"Ejecutivo de Televisa también utiliza ‘paraíso fiscal’"
“El Cliente quiere comprar UCETEL INCORPORATED”, escribió en correo electrónico Arianne Baullosa, una ejecutiva de Mossack Fonseca. El mensaje iba dirigido a sus oficinas centrales en Panamá y está fechado en marzo de 2015.
La mujer consiguió que Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo Televisa, la empresa de televisión más importante y poderosa de habla hispana, aceptara una de sus ofertas para invertir mediante un esquema que facilitaría sacar dinero de México.
El ejecutivo contactó a Mossack Fonseca en el año 2005, a través de su despacho: Mijares, Angoitia, Cortes y Fuentes.
El despacho le ofreció a Mossack Fonseca integrar a su cartera a importantes empresarios de México, como Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa. Uno de los productos de Mossack Fonseca que más le interesó al despacho del ahora ejecutivo de la televisora fue la creación de fundaciones.
Angoitia forma parte del grupo identificado públicamente como “Los Cuatro Fantásticos”, encabezado por Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa, así como por los ejecutivos Bernardo Gómez y José Bastón, quienes tomaron el control de la empresa tras la muerte de Emilio Azcárraga Milmo.
A petición de entrevista del portal Aristegui Noticias, Angoitia admitió haber adquirido esta empresa en Bahamas “con el propósito de comprar un departamento y una membresía en un club de buceo náutico ubicado precisamente en Bahamas, deporte que practica desde hace muchos años”.
Sin embargo, aseguró que se trató de una “adquisición pública y transparente”, por lo que le negó relevancia al tema, según respondió el ejecutivo de Televisa a través del vocero de la empresa, Alejandro Olmos.
“La adquisición de esa sociedad fue pública y transparente. Tan es así que esa empresa quedó inscrita en el Registro Público de Bahamas, información que puede ser consultada por cualquier persona. El licenciado Angoitia se encuentra en pleno cumplimiento de las disposiciones fiscales que le son aplicables en México en relación con UCETEL. No encontramos mayor relevancia en el tema, pero estamos atentos por si se requiere mayor información”, dijo Olmos en la respuesta que pidió se transmitiera de forma íntegra por el citado medio.
Angoitia, junto a Emilio Azcárraga Jean, Bernardo Gómez González, y José Bastón Patiño, forman el grupo de los llamados “Cuatro Fantásticos de Televisa”.
De acuerdo con la información disponible, fue hasta 2014 cuando Angoitia creó su propia empresa, Ucetel Incorporated, en las islas Bahamas, entre Cuba y Florida. El 11 de diciembre de ese año, la oficina de Mossack Fonseca en Bahamas recibió el certificado de incorporación de la empresa propiedad del ejecutivo de Televisa.
Tres meses después, Angoitia le pidió a la firma panameña incorporar como titular de una sola acción, con valor de un dólar, a la empresa JTC Corporated Services (Suisse) Limited, registrada en las Islas Vírgenes Británica, pero con dirección en Ritter House, 5th Floor, Wickhams Cay II, Roadtown, en Miami, Florida.
Con ese sólo movimiento de una acción, el ejecutivo de Televisa pidió también que se registrara como director de Ucetel Incorporated a JTC Directors (Suisse) Ltd, con sede en el territorio británico del Caribe.
En el formulario que entregó a Mossack Fonseca para esa incorporación, Alfonso de Angoitia reportó que Ucetel había sido creada como socio general de una Sociedad Limitada de Canadá y que su capital era de 50 mil dólares, divididos en 50 mil acciones de un dólar cada una.
El vicepresidente de Televisa, la más importante de habla hispana, aseguró que era el único beneficiario y que la procedencia de los fondos eran ahorros de su salario y compensaciones.
La investigación
El diario alemán Süddeutsche Zeitung con sede en Munich, recibieron millones de registros de una fuente confidencial y los compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, que convocó a periodistas socios en todo el mundo.
Los más de 100 medios internacionales que participaron de la investigación no pagaron por el acceso a la información, que significa la mayor filtración de datos sobre lavado de dinero a nivel mundial.
Los registros filtrados provienen de la firma Mossack Fonseca, una empresa panameña, con sucursales en 48 ciudades del mundo, conocido por crear y administrar sociedades offshore, fundaciones y fideicomisos en paraísos fiscales.
Entre los mexicanos involucrados se encuentran el empresario mexiquense Juan Armando Hinojosa Cantú, el dueño de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego, y Alfonso de Angoitia Noriega, vicepresidente Ejecutivo y presidente del Comité de Finanzas de Grupo Televisa.
¿Qué son los Panamá Papers?
376 periodistas, de 76 países, analizaron durante un año de 11.5 millones de documentos filtrados de sociedades en paraísos fiscales. La operatoria de 12 presidentes actuales, además de ex mandatarios nacionales, y así como de un centenar de políticos de todo el mundo, empresarios, celebridades y figuras del deporte.
Los archivos incluyen a no menos de 33 personas y compañías puestas en la lista negra del gobierno de los Estados Unidos por haber hecho negocios con capos de la droga mexicanos y con organizaciones terroristas como Hezbolá.
Los documentos, que van desde 1977 hasta el 2015, dejan en claro que grandes bancos impulsan de manera importante la creación de compañías difíciles de rastrear en las Islas Vírgenes Británicas, Panamá y otros paraísos offshore. Los archivos contienen más de 15 mil 300 compañías de papel, usadas para ocultar clientes de más de 200 países.
Las sociedades offshore son empresas que no registran ninguna actividad económica o comercial real. Si bien no es ilegal tener una firma en un paraíso fiscal, en muchos casos suelen ser utilizadas para transferir dinero, realizar operaciones financieras o abrir cuentas bancarias en el exterior, con atractivos beneficios impositivos y sin que se conozca a sus reales dueños.
Como parte de sus servicios, Mossack Fonseca ofrece la gestión de apertura de esas sociedades o la venta de una ya conformada, además de su administración, a través de un manager propio o de otras sociedades creada por ellos. Los directores, que suelen ser panameños y cumplen un rol formal, y hasta incluso, en algunos casos, los accionistas que van a aparecer en los registros, para evitar que se conozca el nombre real del beneficiario final.
La mayor parte de los servicios que la industria offshore provee son legales si los utilizan quienes obedecen a la ley. Sin embargo, los documentos del Panamá Papers demuestran que bancos, firmas legales y otros actores offshore no siempre siguieron los requerimientos legales para asegurarse de que sus clientes no estén envueltos en, por ejemplo, posibles maniobras de evasión de impuestos o lavado de dinero.
En algunas instancias, según muestran los archivos, intermediarios offshore se protegieron a sí mismos y a sus clientes ocultando transacciones sospechosas o alterando registros oficiales.