"El capo que cayó por la muerte del agente de la DEA"
MÉXICO (UNIV)._ Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, cumple sentencia de 40 años de prisión por el homicidio del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar.
El reo tiene 86 años, es originario de Badiraguato, Sinaloa, y es identificado como uno de los tres líderes fundadores del “Cártel de Guadalajara”, junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Rafael Caro Quintero.
Al narcotraficante se le acusa de los delitos de asociación delictuosa, tráfico de armas de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y contra la salud, actividades que presuntamente realizó en los años 70 y 80.
Llega el agente
En 1981, el Departamento de Narcóticos envió a México al agente Enrique “Kiki” Salazar para que entrara al “Cártel de Guadalajara”, dirigido por Félix Gallardo, sinaloense que ha sido señalado como el primer capo del narcotráfico en México, a quien le decían “El Padrino”.
“Don Neto” y Rafael Caro Quintero eran cofundadores del grupo y ese cártel fue de los primeros en realizar negocios con los delincuentes colombianos para traficar heroína y cocaína por la frontera norte de México.
Durante su investigación, “Kiki” entregó a Estados Unidos información de las operaciones criminales de los tres líderes.
Los delincuentes sospecharon de él y un grupo armado lo privó de la libertad, junto con su chofer y piloto, Alfredo Zavala, el 7 de febrero de 1985, en Guadalajara. Fue torturado dos días y asesinado. Su cuerpo apareció el 5 de marzo siguiente.
Estados Unidos presionó a las autoridades mexicanas y logró la aprehensión de Félix Gallardo, Caro Quintero y Fonseca Carrillo.
Aprehensión
“Don Neto” fue detenido el 7 de abril del mismo año en Puerto Vallarta, Jalisco, cuando elementos del Ejército mexicano acudieron a un inmueble donde se encontraba.
En primera instancia, a Ernesto Fonseca se le acusó de la privación ilegal de la libertad y el homicidio del agente estadounidense.
Su aprehensión provocó que los lugartenientes que trabajaban para ellos se dividieran y formaran sus propias bandas, que después se disputarían entre sí el control de las rutas del narcotráfico.