Padecen en la Calle Río Yaqui de problemas urbanos en Mazatlán

Una vecina se entretiene bordando servilletas en la banqueta de su casa, parece ser inmune a los malos olores que salen del canal pluvial que, en estos momentos no arrastra agua de lluvia, sino desechos de drenaje.

Es el extremo de la calle Río Yaqui, en la Colonia Tierra y Libertad, la que ya no alcanzó pavimento, y sí los problemas de convivir con las aguas pestilentes que se rebosan un día sí y otro también del Cárcamo 3 Norte, ubicado frente al Hospital General de Zona 3 del Instituto Mexicano del Seguro Social.

“Llega un momento en que nos acostumbramos a los malos olores, ya nos parecen tan normales que no los sentimos”, expresó Ernesto Aranguré, uno de los vecinos de la calle Río Yaqui.

Y se ofrece a mostrar el canal pluvial: las aguas son grises, con un lodo negro que no es producto de la lluvia sino del drenaje, que se pasea entre la basura, los árboles y el manglar.

Al fondo, se aprecia un puente peatonal, que como casi todos los que cruzan sobre el Arroyo Jabalines está en muy mal estado

.El puente conecta a la colonia Tierra y Libertad con la Avenida Insurgentes y es sumamente transitado, les ahorra a los vecinos de a pie y en bicicleta un recorrido de al menos un kilómetro.

“El Presidente Municipal (Luis Guillermo Benítez Torres) vino ahora que era candidato a la reelección, el quedó de venir cuando ganara, para pavimentar la calle, luminarias porque hay muchos vagos, arreglar el puente y el cárcamo que desagua aquí”, dijo.

Aseguró que los vecinos ya se han enfermado de paludismo, de bronconeumonías, de dengue a causa de los malos olores, el agua estancada y los polvos contaminados que se desprenden del canal pluvial.

Incluso, dijo, ahora que hay Covid-19 les pega más duro a los que están absorbiendo los malos olores del canal.

“Estamos céntricos, pero en el olvido, gracias a Dios que no había marea alta cuando pegó el huracán Nora, si no, nos habría ido muy mal, el agua del canal no se hubiera detenido en las banquetas, hubiera entrado a las casas”, señaló.

Rosalinda Ferreiro es otra de las vecinas, y se dijo enojada por la falta de atención de las autoridades.

“Ya estamos de estos olores tan fuertes, ustedes pueden ver el agua, necesitamos ayuda del Gobierno, de Morena, del partido por el que nosotros votamos”, dijo Rosalinda Ferrreiro.

Unas casas más adelante, viven Juan Lizama y su papá, David. Por fortuna para ellos, el agua de las lluvias de Nora no alcanzó a llegar a su casa, que está por debajo del nivel de la calle, porque ellos habrían quedado atrapados.

“Ya me habían invitado los vecinos a que nos fuéramos a su casa, está más alta que la nuestra y es de dos pisos, pero no fue necesario, no nos llegó”, expresó Juan.

En medio de casas sólidas, la de los Lizama es de madera, la calle quedó por encima de su nivel. El problema es que David es un adulto mayor totalmente dependiente de su hijo para sobrevivir.

“Yo quisiera que el Gobierno Municipal me ayudara con uno de esos programas para construir un cuarto de material, ya lo he intentado, pero una vez me dijeron que había elecciones y que no se podía, y varias veces fui y no estaba el encargado, voy a volver a ir porque ya quiero algo más seguro para mi papá”, expresó Juan.

La calle Río Yaqui no se inundó durante el paso del huracán Nora, a pesar de estar a unos metros de un canal pluvial que desemboca en el Arroyo Jabalines, pero arrastra una problemática de carencia de infraestructura urbana de muchos años atrás.