8M: Un año de encierro y un año de lucha feminista

La última gran movilización antes del encierro por la pandemia fue la del 8 de marzo de 2020. Ha pasado un año, está en puerta el 8 de marzo; el Palacio Nacional está amurallado ¿Qué ha cambiado?

MÉXICO.- La marcha del 8M de 2020 fue quizá la última movilización multitudinaria en México antes de los cierres por la pandemia de Covid-19. Aquel día, en la Ciudad de México hubo una marcha enorme y multitudinaria, una mancha morada que se extendía por calles y calles de la ciudad. Pero no sólo fue la CDMX; las principales ciudades del país también tuvieron manifestaciones.

Las movilizaciones de aquel día fueron producto de activismo previo, que crecía y avanzaba sin parar durante los últimos años: tendederos en las escuelas, paros universitarios separatistas, el movimiento en redes #MeToo, las manifestaciones por la despenalización del aborto,las protestas ante los feminicidios. La exitosa marcha del 8M de 2020 fue el cénit de todo eso, pero fue también el preludio del confinamiento. Dos semanas después, todo cerró: escuelas, negocios, oficinas.

Y ahora, a menos de 48 horas del 8 de marzo, el ejecutivo federal ha blindado Palacio Nacional.

Mujeres: más pobreza y más violencia

Es de sobra conocido que debido a la pandemia el desempleo creció y la mayoría de los hogares mexicanos sufrieron económicamente. Pero en particular el rostro del desempleo es femenino.

El resumen ejecutivo de la ENOE, la encuesta de ocupación y empleo del INEGI de 2020 que revela una pérdida de al menos dos millones de puestos de trabajo de mujeres. En otras palabras, fue la mano de obra femenina la más golpeada durante este año de pandemia y pérdidas económicas.

La Red Nacional de Refugios informó que, de marzo a noviembre de 2020, atendió a 38 mil 081 personas. Esto significó que un 48% más de mujeres tuvieron que huir de su hogar y solicitar refugio.

La misma Red advirtió que, al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, fue cuando más llamadas de auxilio por violencia física recibieron. En septiembre registró un aumento en las violencias sexual y patrimonial. Y para noviembre, “cada hora una mujer se comunicó a la RNR para pedir apoyo ante una situación de violencias, el 33.73% sufrió violencia física, 28.87% psicológica y el 19% aseguró haber sufrido todos los tipos de violencias”.

Estas cifras coinciden con las del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública.

De acuerdo con su informe al 31 de diciembre de 2020, hubo 220 mil delitos por violencia familiar durante todo aquel año. Al menos 10 mil más que en 2019 (el informe no desagrega por sexo).

Asimismo, los delitos de violencia de género distintos a los de violencia familiar también aumentaron; pasaron de 3 mil 180 en 2019 a 4 mil 50 en 2020.

Sin embargo, en términos de feminicidio, no parece haber un aumento significativo durante el año de la pandemia, según las cifras del secretariado.

No es sólo México. En el llamado sur global, se ha identificado que son las mujeres y las niñas y niños quienes más han sufrido los estragos económicos y sociales de la pandemia.

Pero a pesar del confinamiento los movimientos feministas no se detuvieron.

Mujeres que dieron a luz en medio de la pandemia de covid-19 en América Latina enfrentaron una presión creciente en favor de las cesáreas, además de maltrato, prohibiciones de acompañante y negativas de asistencia en casos de emergencia – pese a la existencia de leyes contra la “violencia obstétrica” y la “medicalización abusiva”.

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