echeguren, donde nacieron"
17/01/2018 14:27

Ariel Noriega

MAZATLÁN._ Ellos no solo conocieron la Quinta Echeguren, nacieron en ella.

Pilar, Cecilia y Gabriel son hermanos, entre los tres reúnen 267 años de recuerdos y entre los más luminosos se encuentran los años que vivieron en una casa que parecía un palacio.

María del Pilar Leoz Martínez, la mayor, todavía recuerda la enorme quinta que cuidaban sus padres.

“Era muy grande (la Quinta), yo estaba muy chica y para jugar era una casa fabulosa. Era un lugar excesivo para mi, ahí crecí, había una pila (alberca) y la usábamos mucho”, recuerda Pilar, con sus 92 años.

Cecilia Leoz, de 91 años y una lucidez envidiable, asegura que Francisco Echeguren fue el que invitó a su padre, Salvador Leoz Gorraiz a dejar España y venir a trabajar a Mazatlán, a donde llegó en 1923, con 25 años de edad, y se instaló en la Quinta Echeguren.

La idea original era que Salvador se hiciera cargo del Rancho Las Cabras, pero terminó cuidando la finca hasta 1938.

Salvador se casó y vinieron cuatro hijos, tres de ellos lo sobreviven y cuentan la historia de una casa repleta de árboles, animales domésticos y una alberca.

La familia usaba sólo una parte de la casa y se encargaba de mantenerla limpia y en buen estado.

Cecilia recuerda más de 10 habitaciones, un gran salón con una mesa de billar y un comedor para 12 personas.

Era tan grande que parte de la casa permanecía cerrada, para evitar el trabajo de limpiar habitaciones y salones que no se utilizaban.

El menor de los hermanos, Gabriel, hoy tiene 84 años de edad, él es el que menos recuerdos tiene de la casa, ya que asegura que vivió en la quinta cuando era muy pequeño.

“Me acuerdo que la cocina era muy grande”, relata Gabriel, en una mesa acompañado de sus hermanas, en la que hay algunos objetos de La Quinta Echeguren.

Los hermanos explican que se vieron obligados a abandonar la quinta cuando fue rentada a Bernardo Corvera, el nuevo dueño de la fábrica de hilados de Villa Unión.

Dan con nuevo hallazgo de la Quinta Echeguren en Mazatlán

Poco después un ciclón azotaría Mazatlán, provocando daños en la casa y obligando a la familia Corvera a trasladarse a Guadalajara de manera temporal, y fue en su ausencia cuando la casa sufrió un incendio.

Los hermanos dejaron la finca para seguir sus vidas, pero todavía escuchan en su memoria los acordes de “Balalaika”, una canción que por 10 centavos la gente escuchaba en la Carpa Olivera y el viento llevaba hasta los jardines de la Quinta Echeguren.

 

Desde España

Invitado por Francisco Echeguren, el español Salvador Leoz Gorraiz dejó España para venir a trabajar a Mazatlán, a donde llegó en 1923, con 25 años de edad.

Se instaló en la Quinta Echeguren, bajo su cuidado, y en ella nacieron sus cuatro hijos: María del Pilar, Cecilia, Gabriel y César, este último ya fallecido.