"Fracasa Gendarmería Ambiental: expertos"
MÉXICO (UNIV)._ A poco más de un año de entrar en funciones —abril de 2016—, las acciones de la Gendarmería Ambiental son un fracaso, señalan expertos.
Información obtenida vía Transparencia indica que sólo se han realizado labores de decomiso en 22.7 por ciento de las áreas protegidas.
Los 750 gendarmes han decomisado 513 piezas, entre las que se encuentran ejemplares de fauna, 40 kilogramos de totoaba y sólo se ha detenido a siete personas.
Especialistas advierten que la gendarmería no ha logrado frenar la casi extinción de la vaquita marina.
Raúl Arriaga, presidente del Colegio de Biólogos, dice que esta dependencia “no tiene ni pies ni cabeza”.
El abogado ambientalista Eduardo Lino asegura: “Son policías tratando de cuidar algo que con la fuerza no se va a poder, eso ya se demostró con las drogas, ¿por qué querer repetir ese modelo?”.
Las acciones
Con una navaja estilo militar un gendarme rompió una red que aprisionaba a un tiburón martillo, una mantarraya y varias totoabas. Las especies marinas regresaron a su hábitat en la Reserva del Alto Golfo de California, ubicado en Baja California y Sonora, un polígono en el que se encuentra la vaquita marina, cetáceo endémico que está en la cuerda floja de la extinción.
Aquí entró un grupo especial de 50 elementos de la “Misión Ambiental” desde hace unos meses, para hacer frente al contrabando internacional de totoaba. Y no son los únicos.
En abril de 2016 se lanzaron los operativos para consignar los crímenes contra la biodiversidad en 177 Áreas Naturales Protegidas (ANP), en zonas del país que no han sido alteradas por los seres humano o que necesitan ser “preservadas y restauradas”. Entraron en operación 750 elementos divididos. La semana pasada el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Rafael Pacchiano, destacó el compromiso de la Gendarmería Ambiental, inaugurando un museo interactivo de esta fuerza especial.
Pero la misión que les fue encomendada no se refleja de manera positiva en sus resultados durante este lapso, de acuerdo con documentos y expertos consultados. Hasta el momento sólo han habido labores de prevención, decomiso y detención en cinco estados de la República —de 22 que cuentan con ANP—, lo que se traduce en atención a 22.7 por ciento de la biodiversidad.
Eso no es todo
El número de detenciones revela que sólo hubo una por cada 107 elementos y no se entregó información de faltas administrativas, de acuerdo con información obtenida vía Ley de Transparencia.
Los casi mil gendarmes —detallan los oficios— decomisaron 513 objetos, entre los que se encuentran piezas de madera, ejemplares de fauna silvestre y subproductos de la misma, así como 40 kilogramos de totoaba —la especie endémica del Alto Golfo, cuya vejiga natatoria vale hasta 8 mil dólares el kilo, como lo documentó El Universal en diciembre del año pasado—, de abril de 2016 al mismo mes de 2017, según la Policía Federal.
Para Raúl Arriaga, presidente del Colegio de Biólogos, la Gendarmería Ambiental sólo se trató de una iniciativa para mostrar un “concepto pomposo” que no tiene “pies ni cabeza”.
“Nos venden una imagen con un uniforme muy bonito. Simplemente a cada uno de los inspectores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente les toca cuidar 7 mil hectáreas, ahora a estos gendarmes les tocarán 10 mil hectáreas, es una tomada de pelo. ¿Por qué no fortalecer la labor de la Profepa con las Fuerzas Armadas de México para proteger zonas críticas?”, cuestiona Arriaga.
“Toda fiscalización, vigilancia y sanción tiene que venir por parte de la Profepa, que debe tener atribuciones y recursos para eso. La Gendarmería abre la puerta a la militarización de la vida civil”, dice el director de Greenpeace México, Gustavo Ampugnani.
“Son policías tratando de cuidar algo que con la fuerza no se va a poder, eso se demostró con las drogas, ¿por qué querer repetir ese modelo?”, pregunta por su parte Eduardo Lino, abogado ambientalista de la organización Gente por la Defensa Animal.
Los especialistas consideran que en lugar de crearse una Gendarmería se debió ampliar las facultades de investigación, capacitación, persecución, así como el aumento de inspectores para consignar los delitos ambientales. Incluso, estas recomendaciones forman parte del reporte de la misión de la Unidad contra la Droga y el Delito de la Organización de las Naciones Unidas.
Hasta este viernes, Rafael Pacchiano, al frente de la Semarnat, no atendió la petición de entrevista para abordar estos puntos.
Débil la procuración ambiental
En julio de 2016 se firmó la Misión de la Gendarmería Ambiental de la Policía Federal, que consistiría en “garantizar y salvaguardar las áreas naturales protegidas de jurisdicción federal, para proteger el derecho fundamental de las personas a tener un medio ambiente sano y sustentable”. Las acciones se concentran en tres puntos: prevención de delitos y faltas administrativas en materia ambiental; combate a las actividades ilegales como tala ilegal, furtivismo, tráfico de especies, entre otros; así como generar vínculos con los sectores de la sociedad que conviven con la biodiversidad de la zona. Los hechos y las cifras contrastan con el objetivo.
El Universal solicitó el número de faltas administrativas en materia ambiental y la causa de las mismas, pero en el oficio de respuesta no fueron entregados, lo mismo que lo correspondiente al presupuesto para operativos y lo elementos utilizados.