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Acusaciones

AMLO defiende a Bartlett por investigación del asesinato de agente de la DEA

El mandatario nacional respondió que se trata de una campaña de descrédito contra el funcionario federal

El Presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó este jueves que los medios atacan sin pruebas a Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad, porque está encargado de la industria eléctrica y enfrenta a grupos de intereses creados.

Respecto a la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, por el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena Salazar, agente de la Administración Antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), ocurrido en 1985, el mandatario nacional respondió que se trata de una campaña de descrédito contra el funcionario federal.

“No tengo información de eso, e independientemente de eso, lo que es evidente, público y notorio es que se trata de campañas de descrédito de la revista Proceso y la mayoría de los medios”, señaló el político tabasqueño, durante su conferencia de prensa matutina.

“Porque el licenciado Bartlett ahora es el encargado de la industria eléctrica y está enfrentando a grupos de intereses creados. Y cada vez que pueden, se le lanzan, si no es por eso, es por lo del 88, son los dos temas y lo que se tiene que tener son pruebas”, agregó el Presidente.

“Si en Estados Unidos están investigando, yo no tengo información y tampoco la Fiscalía [General de la República], entonces, cada vez que lo consideran necesario sacan el expediente, y no solo eso para afectar al licenciado Bartlett, sino afectarnos a nosotros”, aseguró López Obrador.

“Tiene que ver con el descrédito a nuestro proyecto, es parte de la campaña de desinformación, ataques, por el proceso de transformación. Entonces, si hay pruebas que se proceda, pero no se puede linchar políticamente”, finalizó el mandatario nacional.

LAS ACUSACIONES

Desde enero de 2014, el semanario Proceso documentó que tres ex policías mexicanos -acogidos desde finales de la década de los 90 del Siglo pasado, al programa estadounidense de testigos protegidos-, estuvieron presentes en el secuestro y tortura de Camarena Salazar.

Según le dijeron los tres ex policías al citado semanario, Bartlett Díaz -entonces titular de la Secretaría de Gobernación- y Juan Arévalo Gardoqui -en aquel momento titular de la Secretaría de la Defensa (SEDENA)- fueron testigos de la tortura del agente de la DEA.

Uno de ellos incluso acusa a Bartlett (entonces secretario de Gobernación y ahora senador por el Partido del Trabajo) de haber recibido 4 mil millones de dólares en 1984 para su campaña en pos de la candidatura presidencial de manos de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero; Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto; Miguel Ángel Félix Gallardo, y Manuel Salcido Uzeta, El Cochiloco.

Según Proceso, uno de los ex policías incluso acusa a Bartlett Díaz, de haber recibido 4 mil millones de dólares en 1984 para su precampaña por la candidatura presidencial, de parte de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero; Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”; Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Padrino”; y, Manuel Salcido Uzeta, “El Cochiloco”.

Luego, a finales de mayo del 2021, el mismo semanario indicó que funcionarios del Departamento de Justicia de EE.UU. le revelaron que el actual director general de la CFE tendría problemas para transitar en dicho país, ya que “si ingresa a Estados Unidos sería detenido inmediatamente para ser interrogado al respecto”.

Asimismo, las fuentes le dijeron a Proceso, que Bartlett Díaz “tendría que declarar ante un Gran Jurado” por las repetidas ocasiones en las que ha sido señalado como parte de la conspiración para asesinar a Camarena Salazar.

Su nombre “ha sido mencionado durante las décadas que lleva esta investigación en curso”, incluso, testigos protegidos que no se conocen lo han ubicado en las reuniones entre funcionarios y narcotraficantes, antes y después de la ejecución, indicó el semanario.

“[Bartlett Díaz] tendría que hacer muchas aclaraciones sobre por qué diferentes testigos que, incluso entre ellos no se conocen, insisten en involucrarlo en el caso del secuestro, tortura y asesinato de Camarena”, aseguraron las fuentes anónimas a Proceso.

En 1984, Camarena Salazar ingresó a la DEA. Después, se infiltró en el Cártel de Guadalajara, del cual obtuvo información respecto a los laboratorios y plantaciones que podrían ser desmantelados en la zona.

Las filtraciones de Camarena Salazar permitieron concretar la Operación Rancho Búfalo, en las que se destruyó una finca de mil hectáreas y se decomisaron cerca de 10 mil kilos de marihuana. Sin embargo, los líderes del Cártel buscaron al infiltrado hasta encontrarlo.

“Kiki” Camarena Salazar fue privado de su libertad el 7 de febrero de 1985, cuando salía del Consulado de los Estados Unidos en Guadalajara, Jalisco. Su captura fue llevada a cabo por pistoleros y ex policías, bajo las ordenes de los tres capos que él mismo vigilaba: Caro Quintero, Félix Gallardo y Fonseca Carrillo.

El agente de la DEA fue torturado durante dos días de las formas más crueles en una casa de la calle Lope de Vega, en Guadalajara, hasta que decidieron asesinarlo. Tanto su cadáver como el de Alfredo Zavala Avelar -piloto aviador de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos-, fueron encontrados el 5 de marzo de ese mismo año, en la zona rural de La Angostura, en Michoacán.

Del asesinato de Camarena Salazar derivó el Operativo Leyenda de la DEA, en el que lograron detener a los máximos jefes del Cártel de Guadalajara, además de Rubén Zuno Arce -cuñado del ex presidente Luis Echeverría Álvarez-, así como el médico Humberto Álvarez Machain, y, René Verdugo Urquidez.

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