"¿Quiénes son los habitantes secretos del Faro de Mazatlán?"
Mientras las luces del Faro de Mazatlán se anajenan en su interminable viaje circular, entre las grutas y cavernas comienza la vida para unos misteriosos habitantes de El Crestón.
Con la luz de la luna, inician su periplo por los aires hacia las viejas casonas del Centro Histórico. Vuelan juntos como una mancha oscura que surca por los aires y pasa inadvertida para la mayoría de los mazatlecos.
No para Sergio Valle Espinosa, un ambientalista e investigador que desde los años setenta ha estudiado la flora y fauna oculta bajo el cerro con forma de prisma, donde conviven al menos cinco especies de murciélagos y una rica biodiversidad compuesta por aves, reptiles e insectos.
Uno de estos murciélagos es especial por ser una especie en riesgo según la lista de la Norma Oficial Mexicana 059, de la Semarnat.
Se trata del falso vampiro. Su nombre científico es vampyrus spectrum, que se ha adaptado a vivir en el cerro de El Crestón, al grado de ser una fauna característica de este lugar, relató Sergio Valle, quien actualmente funge como secretario de biodiversidad del Consejo Ecológico de Mazatlán (Cemaz).
El vampyrus spectrum cuenta con una envergadura de 80 centímetros y una longitud corporal de 150 milímetros. Pesa entre 145 y 190 gramos.
De orejas largas y redondeadas, su piel en la parte superior es de color marrón oscuro o castaño anaranjado. Sus patas son gruesas con garras largas y curveadas. Su hocico, largo y estrecho, con maciza dentadura.
Al caer la noche se convierte en un temible cazador.
“Se le puede encontrar en otras islas, pero es aquí donde se ha arraigado; se ha adaptado muy bien a este hábitat, donde se alimenta de roedores, anfibios, insectos... Aunque también pesca”, describió el también químico por el Instituto Politécnico Nacional.
En 2013, el Cemaz elaboró el estudio para conocer la riqueza natural y cultural del Faro de Mazatlán, en el cual fue documentada la presencia de este mamífero quiróptero. En 2014, desorientado por una fuente ventolera, uno de ellos fue a dar al Bosque de la Ciudad, donde murió. Pueden ser avistados en las casas antiguas del Centro Histórico y en otros lugares de Mazatlán. Los marinos que resguardan la casa del Faro lo observaban con frecuencia, al menos hasta hace unos años.
No se han realizado estudios para determinar si ha disminuido su población. Lo que sí es que la deforestación pone en riesgo su hábitat, ya que dos terceras partes de El Crestón se encuentran devastadas, además de sufrir la erosión de suelo y fragmentación de su estructura geológica.
Aunque son fieros cazadores, no todo es macabro en los murciélagos espectrales, advirtió Valle Espinosa.
Cumplen una importante función como controladores de plagas, y su ausencia podría generar un desequilibrio ecológico: “Es la trama de la vida. Todo está conectado: insectos con aves, aves con insectos, aves con mamíferos.. Todo está conectado a la red, si un organismo se destruye se desequiilbran los otros...”