Familiares de desaparecidos llevan su búsqueda y esperanza a la barranca Lomas de Tarango, en Álvaro Obregón
Tristeza. A veces desmoralización. Entre felicidad y tristeza porque las búsquedas de personas desaparecidas están llegando por fin a la Alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México. Esperanza ante la convicción de que un familiar debe estar ahí porque nunca salió de la zona.
Así describen sus sentimientos los familiares que acudieron en busca de sus seres queridos, minutos antes de que iniciara la segunda jornada por patrones en el área verde de la barranca de Lomas de Tarango. Lo hicieron frente a una brigada de cuidados que, apenas hace unos meses, comenzó a dedicar tiempo a escucharles.
En ese círculo, que se prepara entre desayuno, estiramientos, reflexiones e incluso algunas risas, están sentados Blanca Elvira y Sergio. Ella busca a su mamá, desaparecida en 2024 a sus 80 años de edad en Tlalpan; él a su tío, de quien se perdió el rastro en 2018 cuando tenía 41 años, en la Gustavo A. Madero, en las proximidades del paradero de Indios Verdes.
La esperanza y la solidaridad los trajeron hasta los terrenos complicados de las barrancas de Álvaro Obregón, a los que hay que internarse en autos más pequeños después de llegar a la zona en camiones, por la estrechez del camino. Ahí los últimos rastros de urbanización —las viviendas sobre la barranca— se pierden pronto ante una vegetación desordenada.
Un camino estrecho lleva a los terrenos más bajos de la barranca, aunque todavía no son el fondo, que resta por ser explorado este jueves. Cuando los familiares llegan al punto, ya están ahí elementos de la alcaldía Álvaro Obregón, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena).
El comisionado de búsqueda de la Ciudad de México, Luis Gómez, abre la jornada dedicando un momento a la memoria del trabajador Marco Antonio Mendoza Ruiz, de Corena, que falleció el martes por la tarde, después de haber participado en la primera jornada de búsqueda en Lomas de Tarango.
“Estamos hoy por iniciar la segunda jornada de búsqueda aquí en la sierra de Tarango. Hoy es un día muy particular, no solo porque estamos nuevamente reunidos para la búsqueda, sino porque también recibimos el día de ayer la triste noticia del fallecimiento de uno de nuestros compañeros de Corena, una persona que ha acompañado estos ejercicios, que el día de ayer (martes 16 de diciembre) estuvo aquí con nosotros llevando a cabo acciones para encontrar a las personas que nos hacen falta”, dijo al abrir la jornada.
A un minuto de silencio siguió uno de aplausos. Luego, divididos los asistentes en cuatro células, el ruido de la sierra caracterizó la entrada del personal de Corena en la primera línea para retirar la vegetación antes de que los rastrillos pudieran entrar. Será ese ruido el que indicará, más tarde, los momentos de descanso y de continuación de las actividades.
La vegetación queda removida, la tierra rastrillada y un par de hoyos en ella explorados con más detenimiento por personal que primero rasca con las manos y después acerca el binomio canino para asegurarse de que no sea un punto de hallazgo forense. Pasarán un par de horas antes del primer descanso, que se siente muy necesario ante una labor que parece más agotadora que en búsquedas anteriores en terrenos más difíciles. Quizá es la rareza del clima, o el peso del fin de año.
Sentada en el pasto con un rastrillo frente, Blanca Elvira empieza a contar la historia de la desaparición de su mamá, una de las miles que suma la Ciudad de México desde hace por lo menos siete años. El rastro de Plácida Martínez se perdió en octubre de 2024 cuando tenía 80 años, en un día que salió al mercado y no volvió, en la alcaldía Tlalpan.
“Mi mamita tenía 80 años, ya es un año, el 5 de octubre cumplió 81... Realmente no hemos tenido avance, seguimos buscando por nuestra cuenta; la Fiscalía no nos ha ayudado, es poca la ayuda. Dicen que ya repartieron la información en algunos estados, aquí en el DF, pero desde el principio según habían compartido la información en las alcaldías y no era así”, acusa.
Para ella, ha sido un engaño la promesa de que van a hacer un polígono de búsqueda en la zona, aunque la Comisión de Búsqueda capitalina, dice, la ha ayudado un poco más. Cuenta que acude a la búsqueda forense de Álvaro Obregón por solidaridad, pero está convencida de que su mamá sigue viva. “No sabemos si está en situación de calle, o la tenga una persona, pero sí sentimos que está con vida”, afirma.
La familia de Plácida, especialmente sus tres hijas —incluida Blanca Elvira— y su hijo, la han buscado por más de un año en psiquiátricos, albergues, hospitales, calles, en diferentes municipios y alcaldías. Específicamente para esta búsqueda en Lomas de Tarango se distribuirán para asistir uno cada uno de los cuatro días.
“No podemos dejar el trabajo, porque lo necesitamos ahora más con esta búsqueda, ya que también necesitamos los fotovolantes para irlos pegando en cada lugar que vayamos. Así solamente podemos hacerle para encontrarla”, señala. Más tarde, en el camino de regreso, también le dejará un fotovolante a cada uno de los asistentes a la búsqueda.
Sergio Jiménez Javier también fue parte de la jornada de este miércoles. Lomas de Tarango es el tercer punto en el que los cinco hermanos de su tío y él, en representación de su mamá, buscan a su tío Héctor Javier Acevedo, desaparecido el 1 de junio de 2018, tenía 41 años cuando iba con destino al paradero de Indios Verdes, en la alcaldía Gustavo A. Madero.
En siete años y seis meses de desaparición, su familia ha dado vista a las autoridades, pero no han existido más que avances mínimos en el caso. Además, de algunos incluso no se les ha dado conocimiento por la seriedad del caso. Aunque de Héctor Javier no han tenido noticia, las búsquedas previas ayudan a mantener la esperanza de la familia porque se han hecho hallazgos respecto de otras personas, aunque esta vez no sea así.
“En realidad, pienso que en cualquier lugar podría él estar”, afirma convencido después de participar activamente en las labores de remoción y limpieza de vegetación, así como en una búsqueda exhaustiva en la tierra quitando residuos con la perspectiva de hallar algún resto óseo. “No perdemos la fe en que posteriormente llegará a haber hallazgos”, apunta.
Este miércoles, sin embargo, 230 personas entre funcionarios, familiares y solidarios descartaron 9 mil 30 metros cuadrados cuando la jornada llegó a su fin, sin encontrar ningún rastro óseo. Al cerrar el día, volvieron a recordar al trabajador de Corena fallecido, y la relevancia de todas las personas que participan en la búsqueda de quienes han desaparecido en la capital.
En el tercer día, que se prevé este jueves, los equipos llegarán hasta el fondo de la barranca, incluso al canal donde podría haber algún fragmento humano. “Personal especializado va a bajar. Encontramos un área de descenso que no es de riesgo, de fácil acceso, pero la parte de abajo sí es un poco complicada, toda vez que vamos a estar en aguas negras, es un contexto un tanto riesgoso”, se adelantó al megáfono. Y la esperanza se renovó rumbo a las 24 horas siguientes.