|
Reconocimiento

Reconocen como miembros eméritos a Labastida, López Sáenz y Martuscelli

Jaime Labastida Ochoa, Antonio López Sáenz y Jaime Martuscelli, fueron nombrados miembros eméritos por el Colegio de Sinaloa

El Colegio de Sinaloa nombró como miembros eméritos a tres de sus integrantes fundadores, Jaime Labastida Ochoa, Antonio López Sáenz y Jaime Martuscelli, en un evento realizado la mañana de este viernes en la Casa Hass, en Mazatlán.

“Con esta abundante obra artística, filosófica, literaria y científica de las tres celebridades sinaloenses por qué no se les iba distinguir con uno de los mayores reconocimientos que les pueda otorgar su casa: el Colegio de Sinaloa”, expresó la Secretaria de Turismo de la entidad, Estrella Palacios Domínguez, al encabezar el evento en representación del Gobernador del estado, Rubén Rocha Moya.

“Su alta distinción de miembros eméritos es tan sólo un acto de justicia y el pago de una deuda a toda una vida dedicada con esfuerzo y pasión a la alta misión de contribuir a la educación cultural y científica de Sinaloa y de México”.

El presidente del Colegio de Sinaloa, el escritor Elmer Mendoza, precisó que por cuestiones de salud, momentos antes se le entregó de manera privada el respectivo pergamino y la medalla de plata que lo acredita como Miembro Emérito al pintor Antonio López Sáenz.

La Secretaria de Turismo en Sinaloa dijo que López Sáenz es un orgullo mazatleco, hijo de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, cuya obra artística ha sido reproducida en prestigiadas publicaciones y recorrido las salas y galerías nacionales y del extranjero plasmando con excelsa calidad artística entre muy diversas temáticas sus recuerdos de su muy querido y hermoso mar de Mazatlán.

“Las mayores evidencias de la grandeza de su obra la constituyen los numerosos reconocimientos que la sociedad y las instituciones le han otorgado, iniciando por aquel lejano 1982 cuando fue declarado Cronista Gráfico de Mazatlán y pasando por el de miembro fundador del Colegio de Sinaloa en 1992 y el Premio Sinaloa de las Artes en 2003 hasta llegar al 2014 con el Doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad Autónoma de Sinaloa”, continuó Palacios Domínguez.

Mientras que del prestigiado intelectual, filósofo y poeta mochiteco, Jaime Labastida Ochoa, recalcó que también fue fundador del Colegio de Sinaloa, integrante de diversas y prestigiadas academias de la Lengua Española como la de México y en algunas del extranjero.

“Una prolífica y fabulosa obra editorial, filosófica, literaria e histórica, galardonado además con diversos premios, entre ellos el de Poesía Jaime Sabines, el Internacional de Poesía Ciudad de la Paz, entre otros, a ellos se agregan los no menos significativos reconocimientos del Doctor Honoris Causa por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, la Autónoma de Sinaloa, la Autónoma Metropolitana y la Nacional de México”, continuó, entre otros.

En tanto que de Jaime Martuscelli Quintana dijo que también ha dado brillo y prestigio a Sinaloa y a México, su sólida formación científica y académica, su abundante obra en artículos y libros sobre biología molecular y políticas de investigación en salud le han hecho mereceros de numerosos reconocimientos donde destaca el haber sido miembro fundador del Colegio de Sinaloa.

“También Premio Sinaloa de Ciencias y Artes 1990, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas y Coordinador de la Investigación Científica y director del Centro para la Divulgación Tecnológica de la UNAM”, entre otras.

Correspondió a Jaime Labastida Ochoa agradecer a nombre de los homenajeados esta distinción por parte del Colegio de Sinaloa, quien ya ha cumplido 30 años de fructífera labor, el cual fue creado en el último año del sexenio del Gobernador Francisco Labastida Ochoa, su hermano, acaso como la culminación de una amplia labor de la política cultural que tuvo aquel gobierno, tarea que se expresó en un extenso apoyo a las labores de difusión de Difocur en la magna obra del festival Cultural de Sinaloa, que se convirtió en el segundo más importante del país, entre otras.

“El Colegio de Sinaloa fue fundado a semejanza del Colegio Nacional, que a su vez se inspiró en la institución francesa del mismo nombre, tiene por objeto reconocer a los creadores más importantes de nuestro estado en los campos más diversos de las ciencias y las artes, no se trata de un privilegio, constituye más o menos una obligación, la de dar a nuestro pueblo lo mejor de nosotros mismos”, continuó Labastida Ochoa.

“En sus inicios lo formaron 10 miembros, de ellos apenas sobrevivimos apenas los mismos que ahora, tras 30 años de trabajo y excedidos los 80 años de vida se nos otorga la categoría de miembros eméritos, Antonio López Sáenz, Jaime Martuscelli y quien hace uso de la palabra, insisto, el sentido del Colegio de Sinaloa no se agota en ese reconocimiento, se trata de una tarea de reciprocidad porque los miembros del Colegio de Sinaloa somos o hemos sido lo debemos en buena medida a nuestro estado”.

Periodismo ético, profesional y útil para ti.

Suscríbete y ayudanos a seguir
formando ciudadanos.


Suscríbete
Regístrate para leer nuestro artículo
Esto nos ayuda a identificarte mejor al poder ofrecerte información y servicios justo a tus necesidades al recibir ayuda de nuestros anunciantes.


¡Regístrate gratis!