Playas han reducido de 30 metros a cero de frente, admiten palaperos de Mazatlán
Playas han sido reducidas de 30 metros a cero de frente de arena, admiten palaperos de Mazatlán.
Ricardo Flores abrió en 1988 su Restaurante de mariscos “Los Gavilanes” y casi lo pierde todo por la marejada de Priscilla.
Esperanzado que pueda levantar nuevamente el vuelo “Los Gavilanes”, es una de las palapas dañadas por el oleaje que generó los remanentes del huracán Priscilla desde mar abierto impactando con sus intensas olas en más de una docena de negocios cimentados sobre la arena, unos si cuentan con permisos oficiales y otros no.
Sobre la propuesta de que a partir de los daños que presentan las playas por la reducción de arena para bañistas, se regule a las palapas revisando quienes están en regla y quienes no para quitarle ese peso a la zona costera, dijo estar de acuerdo.
El propietario expuso que no pierde la fe en poder levantar de nuevo el vuelo de los Gavilanes de entre las cenizas, pues su propiedad consta de 100 metros cuadrados, donde había piso de cemento, pilares de madera, el techo de palma tejida y el mobiliario que fue destruido en más de un 90 por ciento y que poco a poco.
Aseguró que cuenta con una concesión de Semarnat desde 1988 para operar en ese sitio de playa y que cuando llegó tenía 30 metros de arena de frente, pero a la fecha ya no tiene nada porque la naturaleza ha reducido las zona de amortiguamiento, no solo en su área, sino en otros tramos de la franja costera que colinda con la Avenida del mar.
Destacó que es su patrimonio familiar del que genera una docena de empleos y que a duras penas mantiene desde hace una año que iniciaron los hechos violentos en Sinaloa y que por ello cada vez llegaba menos turismo.
Dijo que este negocio a lo largo de 37 años es la única fuente de empleo familiar y para una decena de trabajadores.
“Desde 1988 estamos aquí trabajando es la única fuente de empleo que tenemos, de hermanas y sobrinas, cocineros, meseros, veladores y personal de limpieza, mas de 10 a 12 personas que emplea durante todo el año, que además la verdad veníamos arrastrando un año muy difícil con poco turismo”.
Y encima, lamentó les viene a pasar estos destrozos en su negocio, cuando tenía la esperanza de recuperación en las próximas vacaciones de diciembre.
“Pensando que pronto nos íbamos a recuperar con la llegada de turismo de diciembre, después de carnaval, semana santa y luego llegaron las vacaciones de verano y estuvo muy demasiado tranquilo y ahorita nos viene a pasar esto, nos vino a afectar moral y económicamente”.
Ricardo Flores narró que el martes que fue la primera oleada pensaron que ya había pasado todo porque se calmó al medio día, pero la mañana del miércoles fue la marejada más difícil y no resguardaron el mobiliario porque incluso esperaban a un grupo de 30 comensales, así que perdieron hasta eso.
“El miércoles nos enteramos que muy temprano hizo los destrozos más fuertes y pues no quisimos arriesgar la vida de nadie para querer rescatar cualquier silla o mesas”.
Por último, dijo que va a tratar de rehabilitar la palapa de mariscos poco a poco para poner de pie su negocio.