Pide Obispo a la Virgen de la Inmaculada Concepción que no haya huracanes ni Covid ni violencia

MAZATLÁN._ La fiesta católica por el Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Mazatlán, Patrona de la Diócesis de Mazatlán, siguió este viernes 8 de diciembre, ya que desde la noche del jueves iniciaron los festejos.

El Obispo de la Diócesis de Mazatlán, Monseñor Mario Espinosa Contreras oficia la misa a las 18:00 horas de este viernes en Catedral por el Día de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Mazatlán, a quien le pidió para que interceda para que no peguen huracanes ni haya Covid ni violencia en este puerto.

Al terminar la misa, llegaron de nuevo las tradicionales Mañanitas a cargo de la Banda La Eficaz, que también entonó los corridos de Mazatlán y El Sinaloense, además de El Sauce y la Palma, Amor Eterno, entre otras, lo que fue del agrado del Obispo, los sacerdotes y el los fieles católicos.

Luego hubo la tradicional quema de castillo, que regresó de nuevo para el agrado de todos. La quema duró poco más de media hora y fue acompañada con pirotecnia. Al final se ofreció una cena en el atrio en la que estuvo presente el Obispo Mario Espinosa Contreras y su hermana Alma; además de Adán Pazos, Rector de Catedral y organizador de la fiesta a la patrona de Mazatlán.

También asistieron seminaristas y religiosas.

Adán Pazos agradeció a la familia que donó lo del espectáculo de la quema del castillo, luego de 11 años que no se realizaba.

Desde temprano la fiesta por la Patrona

Este viernes desde temprano la Diócesis de Mazatlán, en Catedral, siguió con la fiesta en honor a la Patrona del puerto, con las tradiciones Mañanitas con mariachi y una misa matutina.

Además hubo Sacramento de la Primera Comunión en la misa de las 12:00 horas y las Mañanitas por parte de un solista.

Durante el medio día, el párroco de Catedral Armando Durán Sánchez, quien fue responsable de oficiar la misa en la que un grupo de niños, niñas y jóvenes recibieron la Eucaristía, expresó la alegría por la festividad en la que la Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción fue celebrada.

“Hoy en este día que estamos alegres, estamos de fiesta, celebrando a nuestra Madre Santísima en la advocación de la Inmaculada Concepción, fiesta de nuestra parroquia, de nuestra Catedral, fiesta de nuestra Diócesis”, mencionó el párroco de Catedral.

El sacerdote aprovechó la ocasión para recomendar a los presentes pedir la intersección de la Virgen de la Inmaculada Concepción, en sus necesidades en cualquier aspecto de su vida, además de encomendar a Dios, a los niños, niñas y jóvenes que recibieron el cuerpo de Cristo por primera vez, así como a sus padrinos.

“Nos alegramos con esta festividad, pidiendo a nuestra Madre Santísima por cada una de nuestras necesidades, por sus familias, por sus trabajos, especialmente pedimos a Dios por esos adolescentes, estos niños, estos jóvenes que por primera vez van a comer el pan de los ángeles, el cuerpo y la sangre de Cristo”, manifestó Durán Sánchez.

“Vamos a pedir para que esa Sagrada Eucaristía sea para ellos ese reavivar su vida espiritual, para que sea alimento para llegar a la vida eterna, pedimos por sus padrinos para que sean un ejemplo en su vida espiritual y también sepan conducirlos hacia la vida eterna”, añadió.

Al finalizar la misa un solista entonó las Mañanitas a la Virgen de la Inmaculada Concepción, acompañado de los feligreses que estuvieron presentes en este recinto católico.

La última misa de esta celebración, fue oficiada a las 18:00 horas por Monseñor Obispo de Mazatlán, Mario Espinosa Contreras, siendo la principal del día, la cual contó con la presencia de los sacerdotes del Seminario y al terminar las mañanitas entonadas por Banda Eficaz.

La parte culminante del festejo se dió alrededor de las 19:00 horas, con la quema del castillo, un espectáculo de pirotecnia que representa una tradición que luego de 11 años de ausencia, es retomada en la conmemoración de la fiesta patronal de Catedral.

A esta serie de eventos acudieron cientos de locales y turistas que participaron de la celebración parte del dogma que el Papa Pío Nono en el año de 1850 promulgó, en el que se defiende la virginidad de la Santísima Virgen María antes, durante y después del parto.