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"Describen intelectuales vida y obra de Juan Gabriel"

"El cantautor se encontraba en medio de una gira titulada "Mexico es Todo", la cual incluía presentaciones en 22 ciudades de Estados Unidos, con escenarios de 360 grados y decenas de músicos, bailarines y coristas."
30/08/2016 14:46

noroeste.com

MÉXICO._ Desde que se supo sobre su muerte, sobre Juan Gabriel se han escrito muchas cosas. Algunos a favor o en contra de su "arte", ninguno ha podido menospreciar el talento, la originalidad y la popularidad del cantautor originario de Parácuaro, Michoacán.

 

Los intelectuales han abordado el tema de cómo el machismo y la homofobia mexicana se rindió ante la sexualidad soterrada del "Divo de Juárez", quien alguna vez le dijo al periodista Juan José Olivares: "Amigas prostitutas y amigos gay, mis amores. Yo pensaba que la vida toda era así. Nunca vi nada malo en ello. Pasé por muchas cosas, pero valieron la pena todas".

 

Pero "Lo que se ve no se juzga" es quizá la frase con la que más se le recordará a Juan Gabriel, como respuesta a una pregunta que le realizó el periodsita Fernando del Rincón, cuando durante una entrevista realizada en el año 2002, le preguntó directamente sobre sus relaciones sentimentales.

 

"¿A usted le interesa mucho? Yo le respondo: Dicen que lo que se ve no se pregunta, mijo", dijo de forma textual "Juanga".

 

Juan Gabriel se encontraba en medio de una gira titulada "Mexico es Todo", la cual incluía presentaciones en 22 ciudades de Estados Unidos, con escenarios de 360 grados y decenas de músicos, bailarines y coristas.

 

El artista, cuyo verdadero nombre era Alberto Aguilera Valadez, falleció de un infarto al corazón a los 66 años en Santa Mónica, California, Estados Unidos.

 

Más de cien millones de discos vendidos en su carrera. Y unas 1,800 canciones traducidas a varios idiomas, incluyendo el japonés, ruso, inglés, francés y turco.

 

Ante ello, el secretario de Cultura Rafael Tovar y de Teresa lo define como "el mexicano más cantado del mundo", por encima incluso de figuras históricas del espectáculo como Pedro Infante o José Alfredo Jiménez.

 

Pero su vida no fue fácil: su padre desapareció cuando tenía cuatro años de edad, y su madre emigró a Ciudad Juárez, fronteriza con Estados Unidos, para trabajar en casa de una antigua amiga. Al perder este empleo, la madre decidió internar a su hijo Alberto en un orfanato, donde casi nunca lo visitó.

 

Juan Gabriel escapó de la casa hogar y deambuló en la zona de bares de Juárez, hasta que abandonó la población fronteriza para probar suerte en Ciudad de México, donde fue acusado de un robo que se comprobó no había cometido.

 

Pasó 18 meses en prisión, y al salir encontró la oportunidad de grabar su primer disco sencillo con la canción "No tengo dinero", en 1971.

 

"Un pájaro enjaulado canta porque quiere que lo saquen, no porque esté contento. Así comencé a cantar", contó en su momento.

 

ELENA PONIATOWSKA

 

La Premio Cervantes de Literatura 2013, Elena Poniatowska, recordó a Juan Gabriel como "un héroe popular, el mayor ídolo popular desde Pedro Infante", el cantante y actor icónico de la Época de Oro del cine mexicano.

 

"Representaba mucho a los mexicanos más fregados [que más sufren], por sus carencias, la discriminación sexual, y eso lo hizo entrañable para millones de mexicanos que se identificaban con él", apuntó al escritora y periodista.

 

La autora recordó cómo pesó en su imagen pública la trágica biografía del cantante, que tuvo una infancia llena de dificultades. En especial la figura de "su madre, que lo abandona en un orfanato, y México es un país de matriarcados, aunque en el fondo es supermachista y superhomófobo", explicó.

 

Poniatowska hizo hincapié en que, aunque no lo reconociera públicamente, con su estilo personal y artístico -nadie puede olvidar sus trajes rosas de ranchero, el símbolo de la virilidad en México- "cantó su homosexualidad, que fue aceptada por todos".

 

"Se sabía muy bien que era homosexual", lo que "sociológicamente es algo muy interesante, porque México es muy homófobo y eso fue mucho antes de la liberación gay", enfatizó y advirtió sobre los homenajes que recibirá cuando su cuerpo sea repatriado esta semana: "Va a ser la apoteosis sin que él pueda verla, o quizás la vea desde una nube".

 

ENRIQUE KRAUZE

 

El historiador Enrique Krauze recordó el nombre de la gira musical del cantante: "Murió defendiendo con su música a su patria", escribió en su cuenta de la red social Twitter.

 

Precisamente, señaló Enrique Krauze, el hecho de que la gira de Juan Gabriel se llame "México lo es todo", no es casualidad en tiempos de Donald Trump, y "es algo que todos los mexicanos debemos admirarle, porque se nos ha olvidado el amor a México".

 

Krauze también dijo en diversas entrevistas, que desde la muerte de Pedro Infante, e inclusive la de Jorge Negrete, quien también falleció en California, en Estados Unidos, el pueblo mexicano no se desbordaba por una figura como ahora lo hicieron con el "Divo de Juárez".

 

Krauze agregó que la biografía de Juan Gabriel "es una metáfora de México. Nacido en Michoacán, el Benjamín de una inmensa familia piadosa y pobre, huérfano de un padre enloquecido, criado desde los cinco años en una Casa Hogar, músico natural, vendedor de 'burritos' en Ciudad Juárez al lado de su madre idolatrada, acuchillado, encarcelado, se redimió a sí mismo por la música y con la música".

 

"Sus canciones llevaron amor a decenas de millones [...] millones nacieron para amar sus canciones o para verse reflejados en ellas, para cantar al amor con ellas".

 

Krauze dijo que en su opinión, Juan Gabriel "debe su éxito a la autenticidad, a esas letras, esas odas sencillas que van directas al corazón, y cualquiera que lo ve en el escenario se da cuenta que son canciones sentidas, vividas".

 

"Guardando todas las comparaciones, con Frank Sinatra en Estados Unidos ocurría algo similar; es evidente que cada una de esas canciones este hombre (Sinatra) las sentía porque lo que estaba diciendo lo vivía", pero "en el caso de Juan Gabriel lo vivía doblemente porque son canciones que él escribió", agregó.

 

"No nació para amar, pero cantó al amor de todos los mexicanos, nadie nació para él, pero tantos nacieron para amarlo", ahondó.

 

CARLOS MONSIVÁIS

 

Apenas un par de horas después de la muerte del "Divo de Juárez", el ensayo que el cronista Carlos Monsiváis dedicara a Juan Gabriel en su libro 'Escenas de pudor y liviandad' se hizo viral.

 

"El compositor más famoso de México es un joven amanerado a quien se le atribuyen indecibles escándalos" escribió Monsiváis en su libro, en el que le dedica un capítulo entero a Juan Gabriel, en el cual ofrece algunas claves sobre su éxito.

 

Para Monsiváis las composiciones de Juan Gabriel y los arreglos musicales que le acompañaban se refieren a momentos cotidianos de quienes las escuchan.

 

"Un ídolo es un convenio multigeneracional, la respuesta emocional a la falta de preguntas sentimentales, una versión difícilmente perfeccionable de la alegría, el espíritu romántico, la suave o agresiva ruptura de la norma. Sin estos requisitos se puede ser el tema de una publicidad convincente, el talento al servicio de las necesidades de un sector, una ofuscación de la vista o del oído, pero jamás un ídolo... A Juan Gabriel nada le ha sido fácil, salvo el éxito", escribió Monsiváis en el año 1988.

 

El texto del también periodista abundó: "¡Ay sí tú! Y Juan Gabriel ocupa la primera página de los periódicos amarillistas, en foros sensacionalistas, digamos en traje de baño en la playa de La Condesa en Acapulco. ¡Ay sí tú!, y los cómicos se benefician en sus ruinas: ‘Un día iba caminando Juan Gabriel con su perrito y se encontró a un marinero…’. ¡Ay sí tú! Y la mamá, afligida por los modales de su hijo le cuenta a su hermana: Ay, ay, ¿no me irá a salir como Juan Gabriel?’. ¡Ay sí tú! Las aportaciones del morbo afianzan la singularidad, y Juan Gabriel se instala sin declaraciones ingeniosas o audaces, sin concederle atención a bromas y rumores, sin el apoyo mitológico de la Bohemia o de la Parranda o del culto a la Autodestrucción. Él es un Ídolo Real que desplaza fantasías producidas en serie".

 

OTROS, A FAVOR Y EN CONTRA

 

En su columna del diario Reforma, el internacionalista Genaro Lozano escribió que "Este país, al que tanto le cuesta reconocer el talento ajeno, hoy llora la pérdida de un hombre excepcional. Aquel que incomodó al machismo y que desafió los roles de género con su sensibilidad. El hombre amanerado que con su brillo hizo cantar, llorar, bailar y jotear a generales, a futbolistas, a machos golpeadores de mujeres, a narcotraficantes despiadados y a presidentes homofóbicos, los símbolos de la masculinidad dominante. Más allá de sus letras, la grandeza de Juan Gabriel radica en que hizo que una región entera del mundo vibrara al ver su desafío insolente a los roles del género."

 

"La esquizofrenia mexicana hace que en la mañana un grupo de hombres grite "puto" en un estadio y en la noche llore en Garibaldi con alguna de las letras de la loca más célebre del país. Con él perdimos a nuestro Oscar Wilde tropical, a nuestro Michael Jackson, nuestro Elvis Presley. De ese tamaño y de esa amplia gama era el talento y carisma de Juan Gabriel", ramata Lozano.

 

Por su parte, el actual director de TV UNAM, Nicolás Alvarado, calificó a Juan Gabriel como "uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo".

 

En su columna publicada por el diario Milenio, titulada 'No me gusta 'Juanga' (lo que le viene guango)", dijo ser "uno de los poquísimos mexicanos que no asumen a Juan Gabriel como un ídolo". 

 

"Y sé también que el valor icónico que lo hace tal, equiparable al de la Virgen de Guadalupe pero también al de Octavio Paz (no por lo que hizo sino por lo que representa en el imaginario nacional), le otorga derecho a ser materia de análisis e incluso de homenaje en todos los espacios, incluso en uno administrado por la Universidad Nacional", señaló el intelectual, que además, consideró que su problema con el cantante es el "clasismo" que le evoca.

 

"Creo que a estas alturas no necesito acreditar el respeto que me inspiran ciertos productos de la televisión comercial ni mi afinidad por la cultura gay. Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental, su sintaxis no por poco literaria sino por iletrada", criticó.

 

Sin embargo, en su columna Alvarado reconoció que"Juanga" es materia de análisis e inclusive objeto de homenaje por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ya que dicha institución estudia todos "los fenómenos de masas que marcan la cultura".